domingo, 23 de septiembre de 2012

LOS MILAGROS A FÁTIMA


«Con menos personal y menos dinero no se pueden hacer las cosas mejor, por mucho que se empeñen»

Dr. Juan José Aliende Presidente del Colegio de Médicos de Burgos
H. Jiménez / Burgos - domingo, 23 de septiembre de 2012
Lleva 6 años presidiendo un colectivo que agrupa a casi 1.800 médicos en activo y más de 100 jubilados. Aliende (Barcina de los Montes, 1954) estudió en Valladolid, se especializó en digestivo, empezó a ejercer como médico rural, luego en el Hospital Militar y siempre en Primaria. Actualmente trabaja en el Centro de Salud de Las Torres y afronta una época muy complicada para su colectivo laboral. Normalmente conciliador en el discurso, cuando se trata de reivindicar tampoco se calla. Así hizo este verano en un artículo en el que reprochaba a los políticos haber convertido la situación económica en «un concurso de recortadores».
¿Quién ganaría? ¿Quién cree usted que sería el campeón?
Pues entre la administración autonómica y la central. Cada uno echa la culpa al otro. Entiendo que tienen que cuadrar las cuentas, y la sanidad y la educación son dos grandes gastos. Puestos a recortar, es donde más tajada hay, pero tendremos que pensar si queremos tener una sanidad distinta a la que teníamos hasta ahora, porque es lo más sensible para la calidad de vida de los ciudadanos junto con la educación. En ese artículo al que usted se refiere yo advertía que esos recortadores son solo para los demás, piden adelgazar al resto pero hay una hipertrofia del Estado que parece que entendemos todos menos los que están dentro de ella. Hay duplicidades, puestos muy discrecionales que son irrelevantes y nadie sabe para qué sirven. Los recortes hay que hacerlos con criterio. ¿Quién es el importante en la atención sanitaria? Pues los que estamos cara al público. Las enfermeras o los médicos. Y recortan en ellos. A los jubilados les amortizan la plaza, llevamos todo el verano sin una sustitución... ¿Y por qué no se recorta de la macroestructura administrativa de gestión? Que se recorten también ellos algo, para demostrar que todos estamos en el mismo carro.
La primera semana tras la entrada en vigor de la norma que en teoría acababa con la atención a inmigrantes irregulares se desarrolló con normalidad ¿Siguen así?
Igual, sin novedades. Recibimos una instrucción el día 1 de septiembre, se garantizó que estarían atendidos y en principio no debería haber problemas. Médicamente no los habrá porque ya adelantamos que todos los médicos tienen la obligación de ver a todos los pacientes, sea cual sea su condición. Lo que pedíamos a la Consejería y a sus gerentes era que no nos enfrentaran mucho entre nuestra condición deontológica y las normas administrativas. Está muy bien que ellos quieran facturar o pensar en la sostenibilidad del sistema de la manera que mejor les parezca, pero los médicos no podemos entrar en esa guerra de si atender o no atender.
¿Y les han puesto en esa tesitura?
En absoluto. No ha desaparecido ninguna cartilla de momento, o al menos aquí no ha llegado ningún problema, y tampoco es que sepamos quién es ilegal o no, porque una vez que están en el sistema nosotros aquí no sabemos nada. De todas formas, una cosa es la asistencia sanitaria que tenemos todos garantizada y otra es la tarjeta sanitaria, que otorga unos derechos pero que hay que cumplir. En todo caso cambiarán la tarjeta sanitaria, que actualmente es de atención europea, pero no la asistencia.
¿Que postura tienen en torno a la amenaza de huelga de médicos, aún no concretada?
Bueno, la fecha está sin cerrar todavía. Pero sí se baraja una huelga porque con los recortes que están afectando a los trabajadores públicos, y muy especialmente a los sanitarios, y dentro de los sanitarios a los médicos, calculamos que ha habido una reducción de sueldo del 23% en los últimos años entre la primera bajada, la de ahora, la congelación de por medio... Ahora se habla de que no nos van a dar el pacto de objetivos del año pasado que ya estaba firmado y depende de la productividad, se rumorea que nos quitarán más vacaciones, otros complementos... Con todo eso y lo que se supone que van a hacer, porque a la Hacienda autonómica no les cuadra las cuentas, los colegios se van a sumar a los sindicatos porque creemos que los médicos ya hemos pagado un peaje suficiente y no somos los culpables, ni nosotros ni los pacientes, por supuesto. Los profesionales no son los que han traído la ruina del sistema, así que no queremos pagar especialmente nosotros. El colectivo tiene un malestar grande una inquietud. Más no, por favor, ya vale, porque nos están agrediendo en temas laborales que ha costado muchos años conseguir. Los interinos se van a la calle, está habiendo despidos, se han quitado las peonadas... El nivel económico del médico está bajando, su precariedad también y está habiendo gente en la calle. Así que es momento de tomar medidas. De todas formas, no querríamos hacer huelga pero no queremos que nos atropelle la administración y nos saque de la carretera.
