El éxodo de los médicos 'millennial': un 30% emigran al finalizar el MIR
En
2019 piden trabajar en el extranjero 1.671 médicos españoles. Lideran
las solicitudes los facultativos menores de 35 años en busca de mejores
condiciones
Si la generación del baby boom -nacida en España entre 1958 y 1975- tenía claro que donde uno empezaba a trabajar sería posiblemente donde se jubilaría, los millennials que tomaron el relevo -nacidos entre principios de los años 80 y mediados de los 90 del anterior siglo- no temen a la movilidad, especialmente si esta conlleva una mejora en sus condiciones laborales.
Uno de los colectivos profesionales donde así se demuestra es en el de los médicos. Según publicó esta semana la Organización Médica Colegial (OMC) de España, entre el 1 de enero y el 1 de julio de 2019 se han expedido en todo el país un total de 2.540 certificados de idoneidad para trabajar en el extranjero, que corresponden a las solicitudes de 1.671 médicos. Se trata de un aumento del 20% en el mismo periodo del año anterior, cuando se liberaron 2.115 permisos. Por lo que respecta a la Comunidad Valenciana este número asciende a 201 certificados repartidos entre los Colegios Oficiales de las tres provincias y que han sido solicitados por 129 facultativos.
La distinción entre sexos no es relevante y la mayoría se marcha a Reino Unido o a Francia, siendo las especialidades donde más se piden estos permisos Medicina Familiar y Comunitaria, Anestesiología y Reanimación y Pediatría.
Uno de los datos que llama la atención de estas estadísticas es que la mayoría de peticiones para trabajar fuera son lideradas por los médicos menores de 35 años (un total de 456 en toda España), seguidos por el corte de edad que va entre 35 y 50 años (406 facultativos). Por último, hay otros 316 profesionales de más de 50 años que solicitaron este certificado.
Tendencia progresiva
Se trata esta de una tendencia que viene registrándose desde hace un tiempo y cuyos motivos están directamente relacionados con las condiciones laborales de los profesionales, según subrayan organizaciones como el Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana CESM-CV, que extrapolan la situación al resto de España.Su portavoz en Alicante, Víctor Pedrera, tiene claro por qué los médicos más jóvenes quieren (o tienen que)irse: «La barrera idiomática no es un obstáculo para ellos, la mayoría ya han cursado parte de sus estudios fuera gracias a los programas Erasmus, los vuelos son baratos y la Administración no les ofrece ni los sueldos ni las condiciones a las que pueden optar en otro país». Pedrera subraya el hecho de que muchos de los médicos que han solicitado marcharse en Galicia y Extremadura lo hacen para trabajar en Portugal, un país con menor poder adquisitivo que España pero donde estos profesionales consiguen mejores ofertas. «Hay mucho profesional que está harto de que lo contraten por días sueltos, que le paguen las horas de tarde a 14 euros o que se le acumulen hasta 60 pacientes por día», indica el representante de CESM-CV.
Esta organización subraya precisamente este problema como uno de los más acuciantes de la sanidad valenciana, concretamente de la Atención Primaria, donde considera que «las expectativas de futuro son aún más alarmantes», con plantillas que crecieron en los años 80 de forma espectacular con un recambio y crecimiento posterior muy bajo. «Esto se debería de haber previsto y la Administración ha tenido tiempo más que suficiente para solucionarlo, convocando oposiciones con un número adecuado de plazas todos los años. Sin embargo, han preferido tener médicos trabajando en precario, ocupando vacantes sin opositar hasta 20 años», apuntan.
El repuesto natural para cubrir estas carencias es, precisamente la generación millennial, que además es una de las mejores formadas. Y no es por falta de demanda ni por escasez de plazas MIR, ya que este año han aumentado en hasta 9.000 en toda España.
