domingo, 9 de mayo de 2021

MUCHOS CIUDADANOS CONFUNDEN LA LIBERTAD CON EL LIBERTINAJE

 Fin del estado de alarma

R.E. Maestro
-

Hace una noche que ya nos gustaría tener algunos días de julio y agosto. El fin de las restricciones se acerca y entre la gente se le nota más relajación que en semanas previas. Cuesta más que nunca retirarse y la Policía tiene que insistir...

Las calles del centro han estado abarrotadas toda la tarde, apurando el último toque de queda. - Foto: Luis López Araico

Thank you for watching

Hace una noche que ya nos gustaría tener algunos días de julio y agosto. Eso sí, resulta necesaria al menos una sudadera a pesar del buen tiempo, que por mucho que quiten restricciones seguimos en Burgos. Cosas de vivir a la burgalesa. Se junta la buena temperatura con las ganas de salir y disfrutar de la calle con los amigos. Y la hoja de ruta está más que clara desde hace días. El fin de las restricciones se acerca y entre la gente se nota más relajación que en semanas previas. Cuesta más que nunca irse con la llegada del toque de queda y los policías tienen que insistir para que la gente se recoja.


La gran duda entre los grupos está precisamente en qué hacer al dar las diez de la noche. Irse para volver. Y es que a partir de la medianoche ya se puede regresar a la calle sin tener que mirar el reloj, aunque muchos lo desconocen. Eso sí, con los bares cerrados a partir de las diez, solo queda recurrir al botellón, lo que desanima a los grupos de más edad.


Un día más Las Llanas se han convertido en el lugar favorito de la mayoría para tomar unas copitas, y donde más personas se han acumulado. Aunque por la tarde en Fuentes Blancas también mucho ambiente. Y aunque al llegar la hora marcada se fue despejando, los desplazamientos hacia otras zonas donde poder quedarse a pasar ese tiempo se multiplicaron. «Vamos para el Castillo», es una de las frases más repetidas entre los jóvenes. Eso, o quedar en casa de algún amigo hasta que llegue el pistoletazo de salida.

Otros ni siquiera se han planteado ese dilema. Grupos de todas las edades han optado por pasar en la calle las dos últimas horas del estado de alarma. Total... Las ganas de marcha son indiscutibles y demostrado queda, pero habrá que ver cómo afecta eso al número de contagios en los próximos días.

Y por fin han dado las 12. Algunos aplausos, petardos, gritos, grupos con botellas y bolsas que van y vienen, coches que emprenden viaje a la playa... Y el coronavirus, que tampoco se ha retirado.

Fuente: Diario de Burgos