sábado, 31 de agosto de 2013

LO QUE DEBE HACER LACALLE ES CESAR A REBOLLO

Una autocrítica que honra a un gobernante

AUNQUE rectificar dicen que es de sabios y el error es la antesala del acierto, este sano ejercicio es casi insólito en el ámbito del poder y la política. Por esta razón se impone aplaudir la autocrítica expresada ayer por el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, a su vuelta de vacaciones y en relación con la oscura gestión y el fiasco en el que desembocó la operación de compra de autobuses madrileños de desecho. No es que el regidor con su valoración de este espinoso asunto dé la razón a la posición crítica y las revelaciones publicadas por El Correo durante el último mes.  Tal respaldo, por otro lado, es innecesario cuando los propios hechos, la anulación de la compra, se han encargado de corroborar las denuncias periodísticas. Lo relevante en la declaración de Lacalle no es tanto lo que dice, sino que lo dice. La grandeza que implica el reconocimiento de un error y, por ende, la enmienda del mismo. Es importante para cualquier ciudadano saber que la persona en la que delega su voto soberano no sólo comete errores, como es lógico, sino que es capaz de reconocerlos y no atrincherarse en la ciega soberbia. Pero en la autocrítica de Lacalle había algo más, una censura implícita en la que los silencios atruenan. No mencionar al responsable directo de la chapucera operación, al concejal Rebollo, es paradójicamente un sonoro señalamiento de culpa. Al final el fiasco se hizo evidente y ha sido reconocido por el primer edil, ahora se impone un firme propósito de enmienda y, además, urge una solución a un problema que sigue sin resolverse: el obsoleto transporte urbano.
Fuente: Correo de Burgos

OTRA GRAN IDEA DEL Sr REBOLLO

Rebollo aparca la ordenanza que exigía hablar inglés a los taxistas

J. Maiques / Burgos - sábado, 31 de agosto de 2013
ElAyuntamiento guardará el borrador a la espera de que la Junta de Castilla y León revise su normativa para adaptarla a la legislación nacional, lo que llevará entre 1 y 2 años

Los aspirantes a ocupar en uno de los próximos años una plaza de taxista en la capital pueden relajarse en el aprendizaje del inglés ya que el Ayuntamiento ha decidido parar la futura ordenanza que tenía entre manos. Un texto del que existía un borrador (nada definitivo) y en el que, entre los puntos más anecdóticos, se sugería el dominio del idioma anglosajón a los nuevos chófer y la prohibición de conducir con pantalones cortos o calzado deportivo.
El motivo de parar el texto y dejarlo para más adelante obedece a la petición que los profesionales del sector le trasladaron al concejal de Movilidad, Esteban Rebollo. Desde la Asociación Burgalesa del Taxi (Abutaxi) le trasladaron en una primera instancia, y así se lo han vuelto a repetir en una reunión reciente, que no tenía demasiado sentido renovar una norma que habría que volver a cambiar dentro en no demasiado tiempo.
Así las cosas, el edil, al exponer las razones por las que se ha dado marcha atrás, recogió los mismos argumentos que han defendido los taxistas. Es decir, que el pasado 5 de julio se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la modificación de la Ley del Transporte Terrestre (LOTT), con carácter estatal, que obligará a las comunidades autónomas a revisar su normativa. Algo que podría tardar entre uno y dos años, según la estimación que hicieron en Abutaxi, y que obligará a los municipios a tener que cambiar también sus ordenanzas. De ahí, que se haya acordado dejarla en punto muerto con la intención de que lo que se apruebe tenga una vida duradera. No es menos cierto que la actualidad refleja algunos de sus puntos en pesetas.
Al margen de las diferencias acerca de si se puede exigir el dominio del inglés o si se puede trabajar con bermudas, asuntos a los que ambas partes han restado importancia al entender que se podrían acordar sin mayor el problema, el borrador de la ordenanza presentaba alguna complejidad que ha preocupado más al sector y que tenía que ver con la concesión de las licencias. Sin ir más lejos, pidieron que quedara reflejado de forma explícita el número máximo de taxis que pueden circular por la ciudad. Siempre se ha calculado que lo óptimo es que exista uno de estos vehículos de servicio público por cada mil habitantes. Una estimación que se realizaba, también es cierto, antes de la crisis.

Doce horas al día

Mientras tanto, el gremio sigue a la espera de una respuesta sobre su solicitud para que los vehículos solo puedan trabajar durante un periodo máximo de 12 horas al día. Una medida encaminada a que no haya coches que circulen durante más tiempo que los demás.
Si bien es cierto que perjudica a quienes pretenden colocar, por ejemplo, a un familiar que se ha quedado desempleado, los taxistas defienden su aplicación en beneficio del interés general de un sector que cifra la caída de su actividad en los últimos años alrededor del 50%. Este cambio, sin ir más lejos, ya tiene precedentes en ciudades como Bilbao.
Fuente: Diario de Burgos

¿LLEGARÁ EL AUTOBÚS AL RECINTO HOSPITALARIO?

Entreabre la puerta al acceso del transporte urbano al recinto del Hospital

Por primera vez el alcalde habla de negociar una solución con la concesionaria
C. M. / Burgos
En los próximos días concluirán las obras que se están ejecutando en la entrada del Hospital de Burgos para permitir el acceso del autobús urbano al recinto. Se pone así fin al calvario que supone para los usuarios tener que descender del vehículo unas calles más allá del centro sanitario y atravesar varias rotondas hasta alcanzar el complejo.
Pero no es el final del problema. El bus sólo accederá unos metros, los justos para que desembarquen los viajeros, quienes tendrán que salvar andando las distancias existentes desde la parada hasta los diferentes servicios hospitalarios y consultas.
La solución a este dilema aún no existe sobre la mesa. Pero se abre una puerta a la esperanza. El alcalde, Javier Lacalle, aún reconociendo que existen muchas trabas para solventar la situación al menos reconoce que hay que sentarse a negociar.
Fuente: Correo de Burgos