¿Pero servirá para algo esa protesta?
Bueno, es el riesgo de cualquier huelga. Es una pelea a ver quién puede más. Los médicos estamos en la sociedad, vivimos muy dentro de ella, y entendemos que la situación es difícil, lo vemos en el día a día cuando tratamos con los pacientes. Pero nuestros derechos laborales han costado muchos años y ahora en dos trimestres nos quieren cambiar todo. Y eso obligatoriamente irá en contra de la calidad de la asistencia, por mucho esmero que pongamos.
¿Se traduce el malestar del colectivo en la calidad de la asistencia?
Bueno, los médicos por mucho que hablemos en el bar, o entre nosotros, de manera privada, cuando estamos delante de un enfermo uno lo hace como lo tiene que hacer. Por muy enfadado que estés con la empresa o con el sistema, delante de un enfermo eso no vale. Somos profesionales cualificados, como colectivo hemos demostrado toda la vida que el sistema funcionaba bien, era barato y era eficiente. Y con sueldos mucho menores que los de nuestro entorno, de la OCDE, hemos mantenido un sistema que todo el mundo decía que era bueno, también sus dirigentes. Lo que es evidente es que si reducen plantilla, con menos humanos y materiales parece que la calidad asistencial tiene que ir a menos, no nos vamos a engañar. Con menos personal y con menos dinero no se pueden hacer las cosas mejor, por mucho que se empeñen.
Si presumíamos de la eficacia de nuestro sistema, ¿por qué se quiebra es marcha? ¿En qué momento se estropeó?
Éramos ricos o nos lo creíamos. Las autonomías huían hacia adelante desde que se produjeron las transferencias. Todo se presupuestaba con extras y se sacaba el dinero de donde fuera, pero ese dinero era ficticio. Ahora esa burbuja se ha roto y todo el déficit ahí está. Pedimos a los políticos que digan claramente qué quieren, qué sanidad quieren y cuánto se quieren gastar. Y que vaya el dinero directamente a eso, no pueden vender que no va a pasar nada y que no haya dinero para hacerlo, que las listas sigan creciendo... Ahora parece que la ministra de Sanidad está por recortar la cartera de servicios. Hay cosas que no son demasiado importantes, que no eran efectivas e igual hay que recortarlas si valen mucho dinero. Podemos comprar un coche de una gama más baja que nos sirva igual para viajar aunque sin tantas comodidades, y por eso les pido a los políticos que recorten de lo superfluo. Hay pruebas o medicamentos de las que no se han evaluado su coste efectivo y no son fundamentales para la calidad de la asistencia. Pero si se recorta indiscriminadamente obtendremos un disparate.
¿Cómo se está desarrollando la aplicación del copago farmacéutico?¿Se mide más el uso de los medicamentos?
Pues sí, hay gente que tiene muchas dificultades y ahora se piensa lo que le recetas y lo que no. Todo tiene un precio y no se puede despilfarrar. El copago también tiene esa faceta, que aunque haya gente que le cueste pagar, aunque no es exagerado. Esto ha venido bien para que la gente se conciencie de que las cosas valen dinero y la gente no amontonará tanto en casa.
¿Le piden medicinas con menos alegría?
Sí, se nota, ahora se ajustará más a la realidad. El copago tiene un punto positivo de educación, de consumo con racionalidad.
¿Qué opina el colectivo de la supresión de médicos rurales y su concentración en los centros de poblaciones mayores?
Es una medida complicada. Pedimos que no se derroche y se gaste donde más se necesita y eso va con la reorganización de los equipos de atención primaria, porque tenemos una población rural muy dispersa y es complejo en Burgos. No se puede tener un médico en cada esquina y algunos es ciertos que tienen pocas cartillas. Pero es lo de siempre. A ver con qué criterio se hace, si con el profesional o con el de ahorro. Porque se reducirá la plantilla, los que trabajen van a trabajar más, y de forma más dispersa.
¿Qué ha supuesto para su colectivo la apertura del nuevo hospital?
