miércoles, 10 de diciembre de 2025

UN NUEVO A TROPELLO EN NUESTRO BARRIO

 

Un nuevo atropello en un paso de cebra demuestra que el Ayuntamiento sigue perdido en materia de prevención

sacyl ambulancia

Un nuevo atropello en las calles de Burgos vuelve a poner el foco, si es que alguna vez se ha quitado, en los problemas de seguridad vial de nuestra ciudad. Una mujer de 80 años ha sido atropellada este martes, un paso de cebra en la calle Esteban Sáez de Alvarado.

Se trata del segundo atropello que se registra este mes de noviembre, y que se suma al que se produjo en Condesa Mencía el pasado 2 de diciembre. Mientras esto ocurre, el Ayuntamiento sigue dando vueltas a qué hacer, sin ser capaz de salir de sus «campañas» de información y de la colocación de lucecitas en los pasos de cebra. Pero el problema es otro. O mejor dicho son otros.

Y es que, en tanto que no se piense la movilidad poniendo al peatón en el centro, todo lo demás será siempre un parche.

Pero Burgos, como otras ciudades, ha experimentado cambios que no se han tomado en cuenta. Empezando por una considerable reducción en la iluminación de las calles. Una iluminación que, por cierto, apenas se adapta a las necesidades reales. Así, en días como este miércoles, donde apenas se ha colado un rayo de sol, las farolas se prenderán a la misma hora que cualquier otro. El Ayuntamiento de Burgos no tiene en cuenta las condiciones de luminosidad del día, ni si la jornada es lluviosa, lo que implica más vehículos y menor visibilidad.

A esto, se suma la proliferación sin control de cartelería luminosa de mediano y gran formato. Pantallas, como la instalada por el Burgos C.F. frente a un paso de cebra o en el centro comercial Camino de la Plata, que contribuyen al despite y que generan una iluminación descompensada. Que se agrava, como decimos, en situaciones de lluvia.

La instalación de mupis publicitarios, islas de contenedores y otros elementos, también condicionan de forma considerable la falta de visibilidad en las vías.

Pero, además, se echan de menos agentes de Policía Local en la que es su principal función, el control del tráfico. Y es que, en jornadas como la de este martes, con retenciones significativas sobre las 19.00 horas en el centro, no se vió a ningún uniformado dirigiendo el tráfico o, al menos, aportando seneridad a los atascos.

Y es que, el Ayuntamiento tampoco juega con la psicología del conductor en una ciudad en la que los cortes de tráfico no se señalizan, las retenciones se avisan tarde y las alternativas, directamente, no existen. Lo que provoca más estrés al volante, enfados, ganas de recuperar los tiempos perdidos… un cúmulo de sensaciones que también contribuyen a una reducción de la seguridad vial.

Eso sí, cuando se vuelva a cerrar un año sin atropellos mortales, no faltará la autoimposición de la medallita policial de turno, por el trabajo bien hecho.

Fuente: Canal54,es