VEREMOS SI BURGOS CUENTA CON NUEVOS AUTOBUSES

Lacalle admite el fiasco en la compra de los buses de segunda mano


"Hay que hacer autocrítica, no se hizo bien, hay que inspeccionar antes de comprar"

El mea culpa del alcalde supone una crítica implícita al concejal Rebollo

C. MORENO / Burgos
Claro y contundente. Así ha retomado la actividad política el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, tras el paréntesis del verano. No quiere reiniciar el curso con fantasmas bajo las alfombras y ha decidido ventilar los asuntos, incluidos los menos amables.
La compra de autobuses de segunda mano que intentó el concejal de Transporte, Esteban Rebollo, y abortada in extremis, sonroja al alcalde, quien no duda en admitir el fiasco y en reconocer que la actuación es «manifiestamente mejorable». Escueto y directo señala que «no lo hicimos bien y hay que hacer un ejercicio de autocrítica». Tampoco le duelen prendas en reconocer que antes de adquirir un producto, en este caso seis autobuses de los usados por la EMT en Madrid, se debe conocer su estado, realizar una inspección exhaustiva y comprobar que los autocares por los que se pujará en la subasta reúnen las condiciones idóneas.
Fuente: Correo de Burgos

jueves, 29 de agosto de 2013

NUNCA LOS AUTOBUSES URBANOS DIÓ TANTO QUE HABLAR

«La idea del nuevo mapa de buses no es mala, pero el papel lo aguanta todo»


