Una partida de ajedrez con muchos peones y un solo rey
Cs tiene la llave de gobierno en Burgos, pero Marañón la deja en manos del partido, mientras Lacalle se erige en líder del centroderecha y el PSOE defiende su posición de fuerza más votada
La
maquinaria de pactos ya se ha puesto en marcha. Con el anuncio
'oficial' del inicio de las conversaciones entre PSOE y Ciudadanos, y la
confesión de Javier Lacalle sobre la existencia de contactos previos,
arrancan las negociaciones para decidir el futuro del Ayuntamiento de
Burgos. Y todo parece indicar que la capital será un peón más dentro de
la partida de ajedrez en la que se ha convertido el país una semana
después de las elecciones municipales y autonómicas.
Una partida
que gira en torno a Ciudadanos, quien tiene la llave de gobierno y trata
de jugar bien sus cartas para que su éxito no se acabe convirtiendo en
una tumba política. Así, las negociaciones se centralizarán a través de
los comités de pactos, y quién sabe si tendrán en cuenta los sinsabores
vividos por Cs durante estos cuatro años. O los ninguneos y desprecios a
los que le ha sometido Javier Lacalle. O si todo se reducirá a un mero
intercambio de fichas, en forma de plazas políticas.
Mientras,
Vicente Marañón queda en un segundo plano, que ya ha empezado a ocupar
en los últimos días. Su ausencia se notó en el acto de investidura de
Juan José Laborda como doctor Honoris Causa en la UBU, donde Gloria
Bañeres (de la que se han desembarazado en Cs con artes poco limpias)
acompañó a «su» Francisco Igea. El candidato a la Junta no solo se
encontró con su adversario Luis Tudanca, con el que compartió unas
palabras en el aparcamiento pero sin testigos, sino que también concedió
la imagen deseada de PSOE y Cs juntos, a través de Daniel de la Rosa.
Precisamente,
De la Rosa afronta los días venideros con cautela, mirando de reojo
todo lo que ocurre a su alrededor y tratando de posicionarse como futuro
alcalde de Burgos. La Romería de la Virgen Blanca así lo demostró ayer;
el socialista repartió mano a mano con Lacalle la tradicional paella,
sin quitar ojo a Marañón, quien departió con varios concejales pero, en
especial, con Javier Lacalle. Quién sabe, a lo mejor el candidato
'popular' trataba de buscar una complicidad que le haga más fácil
dirigir a Cs un pacto en el que se incluya a Vox.
En esta primera
semana de negociaciones nos hacemos dos preguntas. La primera, ¿cómo se
encaja pasar en cuatro años de defender que gobierne la fuerza más
votada a exigir un pacto 'entre perdedores', amparado en el argumento de
la mayoría social de centroderecha? Y, la segunda, habiendo perdido
17.000 votos en ocho años, lo que se traduce en contar con menos de la
mitad de concejales (siete), ¿está Lacalle legitimado para erigirse
líder del centroderecha y reclamar para sí una Alcaldía que los
burgaleses le han negado por méritos propios? Hagan sus apuestas.
Fuente: Burgosconecta.com