Contra la despoblación, menos teoría y más práctica
Los pueblos burgaleses se vacían de gente mientras se llenan de jornadas donde se reflexiona sobre la despoblación | Eventos que no logran que la retórica se transforme ni en recursos ni en cambios
Por
estos lares todo es medio rural, lo que implica despoblación pero
también ingenio y fortaleza. Los pueblos burgaleses, y los de muchas
otras provincias de España, se vacían, el fenómeno no es nuevo. Lo que
ocurre ahora es que los pueblos se vacían de gente y se llenan de
congresos y jornadas sobre la despoblación.
Estos eventos han
obtenido, en parte, sus frutos. Los políticos han incluido el problema
de la despoblación en sus discursos, pero no han llegado a calar con la
urgencia que se necesita en sus agendas y medidas.
La semana
pasada se celebró un congreso sobre la despoblación en Villahoz. Hace
unas semanas se produjo un evento similar en El Burgo de Osma, localidad
de la vecina Soria. Esta semana que dejamos atrás también se ha vivido
otra jornada sobre este problema en Peral de Arlanza. Estas son solo las
últimas que se me vienen a la memoria. Algunas son más motivadoras o
efectivas que otras pero lo que ninguna logra es que la retórica mute en
recursos.
Por todos lados brotan jornadas sobre despoblación o
repoblación, pero es que desde el año 2007 ya existe una Ley para el
Desarrollo Sostenible del Medio Rural. La teórica parece estar clara,
ahora es el momento de llevarla a la práctica. Para ello hay que
escuchar a los vecinos del medio rural, esos que llevan años sufriendo
las consecuencias de la despoblación, dejando a un lado el paternalismo y
prestando atención a sus conocimientos. Ellos tienen las claves, las
instituciones la forma de ponerlas en práctica, aunque no lo hayan
demostrado todavía.
Es cierto que nos encontramos ante un problema
de solución compleja pero si nada se pone en práctica, seguiremos
igual. En BURGOSconecta hemos publicado recientemente cómo un joven se
trasladó a Pineda de la Sierra y ha instalado un rebaño de vacas,
animales que ya no había en el pueblo. También se habló de otro hombre
de Covarrubias que cuida un rebaño de vacuno en extensivo en esta
localidad, donde hacía años que no se veía una vaca. Hemos hablado de
emprendedores rurales, de gente que apuesta por los pueblos pero también
de la falta de cobertura móvil y de internet que han sufrido Lerma y
Covarrubias en el último mes, de los retrasos en la ampliación de un
instituto o de la falta de médicos rurales.
La gente no quiere
abandonar sus pueblos pero necesita medios para no hacerlo no lecciones
teóricas. Suturar la brecha rural precisa de inversión. No hacerlo
supone prolongar la frustración. Hay que reformar el modelo de
financiación autonómica, diseñar un modelo fiscal con ventajas para
aquellos que apuesten por instalarse realmente en un pueblo, ayudar con
técnicos a aquellos que se lancen a iniciar un negocio en el medio
rural, escuchar y resolver las quejas sobre la PAC. Extender las nuevas
tecnologías, aumentar las líneas de subvención para financiar que se
implante Internet allí donde es menos rentable para las empresas. Pese a
la abundante palabrería de todas estas jornadas, las trabas para
instalarse en los pueblos son evidentes.
La gente va donde hay
trabajo pero también servicios. Es hipócrita hablar de despoblación
mientras se reconoce la incapacidad de cubrir las vacantes médicas en el
medio rural burgalés. No es necesario ni realista que cada pueblo tenga
todos y cada uno de los servicios pero sí que el vecino de esa pequeña
localidad no tenga que salir de la comarca para disfrutar de ellos.
Cuando
los discursos den paso a cambios igual nuestros pueblos dejan de
llenarse solo en agosto. O igual no pero, al menos, habremos pasado de
la teoría a la práctica y podremos aprender de los errores para avanzar
en la repoblación, más allá de este mes de agosto.
Fuente: Burgosconecta.com