Á.M / Burgos - jueves, 29 de agosto de 2013


Luis Crisantos • Presidente del comité de empresa de Autobuses Urbanos

Lleva media vida (22 años) conduciendo los buses en los que se mueven cada año más de 13 millones de viajeros. No hay línea, turno u horario que no haya pasado por sus manos, ni tampoco modelo de vehículo con el que no haya tenido que lidiar. Así que Crisantos, que tiene delegada la representación legal (elegido por la lista de CCOO) de sus compañeros, es voz autorizada para buscar una opinión en el engranaje de un Servicio que está de moda, y no precisamente por la tranquilidad que transmite a los ciudadanos. Hace una excepción ante una situación excepcional.
Nunca autobuses urbanos dio tanto que hablar. En los últimos meses, y alimentada por el frustrado intento de comprar a Madrid vehículos muy deteriorados, la polémica sobre la gestión de uno de los servicios públicos vitales para los ciudadanos ha escalado a la cima del debate social y político. Entre el silencio del Ejecutivo y las críticas de la oposición, buscamos la opinión de quienes mejor conocen los intestinos del transporte público, y lo hacemos a través de su legítimo representante.
¿Hay motivos para estar preocupados por la situación de Autobuses?
Evidentemente los hay, sobre todo por el futuro que se presenta en relación a la flota. Todos sabemos que el rénting vence en 2016, que no tiene opción de compra y que la flota propia ya tiene unos años. No son excesivos porque hemos tenido autobuses con más años y funcionaban, pero es evidente que ya no están en el estado  idóneo para prestar el servicio.
¿Las averías de los vehículos actuales son tan frecuentes como parece?
No. Estos vehículos funcionan 365 días al año, así que no es inusual que haya averías normales. Lo que sí es verdad es que el mantenimiento debería ser más detallado en cuanto a los reglajes. Si se hicieran habitualmente se evitarían averías.
Fuente: Diario de Burgos
¿Cuál es entonces el problema con el mantenimiento?
Hay varios. Uno es que están (los buses) 18 horas en la calle y se meten en cocheras a las once y media hasta las seis de la mañana. Durante ese periodo no hay servicio de mantenimiento porque la UTE solo presta servicios durante el día, con lo cual es más difícil que haya un mantenimiento continuo. Y más desde que se ha dado a la UTE el mantenimiento de toda la flota y a nuestros trabajadores propios (siete oficiales en activo) se les privó de responsabilidades y no tienen acceso ni siquiera a la herramienta, así que hacen cosas muy básicas.
Así que tenemos a siete trabajadores municipales que están mirando.
Pues prácticamente. Todos los materiales pasaron a propiedad de la UTE y no tenemos herramienta propia.
Usted ha conocido los dos sistemas: mantenimiento público y mantenimiento privado. ¿Cuál diría que ha funcionado mejor?
Como ciudadano lo que tengo claro es que si contratamos a un intermediario para la explotación, ese intermediario tiene que tener algún beneficio porque lo contrario no tendría sentido. Así que entiendo que si eliminamos al intermediario el coste debería ser inferior. Las cifras de lo que costaría comprar una flota propia y lo que nos cuesta el alquiler ya son conocidas, con el añadido de que la flota ahora no es nuestra.
¿Hay un riesgo real de que algún día pase algo serio con un autobús?
No. Puede pasar, pero no es algo que vaya implícito en la situación actual del servicio. Pero hay cosas que se podrían evitar. Un ejemplo: los autobuses del rénting vienen dimensionados para el recorrido que van a hacer. Si hay pendientes se libera un poco más de potencia y, si son trayectos muy llanos, menos. Esto se programa en una tarjeta y se programaron todas para recorridos llanos buscando un ahorro en combustible. Pero llega el verano y con el aire acondicionado los motores van mucho más forzados. En primera ni salen, así que cuando vamos a incorporarnos a un cruce nos la vamos jugando. Igual algunas averías vienen por ahí.
¿El comité de empresa, los empleados, en definitiva, se sienten escuchados por los responsables de Samyt?
Mi capacidad dentro del Consejo es limitada: tengo voz, pero no tengo voto. Fuera de dar mi opinión puedo hacer poca cosa. Emito informes con la esperanza de que caiga en algún sitio donde mis sugerencias pueden ser atendidas.
¿Y qué tal le va?
Bueno, digamos que no tenemos mucho éxito.
¿En su cabeza cupo lo de comprar buses retirados por Madrid?
No. Además tengo referencias de Madrid, sabía del estado de los vehículos y me sorprendió, como a todos. El comité es el último que se entera; la mayoría de la información la recojo de los medios. Ya tuvimos esa experiencia. Cuando terminó la Expo de Sevilla se compraron de allí dos ‘ivecos’ (una marca de autobuses) de segunda mano y fueron un caos, no funcionaron dos días seguidos. Llevaban muchísima electrónica y no había personal capacitado para ese tipo de vehículos. Antes nos defendíamos porque teníamos a nuestros mecánicos. Y sí, las averías más grandes las llevábamos a talleres externos, pero es que la UTE también lo está haciendo ahora. No veo la diferencia. Bueno sí, de la otra manera el único coste era el salario del trabajador.
¿Les consultaron el nuevo mapa de líneas?
Se nos ha informado después de todas las consultas con los vecinos y cuando ya tenían el proyecto realizado. A partir de ahí se supone que tendríamos que aportar sugerencias, pero la oposición ha hecho las suyas y no sabemos hacia dónde deriva todo esto. Yo tengo mis reservas de que todo esto llegue a funcionar.
¿Por qué?
El proyecto es de una envergadura colosal. Entiendo que la ciudadanía aún tiene que decir mucho. El papel lo soporta todo, pero después hay que ponerlo en la calle, y eso no es tan fácil.
¿Cuál es la opinión de los trabajadores sobre lo que ya es conocido?
No nos disgusta porque entendemos que serían unos trazados más fáciles de realizar y los tiempos mejores. En principio la idea es buena, pero después habrá que entrar a valorar los detalles.
Tienen ustedes un índice de ‘interinidad’ altísimo...
Sí, y nos hemos quejado de que no se convoquen las plazas en todas las reuniones con la empresa. La ‘interinidad’ afecta a uno de cada cuatro conductores. Somos personal laboral y antaño se hacía una especie de oposición pero no se publicaba, y así estamos todos los veteranos. Hubo un momento en el que se empezó a plantear la privatización del Servicio. Lo que los equipos de gobierno igual no querían era aumentar el número de opositores dentro del servicio. Y desde entonces se ha seguido el mismo procedimiento.
¿Tienen el temor de que detrás de esta situación se pretenda una privatización?
Sí, creemos que es así. Cuando tú quieres vender algo que no es tuyo tienes que convencer al dueño de que está mejor en otras manos, y el dueño de este servicio son los burgaleses. La interinidad no tiene otra explicación.
¿Tienen ustedes una de las profesiones más ‘perras’ del mundo?
Para mí sí. Cuando entré al servicio me dijo un trabajador: ‘aquí el buen carácter te va a durar un año’. Creo que no aguanté el año. El 99% de la gente es excepcional y educada. Pero hay un 1% que no. Con ese porcentaje, si muevo 500 personas al día tengo cinco enfrentamientos diarios. Al ser trabajadores públicos parece que todo el mundo nos paga el salario, y yo creo que mi salario me lo gano: no puedo ir al servicio cuando lo necesito, no puedo distraerme dos segundos, soy responsable de las personas que llevo y ahora al parecer también lo soy de las averías del vehículo.
¿Y eso?
Pues mira, yo mismo tengo un expediente abierto por dos incidentes con un vehículo. Me lo ha abierto el Samyt. Dirán que los trabajadores causamos desperfectos. Hay que tener en cuenta que en el contrato de mantenimiento se determinó que no cubrían actos de vandalismo ni negligencias, así que si pueden imputar al trabajador una negligencia lo cobran ‘por fuera’.
También se dice que tienen ustedes ‘poca paciencia’...
Somos personas normales y corrientes, pero es cierto que a veces la gente confunde la amabilidad con tener prerrogativas. Hay quien cree que una sonrisa equivale a abrir en el semáforo porque tiene prisa, pero tienes que hacer tu trabajo de forma profesional. Y hacer cumplir las normas no sienta bien, pero existen. Te llaman de todo cuando haces cumplir las normas.
¿Qué es más apropiado: parar en la rotonda de acceso al Hospital o meter los autobuses dentro del complejo?
Yo creo que el proyecto se debió diseñar con el autobús dentro del recinto. No entiendo un hospital que no contemple la accesibilidad como prioridad. Es la risa. Entrar y salir de esa rotonda en las horas punta va a ser complicado y puede haber retenciones importantes. Sé que están haciendo obras, pero nadie nos ha pedido opinión a los conductores.
¿Se queda con ganas de decir algo?
Pues que hace años pedimos tres aseos públicos en las cabeceras de más afluencia (plaza España, Islas Canarias y El Cid). Se colocó el de Islas Canarias y nada más. Nos gustaría que en la reestructuración se tenga en cuenta que somos personas.

Fuente: Diario de Burgos

miércoles, 28 de agosto de 2013

CADA VEZ MÁS SORPRESAS CON LOS AUTOBUSES

El Samyt abortó la privatización de Autobuses cocinada en 2009

Á.M / Burgos - miércoles, 28 de agosto de 2013
En silencio. Se creó un grupo de trabajo que negoció con el comité de empresa la continuidad de la plantilla y se encargaron informes jurídicos, pero no trascendió. Se persiguió una sociedad pública con participación empresarial

