Predicando en el desierto
Aunque duela, es cierto: en Aranda tenemos lo que merecemos. Solo así se explica que tan solo 150 personas (la mayoría políticos y miembros de sindicatos), dedicaran un rato de la tarde del lunes a unirse a la manifestación por la línea férrea. El objetivo era evitar que Adif traslade a los cinco trabajadores de la estación El Montecillo así como el cierre de la instalación. Había que coger fuerzas antes de la negociación, y aunque es verdad que estuvieron representados todos los grupos políticos de Aranda, sindicatos, empresarios, asociaciones de vecinos y la Cámara de Comercio, la ciudadanía falló. Es cierto que hacía un calor asfixiante y que las obras de la avenida convertían en una gymkana el acceso a la estación de tren, pero la gente tenía que haber ido al menos a la plaza mayor. Y se quedó vacía.
Falta concienciación y de poco servirá el calendario de movilizaciones que pretenden llevar a cabo los sindicatos con el apoyo de las fuerzas políticas, si el pueblo no sale a la calle. Aranda no se puede permitir el lujo de perder este tren porque de ello no solo depende la implantación de futuras empresas, también peligra el empleo de las actuales.
Choca además el momento escogido por ADIF, a dos meses de que el tan demandado ramal ferroviario, que sufragó la Junta de Castilla y León tras muchos años de espera, se ponga en marcha. Los empresarios del polígono Prado Marina se comprometieron a cargar un tren diario y aunque para Adif no es suficiente para reincorporar a la plantilla de la estación, sin duda es un paso importante de cara a mantener este servicio que dotará a las empresas usuarias de una mayor competitividad.
Por otro lado, no se entiende el empeño de algunos por el trayecto más largo. Señores, el Directo, - que por eso tiene ese nombre- , es el trazado más recto y apostar por Valladolid es sumar 100 kilómetros. ¿Qué parte no entienden?
A la espera de que la señora ministra de Fomento cumpla su compromiso y de a conocer de una vez por todas el estudio de viabilidad, nos quedamos con el estudio realizado por la Universidad de Burgos. Su conclusión es clara: estamos ante una línea que puede ser rentable económicamente, incluso antes de electrificar la vía. Dicho queda.
Falta concienciación y de poco servirá el calendario de movilizaciones que pretenden llevar a cabo los sindicatos con el apoyo de las fuerzas políticas, si el pueblo no sale a la calle. Aranda no se puede permitir el lujo de perder este tren porque de ello no solo depende la implantación de futuras empresas, también peligra el empleo de las actuales.
Choca además el momento escogido por ADIF, a dos meses de que el tan demandado ramal ferroviario, que sufragó la Junta de Castilla y León tras muchos años de espera, se ponga en marcha. Los empresarios del polígono Prado Marina se comprometieron a cargar un tren diario y aunque para Adif no es suficiente para reincorporar a la plantilla de la estación, sin duda es un paso importante de cara a mantener este servicio que dotará a las empresas usuarias de una mayor competitividad.
Por otro lado, no se entiende el empeño de algunos por el trayecto más largo. Señores, el Directo, - que por eso tiene ese nombre- , es el trazado más recto y apostar por Valladolid es sumar 100 kilómetros. ¿Qué parte no entienden?
A la espera de que la señora ministra de Fomento cumpla su compromiso y de a conocer de una vez por todas el estudio de viabilidad, nos quedamos con el estudio realizado por la Universidad de Burgos. Su conclusión es clara: estamos ante una línea que puede ser rentable económicamente, incluso antes de electrificar la vía. Dicho queda.
Fuente: Correo de Burgos