sábado, 6 de octubre de 2018

LO QUE NOS QUEDABA POR VER

Lacalle o como ser un alcalde cateto

 Coliseum Burgos 

El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ha vuelto a sacar su faceta más cateta. El regidor municipal ya nos tiene acostumbrados a sus paletadas pero no por ello deja de sorprender con sus ocurrencias.
Cuando la ciudad aún no se ha sobrepuesto de su decisión unilateral y en contra de los informes técnicos de peatonalizar la calle Santander los domingos y festivos, ahora va y dedica sus esfuerzos a inaugurar un hito en el Coliseum para recordar que por la “renovada” plaza de toros ya ha pasado medio millón de personas.
Lo que podría ser algo simbólico y anecdótico, pierde todo su sentido cuando se hace como le gusta hacer las cosas a Javier Lacalle. Rodeado de palmeros y con sus habituales ‘gracietas’, el alcalde ha querido destacar lo bonito que ha quedado el Coliseum gracias su insistencia.
Eso sí, nada de hablar del gasto que ha supuesto remodelar la antigua plaza de toros municipal del Plantío, ni de todo lo que queda por hacer en ella (que no es poco).
Son 10 millones de euros lo que los burgaleses ya han tenido que invertir en el Coliseum. 10 millones que han servido para un gran lavado de cara pero que, sin embargo, no han logrado quitar el olor a rancio (y esto no es solo por la falta de ventilación).
Baños aún sin reformar, una enfermería cuyas obras parecen interminables, bajantes que se atascan y una climatización que no acaba de funcionar son solo algunos de los proyectos que aún quedan pendientes en el Coliseum.
Teniendo en cuenta todas estas deficiencias, no parecería lógico que un alcalde alardease de dotación. Una teoría que tiene que desecharse cuando se trata de Javier Lacalle porque él, como siempre, va a lo suyo.
Fuente: Canal54.es