La privatización del servicio de Autobuses Urbanos no es una paranoia instalada en la bancada de la oposición. Ni el hombre del saco que sale a pasear cada vez que la iniciativa privada pone una pica en lo público. Ni el oscuro objeto de los deseos de un equipo de Gobierno de siglas conservadoras. En el Burgos real, la privatización del servicio de Autobuses Urbanos es algo que estuvo a punto de suceder en el año 2009.
Durante más de medio año se cocinó un acuerdo con el comité de empresa, se solicitaron los informes jurídicos que encuadraran la operación y se dejó todo listo para que alguien tomara la decisión. Eso ocurrió entre 2008 y 2009, pero el mutismo que se impusieron las partes implicadas y, sobre todo, la posterior decisión de dejar la transformación en «stand by» evitaron que la planificación que pesaba sobre el por entonces Servicio Municipalizado trascendiera al dominio público.
De que aquello existió y fue serio dan fe el actual presidente del Samyt, Esteban Rebollo, su predecesor en el cargo, Diego Fernández Malvido, y el actual presidente del comité de empresa (y por entonces secretario), Luis Crisantos.  Empezando por el último, el líder sindical recuerda que «se elaboraron todos los informes jurídicos necesarios para hacerlo en torno al 2009, y con esa finalidad se creó un equipo de trabajo dentro del propio Consejo».
Fernández Malvido contextualiza más la cuestión y confirma que tanto él como el por entonces gerente, Enrique Llames, lideraron las negociaciones con los trabajadores, con los que se alcanzó un principio de acuerdo para proceder a la «‘externalización’» del servicio. «Se trataba de emular lo que habían hecho la mayoría de las ciudades: crear una empresa pública pero participada por la empresa privada. El Ayuntamiento seguiría teniendo un control sobre los precios y las líneas, pero también estaría obligado a dirigir una subvención directa a la empresa mixta para que fuese rentable», recuerda Fernández Malvido.
De hecho, y pese a que no se dio el paso definitivo, Crisantos asume que hay decisiones que han resultado ser muy trascendentes para Autobuses que se tomaron en aquella época y que, a su juicio, abocaban al Servicio a constituirse en empresa, fuere cual fuere su fórmula última. «Entiendo que el rénting iba encaminado a una ‘externalización’, igual que la no convocatoria de oposiciones para cubrir las vacantes», razona. Otro caso subsidiario, y coetáneo, de aquellos movimientos fue el contrato para ampliar a la totalidad de la flota el mantenimiento a cargo de las mismas empresas responsables del rénting.
La pregunta es por qué no se hizo. Fernández Malvido recuerda que cuando se reestructuró el equipo de Gobierno (salía Marisol González y entraba Esteban Rebollo) se le comunicó en una reunión del Grupo municipal que, puesto que él iba a asumir Cultura y que Rebollo llegaba para hacerse cargo del Samyt, sería el nuevo edil el que dirigiera el proceso. «Y no supe más», termina el exconcejal ‘popular’, poco dado a hablar de su paso por la vida pública local.

Las consecuencias

Crisantos tampoco sabe por qué finalmente el asunto quedó dormido, pero el que sí tiene las respuestas es el propio Rebollo. «Se valoraron los pros y los contras y se decidió dejarlo en stand by. Desde entonces no se ha vuelto a hacer nada ni en un sentido ni en otro». Las ventajas que se detectaban para la administración pasan por los argumentos bien conocidos cuando se trata de comulgar con la empresa privada: ahorrar costes.
Uno de los implicados en aquel proceso, que prefiere mantenerse al margen de la polémica, sí reconoce que «los precios iban a subir porque, se diga lo que se diga, en Burgos son baratos, y parece obvio que habría una eliminación de líneas y la consecuente optimización de la plantilla». Vamos, que iba a haber un ahorro de costes en personal y en las dimensiones del servicio y se preveía, de postre, subir los precios.
Quizás esos fueron los contras que, a menos de dos años vista de unas elecciones, dieron con el proyecto de privatización en el olvido. «Lo cierto es que por entonces teníamos una flota de las más jóvenes de España y no vimos la necesidad de hacerlo y de ceder parte de la soberanía del Ayuntamiento sobre el Servicio porque no teníamos urgencias», argumenta el propio Rebollo. O más claro. Había un Servicio joven y que funcionaba bien y no existían argumentos digeribles para los burgaleses como para defender el proceso de transformación con garantías.
Sin embargo, hoy esa radiografía de Autobuses no es la misma. Los vehículos empiezan a ser viejos (la edad media de la flota propia es de 11,6 años) y el contrato del rénting expira en 2016. Llegado ese momento, la propiedad se llevará los 27 autobuses que trajo a Burgos o, si se alcanzara un acuerdo, accederá a venderlos o a ampliar el acuerdo, pero en ambos supuestos eso costará dinero, y no será poco.
«Yo volveré a pedir dinero este año para comprar autobuses porque los hay que ya son muy viejos. A partir de ahí ya no sé qué pasará cuando se configure el presupuesto, pero creo que no se deberían tomar decisiones que obliguen al próximo gobierno cuando hay unas elecciones en 2015 y el rénting dura hasta 2016», zanja Rebollo.
La decisión, por tanto, no parece estar tomada. En ningún sentido.
Fuente: Diario de Burgos

martes, 27 de agosto de 2013

LA SANIDAD EMPEORA EN CASTILLA Y LEÓN

El tiempo de espera quirúrgica se dispara un 50% el último año, hasta los 110 días

El consejero de Sanidad se aferra a una leve mejora en el último trimestre y prevé datos más positivos a final de año
36.167 pacientes integraban la lista a 31 de junio
C. MONJE / Valladolid
Más de 36.000 personas están pendientes de una operación quirúrgica en el sistema de salud de Castilla y León, una situación que les exige armarse de paciencia. Los datos actualizados a 31 de junio de este año certifican que el tiempo medio de espera para entrar en el quirófano se ha disparado hasta los 110 días, 37 más que hace un año. Supone un incremento del 50,6% respecto a los 73 registrados en las mismas fechas de 2012, cuando integraban la ‘cola’ de pacientes algo menos de 31.500.

La mayor dosis de resignación la necesitan quienes tienen que someterse a cirugía vascular. En su caso -que es el de 1.693 personas al final del segundo trimestre de este ejercicio- la demora llegó a 160 días, casi el doble que un año atrás, cuando eran 88.  La segunda especialidad con mayor tiempo de espera es la de cirugía pediátrica, cuyos datos sitúan a 1.035 niños aguardando para ser operados durante 155 días, frente a los 90 de doce meses antes. La traumatología ocupa el tercer lugar en el ranking de retrasos, al dispararse de 93 a 147 días, y sigue al frente en cuanto a número de personas en lista: 11.764, prácticamente 1.500 más que a 31 de marzo de 2012.

