Ruido de sables
ANTES O DESPUÉS se producirá la catarsis entre populares, los que
venidos a menos lamen sus heridas y buscan salir por la chimenea del
volcán en ascuas. Como las medias verdades, romperá por algún lado y
definitivamente se partirán en dos, con actores en la escena
rocambolesca de pactos con quienes han nacido de su misma madera. No hay
cuña peor. Ciudadanos y Vox se han ventilado la mitad o más de los
votantes de un partido envejecido y trasnochado que no supo mirarse a
tiempo al espejo. Ya no hay marcha atrás, la derecha representada en el
PP está sentenciada a jugar un papel de terceras en las próximas
décadas. El feo Rajoy tuvo mucha culpa al creer que por seguir al mando
con brazos caídos, las cosas se arreglaban solas. Lo mismo hicieron
muchos segundones que ocupaban por entonces, alcaldías, presidencias de
autonomía y demás nidos de amor. Si don Mariano hubiese cedido el paso a
tiempo abriendo ventanas a la renovación, su ejemplo serviría para que
caras nuevas llenasen alcaldías. Toda España hubiese renovado de
populares agostados, hablo de hace cuatro años. Nadie de derechas
reniega de su credo pero sí, de quienes al gobernar con este signo,
olvidan el respeto y rectitud que se esperaba de ellos. La corrupción
mató al PP al igual que el video mató a la estrella de la radio. La
razón por la que Socialistas han remontado de forma meteórica, no es
otra que la sangría sufrida hace un par de años con un líder expulsado,
peregrino de aldeas y barrios. Renació de sus cenizas y de ello hizo
símbolo de las de su partido. Pronto le veremos, atormentado eso sí,
pero presidente del Gobierno de España. Política y matemáticas tienen
mucho que ver, alcaldías, escaños, consejerías, presidencias,
diputaciones y cargos de confianza, se reparten a razón de cuarto y
mitad. La pega viene cuando no hay silla para todos aquellos que la
tenían, en esto es cuando comienza el ruido de sables en el cuarto de
banderas. Al parecer, ese sonido tan característico se percibe en
ciudades como la nuestra y no es la única. A unos les ha sonreído la
fortuna y tendrán tregua y honrosa continuidad en palacios incluso
mayores, como Madrid. Pero mucho otros siendo mejores, ven cómo de
repente se termina su carrera política y quizás mañana no reciban el
saludo ni de la vecina de enfrente. Tiene que ser muy duro quedarse en
la cuneta y ver como tus compañeros siguen en la brecha. De aquí vendrá
esa catarsis que digo y con toda seguridad, la refundación de un partido
que perderá incluso sus siglas.
Fuente: Correo de Burgos