jueves, 14 de octubre de 2010

Recordemos la entrevista a Luis Carlos Nieto

«Rebajar la edad penal no contribuye en nada a la reducción de delitos»


Es juez desde 1992 y desde el 99, especialista en menores, un ámbito que, asegura, siempre le había atraído. Luis Carlos Nieto (Ávila, 1958), es el coordinador de la Comisión de Menores de la asociación Jueces para la Democracia

DB
Angélica González / Burgos
Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Derechos de la Infancia y para recordarlo, la asociación Eras de Gamonal, en colaboración con las parroquias de San Juan de Ortega y la Inmaculada, el Centro de Día de Apoyo al Menor y Saltando Charcos, está organizando una serie de actos con los que quiere llamar la atención sobre la situación de vulnerabilidad que sufren algunos chavales. Estas entidades quisieron invitar al juez especialista en menores Luis Carlos Nieto para poner luz sobre el controvertido tema de la reducción de la edad penal.¿Qué es lo primero que piensa cuando oye pedir que la edad penal se reduzca a 12 años? Pues en la necesidad de un debate serio y riguroso sobre el tema. Se parte de planteamientos que muchas veces no están contrastados con la realidad, que no están demostrados. La cuestión fundamental es destruir esa ecuación, que parece irrefutable, de que a mayor sanción, mayor eficacia. Esto no es cierto y reducir la edad penal no va a contribuir en nada a la reducción del número de delitos.¿Qué ocurriría en el hipotético caso de que se aprobara?Habríamos constatado un fracaso del sistema educativo, social y familiar de nuestro país. Todos los años los jueces de menores hacemos una reunión en la que contrastamos las resoluciones, vemos por dónde van las cosas respecto a la delincuencia juvenil y la conclusión fundamental a la que llegamos la primavera pasada es que una rebaja de esa edad, que ahora está en esa horquilla de 14 a 18 años, a 12 supondría reconocer este fracaso.Este debate suele aparecer cuando ocurren hechos terribles a los que está vinculado un menor. ¿Hay que tener en cuenta esa alarma social?Nunca es positivo legislar en caliente, en el momento en el que hay una gran conmoción social ante unos hechos muy graves, porque no se legisla con serenidad ni para todo un colectivo, y una de las características de la ley es que tiene que ser general, para todos. No se puede legislar sobre un sistema penal de menores que va a afectar a muchos miles de menores que están llevando, en la gran mayoría de los casos, unos procesos educativos muy positivos. Hay que seguir apostando por la intervención educativa con los menores aun cuando hayan cometido un delito. Y el endurecimiento del sistema, aunque sea para pocos casos, siempre tiene efectos expansivos, es decir, si endureces el sistema penal se va a endurecer para todos y en el caso de nuestros juzgados pasan chicos que nunca más van a tener problemas con la Justicia. ¿Esto es así en la mayoría de los casos?En la inmensa mayoría.¿Puede entender, por ejemplo, que los padres de una víctima exijan medidas como ésta?Sí, sí, eso es perfectamente comprensible y lógico y lo que tenemos que hacer es solidarizarnos con su dolor. Pero lo que no se puede hacer es trasladar un planteamiento que tiene que ser valorado con reflexión, serenidad, rigor y todos los datos encima de la mesa.¿Qué papel cree que deben jugar los partidos, que en algunas ocasiones se han sumado a peticiones similares?No solo en alguna ocasión, yo creo que en muchas. Cuando se habla de reformar la Ley del Menor y, por tanto, de rebajar la edad penal a los 12 años, es cuando hay casos muy graves o en periodos previos a las campañas electorales. Esto es lo que se denomina el populismo punitivo, una tendencia que viene de atrás pero que ha cogido mucha fuerza desde comienzos de siglo y consiste, fundamentalmente, en endurecer las leyes penales, en prorrogar los tiempos de estancia en prisión o en centros y esto es porque se ve que es un caladero de votos nada despreciable.¿Les pediría más prudencia a los políticos?No solo más prudencia sino no legislar en función de supuestas alarmas sociales o de opinión publicada. Además, creo que se parte de un planteamiento erróneo, que es pensar que la sociedad es muy punitiva y quiere un mayor rigor en la aplicación de la ley penal y esto no es así...Quizás son más punitivos los que más gritan o a los más se les oye...Claro, la sociedad es muy celosa de los derechos y las libertades. La gente no quiere que los menores de 12 años vayan a centros de reforma como no quieren que los menores de 16 vayan a prisión sino a centros específicos donde se puedan reconducir.¿Se ha disparado la violencia juvenil?Vivimos en una sociedad muy violenta, la violencia está muy a flor de piel incluso en el ámbito familiar, entonces los menores reproducen los esquemas y las conductas adultas.¿Qué se puede hacer?Yo confío en los sistemas educativos insertadores. Pero también digo que el endurecimiento del sistema penal de menores no va a tener ninguna influencia en este tipo de conductas violentas. ¿Los centros de internamiento de menores funcionan?Las comunidades autónomas han asumido esta competencia que creo que es un poco la pariente pobre y que siempre entra con calzador. Hemos llegado al extremo de que, por primera vez, una comunidad, Canarias, quiere cederla, algo que no ocurriría si fuera de otro tipo. Dicho esto, creo que los centros de internamiento deberían estar muy bien dotados y sus profesionales muy bien pagados porque su trabajo es complicado y creo que esto no se está haciendo.¿Un juez de menores tiene que tener una especialidad especial con el tema? Sí, pero es que eso, además, es cumplir la ley que a lo largo de todo su articulado está mandando al juez que tenga en cuenta las circunstancias personales, sociales, educativas y familiares del menor. Hasta el punto de que la pieza clave que ha dado entidad a la jurisdicción de menores ha sido la creación de los equipos técnicos formados por psicólogo, educador y trabajador social que son quienes hacen los informes sobre los que luego el juez decide.
Fuente: Diario de Burgos