Pero la dilación se ha incrementado en todas y cada una de las especialidades en un año marcado por los recortes, por la eliminación de las peonadas y la reducción en los conciertos, un plan después modificado en parte.

Los datos hechos públicos por la propia Consejería de Sanidad también permiten ver la botella medio llena. La comparación entre los dos primeros trimestres de este año desvela una mejora en las cifras. El tiempo medio de espera llegaba a finales de marzo a 111 días, uno más que al cierre de junio, pero sí se ha reducido de forma apreciable el número de pacientes pendientes de una operación: 36.167 frente a los 39.384, un 8,1% menos en tres meses. 

En esos «más de 3.000 pacientes» que han salido de la lista en el último trimestre quiere ver el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, un mejor comportamiento en el sistema que dará sus frutos a finales de este año. Además, señala, los datos de Castilla y León en las lista de espera «siempre ha estado por debajo de la evolución en el conjunto del sistema nacional de salud». «Teniendo un problema de lista de espera, comparativamente no estamos mal, estamos mal porque tenemos demasiada gente en la lista». Los más de 100 días de media en España que acaba de reconocer el Ministerio de Sanidad, corresponden al cierre del ejercicio 2012, cuando la demora en Castilla y León era de 97, tal como recogen las estadísticas de la Consejería.
Fuente: Correo de Burgos

lunes, 26 de agosto de 2013

EL PP HACE UNA REFORMA DE LA ADMINISTRACIÓN QUE DA RISA

Una reforma que apenas ahorra en sueldos políticos

EL PARTIDO POPULAR llegó al Gobierno con el objetivo claro de «adelgazar» la administración del Estado y, sobre todo, con el de recortar los sueldos de políticos y cargos públicos. Con esa intención nace la nueva reforma local, en la que trabaja el Gobierno central y con la que pretende llevar a término estos dos objetivos.
Pero, un análisis pormenorizado de esta reforma hace ver que de ahorro y adelgazamiento de la Administración más bien poco. Y es que esta nueva reforma va, sobre todo, contra los pequeños gobiernos, el de las juntas vecinales y el de los ayuntamientos menos poblados y con menos cargos públicos.
Esos son realmente los paganos del pretendido recorte porque al resto, a los grandes políticos y cargos públicos, apenas le hace mella, ni en sus bolsillos ni en en la pérdida de cargos de confianza. Ahí están sino los alcaldes de las grandes capitales que podrán cobrar mucho más de lo que ahora tienen estipulado. Y lo mismo puede decirse de sus cargos de confianza que, en muchos casos, podrán duplicar salario, porque así lo marca la nueva Ley de Reforma Local en la que trabaja el Gobierno central.
Es una reforma, que a la vista de estos datos, deberían repensarse, porque los presidentes de juntas vecinales y los alcaldes y concejales de los pequeños pueblos son los que menos cobran, si es que perciben algún sueldo, que en la mayoría de los casos no es así. La reordenación salarial de los políticos municipales no entra de lleno en el objetivo por el que se planteó: la reducción de cargos públicos y la eliminación de duplicidades y grandes sueldos que lastran la economía de la administración más débil. Las reformas, como todas, son mejores si se hacen desde la negociación y desde el consenso. En eso es en lo que deberían trabajar el Ejecutivo central y los de las diferentes comunidades autónomas: sentarse y poner negro sobre blanco en todo aquello que sea necesario cambiar, reducir o incluso eliminar.
Porque, hasta el momento, la única realidad, aquella que más perciben los ciudadanos y que queda plasmada en la reforma del Gobierno, es que este pretendido adelgazamiento no parece tal, porque entre otras cosas no logra el tan cacareado ahorro en sueldos políticos.

Fuente: Correo de Burgos

BURGOS UNA CIUDAD CON LOS AUTOBUSES VIEJOS

Los buses de Burgos, viejos y caros

En Logroño y León los autobuses tienen una media de 7 años y el servicio cuesta 7 millones de euros
En Burgos la mitad de los vehículos tiene casi 20 años y requieren 12 millones de euros cada año
C. MORENO / Burgos
La polémica que ha rodeado en los últimos meses al servicio de transporte urbano ha propiciado que aflore la situación real de los autobuses que circulan por Burgos. Son viejos, caros y casi la mitad está en régimen de alquiler. 
No es un juicio gratuito, sino el resultado de comparar lo que cuesta este servicio público en otras ciudades similares a la capital burgalesa, así como los años que poseen los vehículos que componen la flota.
En la ciudad de Burgos el transporte urbano se lleva 12 millones anuales del presupuesto municipal. Con esa cifra se sufraga un servicio compuesto por 62 vehículos, de los que más de la mitad suman más de 20 años rodando por las calles y transportando usuarios. En Logroño, con 153.000 habitantes, ese mismo servicio cuesta al erario público casi la mitad que en Burgos, 7 millones, y en León, donde se computan 131.000 vecinos, el bus supone un desembolso anual de 7,6 millones de euros. Tampoco la antigüedad de los coches se asemeja. Ninguna de las dos capitales con las que se ha establecido la comparativa poseen buses tan añejos como los de Burgos. 
Lo oneroso que resulta el autobús burgalés aún se acentúa más si se tiene en cuenta la singularidad de la gestión. Mientras en otras ciudades se ha optado por la concesión del servicio a empresas privadas, en Burgos es una sociedad municipal, Samyt, la que lleva las riendas. Eso sí gestiona parte del servicio, porque 27 de los 62 vehículos en uso están alquilados a una unión temporal de empresas (UTE), Busbur, con la que se suscribió un contrato de renting sin opción a compra por un periodo de 10 años. El plazo concluye en 2016 y en ese momento la flota de buses se quedará sin los 27 autocares alquilados. A esta misma UTE se le abona cada año la nada desdeñable cantidad de 664.000 euros por asumir el mantenimiento de los autobuses que son propiedad municipal.
El fiasco de la compra de vehículos de segunda mano procedentes de Madrid ha dejado al descubierto una gestión en la que no se ha contemplado ninguna alternativa para cuando acabe el plazo de alquiler.
Amparado en la crisis y en la deuda que arrastra el Ayuntamiento, el responsable del área, el concejal Esteban Rebollo, no se sonroja al confesar que cuando llegue 2016 se decidirá qué camino tomar. Tan sólo muestra una concesión: si mejoran las arcas y se puede arañar alguna partida, se adquirirán autocares nuevos. Claro que tiene que ser una partida presupuestaria generosa, porque un bus a estrenar cuesta 300.000 euros. Y quedan menos de 3 años para que finalice el alquiler a Busbur y se diga adiós a la mitad de la flota. La menos antigua y con mejor mantenimiento. Quedará en servicio la más añeja, aquejada de achaques.
Fuente: Correo de Burgos

