viernes, 7 de enero de 2011

Los Reyes Magos llegaron a Burgos

Desfile de ilusión pasado por agua

La continua lluvia no impidió que miles de niños, niñas y mayores dieran la bienvenida a sus majestades, los Reyes de Oriente. La cabalgata más concurrida del año no defraudó arropando a Melchor, Gaspar y Baltasar.


Los Reyes llevan sus ofrendas al niño Jesús.
Da igual que llueva, haga frío o nieve. La cabalgata de los Reyes Magos nunca se suspende y ayer tampoco lo hizo. Escondidos bajo gorros y paraguas, los más pequeños de la casa salieron a la calle a recibir a sus majestades que, porque haga mal tiempo, no dejan de repartir los regalos.
En el desfile organizado por el Instituto Municipal de Cultura participaron medio millar de personas, entre pajes, duendes carboneros, emisarios reales, las cortes reales, pastores -en este caso con chubasqueros- y los diferentes grupos y compañías de teatro y danza. Entre todos estuvieron repartiendo 5.000 kilos de caramelos sin gluten aptos para celíacos, la cantidad más alta repartida en Castilla y León.
Entre Gamonal y el centro se podían contar por miles a los niños y niñas que dieron la bienvenida a los Reyes de Oriente. Sus majestades y la corte que les acompañan lo hicieron, como ya es habitual en Burgos, subidos en las carrozas que anualmente elabora el artista Cristino Díez. Este año estaban inspiradas en elementos egipcios y babilónicos y fueron construidas reciclando algunos de los elementos de otras ediciones.
Junto a las seis carrozas (tres para los reyes y otras tres con los regalos que por la noche repartieron en los hogares) desfilaron por la ciudad una docena de agrupaciones locales, cuatro compañías de Burgos y seis compañías internacionales.
Entre la lluvia vimos a la reina de los osos polares, nómadas de la Antártida, personajes de la película Charly y la fábrica de chocolate, hadas del hielo , templetes de música tirados por caballos metálicos, juguetes que cobraban vida, romanos...
Luego, en el mensaje que sus majestades lanzaron desde el balcón del Teatro Principal escuchamos a los Reyes de Oriente hablar de la capitalidad cultural, pero también tuvieron un recuerdo para los niños enfermos y los que sufren las guerras.
Tras sus voces, los fuegos artificiales despidieron a los más pequeños que, anoche, se fueron muy prontito a la cama.
Fuente: Diario de Burgos