El PP se desploma en un mes
Los ciudadanos dan la espalda a los dos grandes partidos
La ventaja de los populares se reduce a 5,3 puntos
La fidelidad de voto conservador es inferior a la del PSOE
El umbral del dolor, el punto a partir del cual un estímulo se
convierte en insoportable, ha sido superado. El hachazo de la crisis ha
hecho que los españoles hayan dado la espalda a los dos principales
partidos y, sobre todo, que los votantes del PP se sumen al enorme
malestar ciudadano por la reducción de prestaciones a los desempleados,
los recortes a los funcionarios y la subida del IVA, entre otras medidas que provocan dolor entre los españoles.
El barómetro de Metroscopia para EL PAÍS del mes de julio, el primero realizado tras la aprobación de esas medidas,
muestra un desplome del PP, que pierde siete puntos en menos de un mes.
Los populares volverían a ganar, pero con mayoría simple y una
diferencia de solo 5,3 puntos, que en la anterior encuesta era de 13,9.
Los populares tendrían el 30% de los votos, es decir, han perdido
14,6 puntos en solo ocho meses, todo un récord y un ritmo de caída sin
precedentes en ningún otro Gobierno en España, según todas las empresas
de encuestas. No obstante, el PSOE no termina de recoger votos por la
precipitada caída del PP. Los socialistas, cuya actuación en la
oposición es rechazada también, solo suben 1,6 puntos desde el anterior
sondeo y siguen pagando por sus pecados en el Gobierno.
La encuesta mide el estado de desánimo de los españoles, molestos por los recortes y castigando a un Gobierno que ha incumplido casi todo su programa
electoral, con una oposición que no termina de encontrar el punto justo
entre la responsabilidad y el rechazo a las medidas impopulares. El
clima es similar al que sufrió el PSOE en mayo de 2010, cuando los
españoles penalizaron a José Luis Rodríguez Zapatero por quebrar su
proyecto, forzado por las exigencias de la Unión Europea. Zapatero nunca
se recuperó de aquella pérdida de credibilidad y confianza que ahora
sufre Rajoy, con la diferencia de que este hachazo es mucho más profundo
y las elecciones en las que compareció con un programa incumplido están
más próximas. Además, vendió la idea de que solo con su llegada a La
Moncloa habría una mejora de la situación, él era el bálsamo de todas
las heridas y, ahora, ocho meses después, el panorama incluso empeora y
se viene abajo la esperanza que generó hasta entre los que nunca le
votarían. Se instala el desánimo.
El desplome del PP viene, precisamente, de la desilusión de sus
votantes, porque su fidelidad de voto se ha derrumbado, como si los
ciudadanos no perdonaran el incumplimiento de promesas. Por primera vez
en seis años, el PSOE tiene mayor fidelidad de voto; la del PP ha bajado
16 puntos en menos de un mes. Sus electores se han ido a la abstención
(13 puntos más que el 20-N de 2011) y al voto en blanco, y se detecta
hartazgo y desilusión con los dos grandes partidos.
El descrédito, la desafección y la idea del “todos son iguales” que
tanto intenta combatir la dirección del PSOE arrastra a ambos partidos y
dirige a los ciudadanos hacia la abstención y a opciones que están muy
lejos de ser partido de Gobierno. Así, IU se mantiene por encima del 12%
de los votos, recogiendo el malestar de votantes de la izquierda, y
UPyD llega al 9,9% con la bandera antisistema, es decir, de la búsqueda
de los agujeros institucionales.
Como en 2010 con Zapatero, el Gobierno suspende en valoración y los
españoles creen que el presidente improvisa y no da confianza, pero la
oposición es aún más rechazada, en un clima de pesimismo y sin que se
intuyan motivos para la esperanza.
Fuente: Diario El País.