domingo, 25 de agosto de 2013

EL GRAN DESASTRE DE ESTE AYUNTAMIENTO

De aquel Rénting estos lodos


¿Cómo llegó Burgos a estar dispuesta a pagar por la chatarra que retira Madrid? ¿Por qué preocupa sobremanera el estado de la flota de buses municipales? ¿Cuál es la situación actual? Esta es la historia de una polémica anunciada.
«Sí, eso es verdad». Fue la respuesta de un destacado miembro del equipo de Gobierno de Javier Lacalle al escuchar estas palabras: «En 2016 la UTE se queda sus buses y los de la ciudad no valen ni para el chatarrero». Es la prueba de que a nadie se le escapa, siglas aparte, que en Autobuses Urbanos hay un problema serio larvado desde el año 2006 y que en las últimas semanas está protagonizando la escena política local.
Porque no, el transporte público no es ninguna tontería. Tiene más de 13 millones de usuarios al año y Burgos invierte 14 millones en prestar un servicio público que, junto con Santander, constituye el único en capitales de provincia que no ha sido despojado del mando directo del Ayuntamiento; el resto ha optado por constituir empresas municipales de gestión o, directamente, por privatizar. 
La traslación de esa importancia a la opinión pública es también correlativa, como se ha podido comprobar con la abortada intención de imponer un mapa de líneas desde el Consejo de Administración del Samyt que finalmente ha implementado las demandas vecinales más relevantes. En ese movimiento ha sido el PSOE el que ha ejercido de correa de transmisión, y no el presidente del Servicio, Esteban Rebollo, que se mostró impermeable a la opinión ciudadana.
Pero lo de los buses es como un fuego mal apagado: siempre se reactiva un foco que alimenta la polémica y subraya las debilidades de una gestión sobre la que no pocos miembros del Ejecutivo local se muerden la lengua para no alinearse públicamente con las tesis de la oposición. La penúltima chispa saltó con el también frustrado intento de adquirir vehículos retirados por Madrid que eran pura chatarra en su más amplia expresión. Tanto que los funcionarios enviados a inspeccionar el material no llegaron ni a arrancar el único autobús (se pretendía la compra de seis) que se les dejó husmear.
Rebollo tuvo que recular, pero no ha dudado en poner en letras mayúsculas que el envejecimiento de la flota hace peligrar la entrada en funcionamiento con plenas garantías de la nueva red y que, si se da esa circunstancia, es porque sus propios compañeros, con el alcalde a la cabeza, le niegan presupuesto para adquirir nuevos vehículos. Y todo eso aderezado con buses que se incendian (quizás tenerlos aparcados en la plaza de España a pleno sol y con el aire acondicionado funcionando a tope durante horas tenga algo que ver) o que se quedan tirados en cualquier momento y en cualquier lugar. Así que, resumiendo, Burgos tiene un problema con sus autobuses urbanos que amenaza con adquirir dimensiones mayúsculas en menos de tres años. ¿Por qué?
el génesis 
La clave de la situación actual hay que buscarla en un giro histórico al modelo de gestión. O, más en concreto, de adquisición de los autobuses. Desde que se pariera el otrora Servicio Municipalizado la ciudad ha ido comprando los coches que ha necesitado conforme iba jubilando los más obsoletos. Los recursos materiales, por tanto, eran propios, al igual que la plantilla, que son funcionarios (a pesar de que la interinidad alcanza cotas desproporcionadas y contrarias a lo establecido por Ley).
En el año 2006 una comparativa a nivel nacional reseñó que Burgos era, junto con Albacete, la capital con la flota más antigua de España. Por entonces el alcalde era Juan Carlos Aparicio y el presidente del Servicio Javier Arias, un amigo de juventud del hoy diputado nacional. En el Consejo de Administración ya se sentaba, por delegación del PP, el actual responsable del Samyt: Esteban Rebollo. Además, y en su condición de examinador de la DGT, Rebollo era considerado el verdadero ‘experto’ del Partido en la materia (Arias es anestesista).
La decisión que tomó el PP fue la de convocar un concurso público para adquirir, a través de un rénting (alquiler a largo plazo), 27 nuevos autobuses urbanos. Los mejores que hubiera. Eso, sumado a la adquisición de cuatro vehículos en diciembre de 2006 y de dos más en agosto de 2007, invertiría la situación llevando a Burgos de la última plaza del ránking a la primera en lo tocante a la modernidad de los autobuses.
El concurso salió en julio de 2006 por un importe máximo de 16,3 millones de euros (sin IVA) para un periodo de diez años. Es decir, la empresa traería las nuevas unidades pero, transcurridos diez años de servicio, retomaría la propiedad de los 27 vehículos. Además, el contrato no contemplaba la opción de compra ni la posibilidad de un rescate de la concesión.
El argumento defendido hasta el paroxismo por el Ejecutivo de Aparicio, además de la citada y necesaria renovación, fue el ahorro. Según las cuentas de Arias, esto supondría un ahorro del coste por kilómetro del 60%. Sin embargo, lo que parecía ser tan deficitario para la gestión pública sí resultó muy atractivo para la iniciativa privada. Máxime cuando se comprobó que no fueron los fabricantes de autobuses los que pujaron por hacerse con el contrato, como ocurre siempre con los coches adquiridos por el mismo sistema, sino las empresas de transporte.
En menos de un mes nueve empresas se ofrecieron a hacerse con el rénting. Martín S.A. y ALSA lo hicieron por su cuenta, mientras que el resto se constituyeron en dos UTE. Una la formaban Soto y Alonso, Continental Auto y Errent Alquiler de Vehículos y la otra, que fue la que se quedó el contrato, Rámila, Javier de Miguel, Talleres la Campiña y la gallega Transportes Monforte.
