lunes, 19 de octubre de 2015

CON EL BULEVAR A VUELTAS

La millonaria reclamación del bulevar sigue enquistada medio año después

Á.M. / Burgos - lunes, 19 de octubre de 2015

Los cambios políticos y la "espantada" de la gerente de Fomento han impedido aligerar un expediente que generará intereses si a Copsa y Aroasa se les reconoce alguna indemnización
El precio del intento de convertir la calle Vitoria en un bulevar no será sólo político. Las obras que sí llegaron a ejecutarse (la rotonda de Juan Ramón Jiménez, la urbanización de la calle Doña Constanza y mejoras en la red de aguas) costaron un millón de euros, incluyendo el cargo por abrir y tapar la zanja que iba a convertirse en un aparcamiento y acabó bautizada como ‘zona cero’. Pero eso no era todo.
A la UTE que se adjudicó la actuación, formada por Copsa y Aroasa (Arranz Acinas), se le iban a pagar 7.893.234 euros por la obra en superficie. Al margen, esas firmas iban a invertir, por su cuenta y riesgo, casi cinco millones más en un párking para residentes con 254 plazas. El por qué no sucedió todo eso huelga explicarlo: hubo movilizaciones, las movilizaciones devinieron en disturbios y los disturbios en violencia, haciendo imposible la ejecución de las obras por el incumplimiento de la práctica totalidad de la normativa en materia de seguridad, tal y como dijeron por escrito las propias empresas al Ayuntamiento.
El alcalde, Javier Lacalle, anunció el aborto de la actuación y ahí acabó lo que se ve. Lo que no se ve es el pulso que mantiene la UTE con el Ayuntamiento a cuenta de la reclamación de daños. Porque lo que es innegable es que Copsa y Aroasa firmaron un contrato que no pudieron cumplir, así que consideran que deben ser indemnizadas conforme a la Ley de Contratos. Pero ocurre que las leyes son muy maleables dependiendo de quién las aplique, así que no hubo acuerdo.
 
la petición. El anterior equipo de Gobierno reservó una partida en el presupuesto de 2015 que ascendía a 371.000 euros. La intención, que ese dinero fuera suficiente para indemnizar a Copsa y Aroasa y enterrar el asunto. Pero no lo fue. Las constructoras metieron en febrero una reclamación a la ciudad de 1,6 millones de euros. Concretamente, piden 280.000 euros por el 6% de la obra no ejecutada (esto es aplicación directa de la Ley de Contratos), 370.000 por el beneficio que, según sostienen, iban a obtener con la comercialización del aparcamiento, y más de 900.000 euros de costes directos, indirectos y gastos generales, capítulos entre los que se encuentra el personal, acopios de material, alquiler de maquinaria...
Amén de caer como ácido en el mando político del Ayuntamiento (ambas empresas estaban entre las más beneficiadas por la adjudicación de obra pública municipal en la última década), la petición fue directamente derivada a los servicios jurídicos, dando por hecho que habrá una batalla judicial.
Pero para que eso llegue es necesario contestar a la reclamación, y eso el Ayuntamiento todavía no lo ha hecho... Ocho meses después, no lo ha hecho. Esta cuestionable herencia ha caído en la mesa del nuevo concejal de Infraestructuras, Jorge Berzosa, que añade con el caso del bulevar una más a la cartera de ‘regalos varios’.
«Es un trabajo concienzudo que hay que hacer ya», asume. Berzosa asegura que en verano dio instrucciones a la gerente de Fomento para « resolver el contrato y contestar a la UTE con el posicionamiento del Ayuntamiento», pero la gerente en cuestión se fue de vacaciones en septiembre y, a su regreso, se marchó a la Junta a cubrir la plaza que dejó José Luis Ventosa al frente de Fomento. Del bulevar, ni palabra.
 
La urgencia. Cuenta el concejal que recientemente ha comunicado «por escrito mi preocupación por el retraso y la necesidad de abordar esta cuestión de forma urgente», pero «las dudas sobre el futuro de la Gerencia y la dificultad del expediente hacen que cueste arrancar». Sin esos informes no se podrá «analizar a qué tienen derecho por el beneficio industrial y si les corresponde algún daño o perjuicio de los que invocan que no haya sido abonado con las certificaciones realizadas hasta la fecha». Es decir, que no se puede contestar a la UTE ni saber a qué se enfrenta el Ayuntamiento con la Ley en la mano.
Al menos en el expediente municipal en el que se archiva el caso no consta que la UTE haya reiterado reclamación formal alguna desde que hiciera la petición de esos 1,6 millones. Quizás se deba a que cuanto más tiempo pase, cuanto más tarde el Ayuntamiento en contestar, mayor será su beneficio en concepto de intereses siempre y cuando consigan arrancar al menos una parte de lo que han exigido. Intereses que, llegado el caso, se pagarían con dinero municipal.
Fuente: Diario de Burgos