Hay de todo. Nada es blanco ni negro. Hay grises. Para los médicos y para los pacientes está claro que tenemos un nuevo centro, enorme, bien dimensionado, y aparte de las cosas sobre los accesos o la parada del autobús, está claro que las condiciones de habitabilidad no tienen nada que ver en un sitio y en otro. Sobre todo en lo que atañe al paciente. Las habitaciones de ingresos son extraordinarias, con buenas vistas, con buenos medios. Pasillos y salas de espera también son extraordinarios. Pero las consultas de los profesionales son habitáculos pequeños, y allí hay que estar 6-7 horas. Un paciente quiere estar 15 minutos en el pasillo, pero en la consulta se está toda la mañana. Y tener algunas más iluminadas, pequeñas y hacinadas no parece lógico. Por eso algunos compañeros se han quejado. Y luego el problema de tener dos gerencias están dando roces, porque unos son profesionales sanitarios y otros económicos, que velan por la explotación. Ahí hay problemas también y si no se tienen en cuenta a los profesionales puede haber alguna distensión. No es fácil hacer el cambio a un sistema nuevo, espero que poco a poco se vayan pautando bien las líneas de cada gerencia.
Si no se están cubriendo las jubilaciones, ¿acaso sobran médicos?
Pues tenemos el peligro de que se traslade esa imagen. Que ahora sobran todos. Pero no, una vez más se necesita una organización clara. La realidad es que va a haber un paro creciente entre los médicos, que ya lo está viendo. Que en cuanto pueda la gente se irá fuera o a la privada. Este año ya han bajado las plazas de MIR aunque aún no ha caído la entrada a las facultades, curiosamente. Creo que la Junta va a promocionar este otoño la jubilación casi forzosa a los 67 años, hasta ahora era opcional hasta los 70. Y lo malo no es eso. Podrías decir: pues estupendo, todos fuera a los 65 y que entren los nuevos. Pero no es así. Plaza que se jubila, plaza que se amortiza. Los jóvenes lo tienen muy mal y va a haber un problema.
A nivel nacional los Colegios cada vez tramitan más certificados de idoneidad para marcharse a trabajar al extranjero. ¿Lo notan ustedes también aquí?
Sí, también, porque no hay perspectivas de trabajo estable. Mucha interinidad y mucha precariedad. Y si alguien tiene un poco de inquietud en cualquier sitio de Europa, incluyendo Portugal al menos hasta ahora, tiene mejores sueldos y mejores condiciones laborales.
¿Notan que caen también los colegiados nuevos?
En los dos últimos años estamos teniendo menos, en los cuatro años anteriores estábamos subiendo porque había más contrataciones. También nosotros tenemos que ajustarnos porque hay menos dinero
A principios de este año reclamó una mayor coordinación entre la atención primaria y la especializada ¿Han avanzado algo?
Pedíamos un entendimiento, y lamentablemente creo que no se ha conseguido. Hablamos mucho, lo decimos todos, ahora se dice que habrá una Gerencia Única, lo comenta el consejero, todos los gestores... Es que en definitiva estamos en la misma empresa, tenemos los mismos clientes si me permite la expresión y lo que hay que hacer es un buen seguimiento, esté donde esté, en primaria, urgencias u hospitalización. La informática nos está ayudando en este sentido pero tenemos que llegar a que el enfermo no se pasee burocráticamente de un lado al otro. Los políticos dicen mucho que hay que potenciar la primaria y así llevamos 30 años, pero la realidad es que su presupuesto ha caído. Todos los hospitales quieren tener la última modernidad, pero hay que pensar cuál es el mejor coste-efectividad, lo que sea más rentable para tener una buena salud. Unos medidores de salud objetivos. Y potenciemos lo realmente importante, también desde el punto de vista económico.
La informática les ha ayudado, pero ha habido problemas recientemente y el sistema se bloquea por completo.
Nos quedamos a ciegas completamente. Solo podemos hacer recetas a mano.
¿Qué medidas de seguridad se pueden poner para evitarlo?
Nos hemos quejado hace tiempo, la Junta se empeñó en tener un programa propio para evitar problemas con las licencias, y parece que al menos el de Primaria no está bien equilibrado. Se ha quedado sin desarrollar, está pendiente de mejoras. Tiene cosas buenas y una mala historia informatizada siempre será infinitamente mejor que una de papel, pero estamos convencidos de que debemos ir a la historia única. Que si te pilla una enfermedad en Sevilla se pueda ver. Es que ahora de un centro de salud a otro no se puede ver, se tiene que pedir. Así que como para conectar con otra Comunidad Autónoma... Falta mejorar mucho en la informatización.
Fuente: Diario de Burgos