Cuando la oposición tomó conciencia de que la operación no era retroactiva comenzó a mostrar su rechazo frontal al rénting argumentando que sería muy caro para la ciudad, que hipotecaría el futuro de la flota al sustituir la adquisición de nuevos vehículos y que no había razones ni técnicas ni económicas que sostuvieran tal apuesta. Pusieron reiteradamente el acento en las cifras, señalando que el valor de mercado de los 27 autobuses apenas alcanzaba los siete millones, mientras que la ciudad se comprometía a pagar 17 en una década.
El PP se mostró inmutable defendiendo que el contrato incluía el mantenimiento de toda la flota (además de otras mejoras como la implantación de paneles en las paradas) y que eso lo hacía rentable, pero PSOE, IU y SI insistieron en que el mantenimiento de 27 autobuses no cuesta un millón de euros al año y que si el acuerdo era rentable para las empresas sería nocivo para la ciudad. Nada.
Y así se llegó al Pleno (22 de septiembre de 2006) en el que se bendijo la operación. Hubo de todo. El propio Cristino Diez, hoy concejal del PP y vicepresidente del Samyt, dijo entonces como edil de Solución Independiente que el rénting era «una de tantas locuras» del equipo de Aparicio. Fernández Santos (PSOE) fue más allá y llegó a acusar directamente al alcalde de haber hablado con empresarios del transporte durante la fase de concurso. También estableció ciertos vínculos entre la adjudicación y la empresa gallega que figura en la UTE. A más, toda la oposición puso de relieve la existencia de «errores graves» en el proceso de valoración de las ofertas presentadas.
El debate quedó parcialmente contenido cuando llegaron los 27 flamantes nuevos autobuses y se hizo la histórica foto que ilustra estas líneas, pero lo cierto es que el rénting siempre generó muchas dudas. En una entrevista concedida a este periódico en enero de 2007, el por entonces gerente del Servicio Municipal, Enrique Llames, se mostraba tibio al señalar que «no me parece una fórmula descabellada» pero dejar claro que «yo no he participado en este tema porque ya estaba decidido cuando me hice cargo del Servicio». Decidido.
la realidad 
Los nuevos vehículos, que sí cumplieron el principio de ser de lo bueno lo mejor, se presentaron el 15 de marzo de 2007, pero el contrato se había firmado meses antes. Eso sitúa la finalización del acuerdo en 2016. Hubo fotos, aplausos, palmadas en la espalda (incluso las de personas que hoy son críticas con esta operación) y el lifting realizado a la flota se hizo patente para los usuarios.
El asunto dormitó a pesar de los esfuerzos de la oposición por mantener encendido el debate. El por entonces candidato del PSOE a la Alcaldía, Ángel Olivares, incluyó en su programa electoral de 2007 el rescate del rénting y, en el supuesto de que no fuera jurídicamente posible ejecutarlo, la elaboración de un plan de adquisición de vehículos para renovar el resto de la flota. Olivares, como es sabido, perdió las elecciones y se retiró a los cuarteles de invierno.
Durante aquella campaña electoral se supo también que el concejal que dio la cara con el contrato, Javier Arias, no continuaría en las listas del PP a pesar de haber mostrado su disponibilidad a hacerlo. Sí figuró Rebollo, que no fue elegido en urnas pero se hizo con un acta de concejal tras la renuncia de Marisol González Salazar por asuntos estrictamente personales (en el periodo transitorio se hizo cargo del Samyt Diego Fernández Malvido). 
Conocida la decisión, Arias declaró a este periódico (15 de abril de 2007) que «el valor residual de un vehículo cuando se retira es mínimo; un autobús de doce años hay que retirarlo y nadie lo quiere comprar, así que los donaremos a ONG que los necesiten». Y así se hizo... Casi siempre. Otros usos constituyen otra suerte de testimonio que apuntala la tesis de que, con doce años en el chasis, los buses quedan para el desfile de homenaje.
Así ocurrió cuando el Pegaso de matrícula BU-0041-J, que había sido puesto en servicio en agosto de 1986 fue ‘donado’ a la serie de TVE Cuéntame. El vehículo tenía once años de antigüedad cuando se regaló y la serie se contextualizaba a finales de los años 70. Siguió los pasos de un compañero con más mili (15 años) que apareció en la secuencia inicial de Carne trémula, en la que Pedro Almodóvar filmaba un parto durante un estado de excepción franquista de, también, los años 70.
Por tanto, parece incuestionable que la barrera de los once años es la que dirime la distancia entre un autobús operativo y otro devenido a chatarra. Al margen de los 27 vehículos que son propiedad de la UTE, el Ayuntamiento tiene 35 autobuses más. ¿Cuál es la edad media de esa flota, que es de la que la ciudad podrá disponer, si nadie lo remedia, en 2016? Pues según la documentación recogida en el pliego para adjudicar el mantenimiento publicado en 2009, la edad media de la flota propia es de exactamente 11,6 años a día de hoy. Por encima de la barrera que los convertía en pasto de donación hace un lustro y camino de los cerca de 14 años (de media) que tendrán cuando expire el rénting.
Esto deja pocas salidas a una ciudad que pasa las de Caín para poder mantenerse. El coste de mercado de los 62 buses que se necesitan para que Burgos tenga un transporte público de calidad es de entre 15 y 20 millones (dependiendo de los modelos), una cantidad que equivaldría al coste de todo el pretendido pabellón Arena. Una cantidad inasumible. 
Parece, por tanto, que aquella operación tan brillante ha desembocado en un callejón sin salida que ha encendido las alarmas. Que Burgos no tiene ese dinero y que no lo va a tener ni el próximo año ni el siguiente es un axioma. La oposición comienza a hablar de una «descapitalización programada» del servicio cuya finalidad sería la de ‘vender’ una «privatización» como única alternativa. El equipo de Gobierno calla.
Fuente: Diario de Burgos

