lunes, 16 de mayo de 2011

ELECCIONES MUNICIPALES ROBERTO ALONSO REPRESENTANTE DE UPYD

El examen de Roberto


Cristina Navarro.
diariodeburgos.es
Cristina Navarro


Los exámenes sorpresa ponen nerviosos a todos los estudiantes sin excepción, sobre todo a los menos aplicados, esos que ni atienden en clase ni abren el libro al llegar a casa, confiando siempre en el palizón del último momento. Sin embargo, como es conocido por todos, lo que nunca hay que hacer es ponerse nervioso o protestar al profesor, no sirve para nada. Es el caso de Roberto Alonso con el test de burgalesismo realizado por este periódico a los candidatos a la Alcaldía y publicado ayer en las páginas especiales de la campaña electoral. El representante de UPYD, al ser consciente de sus pobres resultados, impidió que sus respuestas vieran la luz cayendo, en mi modesta opinión, en un doble error más propio de un novato o un advenedizo que de un señor con una amplia trayectoria en la vida pública de la ciudad. Por un lado, manifiesta una preocupante inseguridad sobre sus cualidades como político, como si temiera perder el favor de los votantes por no saber, por ejemplo, en qué año se fundó Burgos. Y por otro, una gran torpeza al abandonar un juego en el que había aceptado participar. Si no quiere atender a los medios de comunicación, no tiene por qué hacerlo; si no está por la labor de contestar una encuesta, nadie le obliga. Pero esto de romper la baraja cuando han salido malas cartas… en fin, resulta sorprendente. Roberto Alonso debería saber, o alguien debería decirle urgentemente, que los electores valoramos la transparencia y la honestidad por encima de todo, por encima incluso de los conocimientos de la realidad municipal. Si llega el caso, siempre puede tirar de Internet -desconozco si está alfabetizado digitalmente- o de sus ‘machacas’ para que le pasen una chuleta sobre qué presupuesto tiene tal o cual proyecto. Pero empieza con mal pie en esto de la política si va a esconderse cuando la realidad le resulta molesta. Sus rivales, sobre todo los menos experimentados, le han dado una lección al apechugar con sus dignos suspensos. Bien por ellos.
Fuente: Diario de Burgos