Este es otro de los aspectos que destaca el Sindicato Médico como lamentable, ya que se en su opinión, se está formando talento que acaba ejerciendo fuera de nuestras fronteras. «Formar un MIR cuesta nos cuesta entre 200.000 y 250.000 euros. Ahora formamos más MIR que nunca y se van más médicos con el MIR finalizado a otros países de la Unión Europea que nunca», explican desde el sindicato.
Su portavoz en Alicante calcula que alrededor de un 30% de médicos emigran nada más finalizar el MIR, mientras que desde su organización añaden que formar médicos para el beneficio de nuestros vecinos, «es una actitud a todas luces muy poco inteligente».
Subrayan además que la escasez que ello conlleva, obliga a «importar» facultativos de la Europa Extracomunitaria o de América del Sur, «con programas formativos que con toda seguridad no son tan exigentes como el que nosotros imponemos a nuestros médicos, y por supuesto centrados en otras necesidades que no obligatoriamente coinciden con las nuestras».
MÁS PACS EN LA COMUNIDAD VALENCIANA QUE EN TODA SUECIA
Este éxodo masivo de médicos jóvenes no es el único fallo del sistema
de Atención Primaria, aunque guarda relación con otros factores. En
opinión del CESM-CV se trata de un modelo fracasado, que tras su reforma
dejó «una amplia red de Centros de Salud, la inmensa mayoría de ellos
con consultas sobresaturadas, con déficit crónico de médicos y
pediatras, con profesionales desincentivados y en definitiva funcionando
prácticamente igual a como lo hacían los antiguos ambulatorios:
consultas saturadas, con asistencia sólo a demanda, de baja calidad y
muy poco resolutiva».
En este «fracaso», apuntan, se han primado factores como la cercanía del usuario a su centro de salud respecto a otros más importantes, como el hecho de que estos puntos estén dotados con el personal y las infraestructuras suficientes para garantizar un buen servicio. Además, consideran que no se ha profesionalizado la gestión, sino que han sido los Alcaldes, los políticos y los grupos de presión ciudadana los que han decidido cómo y dónde se distribuían los recursos. La primera consecuencia de este despropósito ha sido la proliferación de Puntos de Atención Continuada (PAC)próximos unos a otros, sin dotación suficiente. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, algunos puntos de poblaciones menores se encuentran a menos de 3 kilómetros del vecino y no disponen ni siquiera de recepcionista. Como ejemplo aclaratorio, desde el CESM-CV subrayan que en este territorio hay más PAC que toda Suecia, aunque la mayoría carecen de transporte para atención domiciliaria, del mínimo de plantilla o incluso del material básico. «Hay PAC en los que si el médico sale a atender una urgencia, ha tenido que sacar a la calle a los pacientes en espera y colgar un cartelito de 'vuelvo en una hora'», explican desde el sindicato.
En este «fracaso», apuntan, se han primado factores como la cercanía del usuario a su centro de salud respecto a otros más importantes, como el hecho de que estos puntos estén dotados con el personal y las infraestructuras suficientes para garantizar un buen servicio. Además, consideran que no se ha profesionalizado la gestión, sino que han sido los Alcaldes, los políticos y los grupos de presión ciudadana los que han decidido cómo y dónde se distribuían los recursos. La primera consecuencia de este despropósito ha sido la proliferación de Puntos de Atención Continuada (PAC)próximos unos a otros, sin dotación suficiente. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, algunos puntos de poblaciones menores se encuentran a menos de 3 kilómetros del vecino y no disponen ni siquiera de recepcionista. Como ejemplo aclaratorio, desde el CESM-CV subrayan que en este territorio hay más PAC que toda Suecia, aunque la mayoría carecen de transporte para atención domiciliaria, del mínimo de plantilla o incluso del material básico. «Hay PAC en los que si el médico sale a atender una urgencia, ha tenido que sacar a la calle a los pacientes en espera y colgar un cartelito de 'vuelvo en una hora'», explican desde el sindicato.
Fuente: El Mundo