sábado, 24 de agosto de 2013

NUESTRO AUTOBÚS

En el autobús

Cuando éramos chavales teníamos la costumbre de bajar al centro en el autobús de Gamonal en el espacio que quedaba en la plataforma trasera antes de pasar por delante del cobrador. El funcionario se pasaba todo el viaje pendiente de nosotros por si nos queríamos colar y sólo cuando estábamos a la altura del Gran Teatro pagábamos el billete, para luego bajarnos en el Cid. La mayor parte de las veces que bajábamos a Burgos en autobús -con el billetito de fino papel prendido en la comisura de los labios, cual era costumbre en el barrio- era para ir al cine, a ver los estrenos de 007 o la Guerra de las Galaxias y por aquella época los buses municipales aún debían ser azules o quizá se acababa de producir el cambio de color al rojo que aún hoy lucen. 
Unos años después uno ya se subía al autobús para quedar con los amigos y dar una vuelta por los bares del centro. Como entonces había otras costumbres, quedábamos a las ocho de la tarde y a las once y media ya estábamos en casa. Muchos días me tocaba volver andando, corriendo a ratos, porque el dichoso autobús de Gamonal subía lleno porque el de las once y media era el último hasta las doce y no se detenía en la parada de la avenida Arlanzón donde hoy están los cines en la que yo miraba atónito cómo otra vez más me dejaban en tierra. Entonces lo de llegar a casa a la hora era sagrado, así que esos fines de semana a menudo tocaba echar a correr. Entre semana me unía a la tropa de personas que bajábamos al centro en bus a primera hora de la mañana. Yo lo hacía para ir a clase, así que se puede decir que tengo una cierta experiencia con los autobuses públicos de Burgos. Algunos hasta les poníamos mote. Estaba el ‘Luminoso’, que hacía la ruta a carretera de Arcos y tenía unas luces interiores fluorescentes como las de una cocina que lo hacían visible desde bien lejos. Otro era el ‘psicodélico’, porque tenía una luz violeta en la parte delantera para no deslumbrar al conductor; o el ‘piojillo’, esa furgoneta disfrazada de bus que va por el centro y por San Pedro de Cardeña, y así alguno más. Tanto hemos viajado en bus los de mi quinta que me planteo si alguna noche volví a casa o fui al colegio de mañana en alguno de los autobuses que aún circulan en nuestra vetusta flota. Bien pudiera ser porque hoy he visto un bus con matrícula BU-V, que son del año 96 según acabo de consultar en una web. Eso son 17 años a pie de calle, subiendo y bajando personal de una punta a otra de la ciudad. Pero los nuevos no duran tanto, se estropean como las lavadoras modernas, como ha dicho cierto concejal.

Fuente: Correo de Burgos

RICARDO GARCÍA URETA

viernes, 23 de agosto de 2013

SEÑOR PRESIDENTE DEL GOBIERNO, TOME NOTA DEL SEÑOR CAMERON Y """" OBLIGUE TAMBIEN A LOS EMPRESARIOS A CUMPLIR LA LEY""""""

Reino Unido humillará a los empresarios que no paguen el salario mínimo

El Gobierno británico endurecerá a partir del próximo mes de octubre la legislación vigente para poder hacer públicos los nombres de todos los directivos de las compañías que no paguen el salario mínimo a sus trabajadores, con el objetivo de 'avergonzarlos' ante la sociedad y luchar así de forma más decidida contra los empresarios 'sinvergüenzas'.
Así lo ha anunciado la responsable de Relaciones Laborales del Departamento de Negocios, Innovación y Habilidades, Jo Swinson, alegando que "pagar por debajo del salario mínimo es ilegal" y avisando a los empresarios que mantengan esta práctica que "están incumpliendo la ley" y se tomarán contra ellos "acciones contundentes".
Aunque desde el 1 de enero de 2011 ya se puede hacer público el nombre de quienes pagan menos del salario mínimo, era necesario cumplir siete requisitos bastante estrictos para poder llegar a ese punto. Entre otros, que la cantidad mínima de salario adeudado a los trabajadores fuera al menos 2.000 libras esterlinas y que la media por trabajador llegara a las 500 libras.
Esto había provocado que entre 2012 y 2013 sólo un empresario fuera denunciado por esta práctica, lo que ha llevado al Gobierno de David Cameron a reconsiderar las normas y a eliminar esos requisitos para simplificar el procedimiento de denuncia pública, de tal manera que "cualquier empresario que incumpla el salario mínimo podrá ser nombrado públicamente", señala en un comunicado.

Mala publicidad disuasoria

De esta manera, el Gobierno espera que "la mala publicidad disuada a los empresarios que, en otras circunstancias, podrían verse tentados a no pagar el salario mínimo", con el objetivo último de "poner freno" a estas prácticas abusivas y conseguir un mayor grado de cumplimiento de la ley.
"Por eso estoy haciendo estos cambios, para que sea más fácil nombrar y avergonzar a los empresarios que incumplan la ley. Esto les dará un aviso claro de que tendrán que hacer frente a consecuencias reputacionales además de a una multa si no pagan el salario mínimo", insiste Swinson.
El año pasado, el Ministerio de Hacienda y Aduanas identificó a 736 empresarios que no habían cumplido con sus obligaciones salariales, lo que llevó a recuperar 3,9 millones de libras de sueldos impagados a más de 26.500 trabajadores.

Fuente: El Mundo

HASTA UN CIEGO VERÍA LA NECESIDAD DE COMPRAR AUTOBUSES

Escribano incide en la necesidad de comprar buses nuevos

Luis Escribano, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Burgos ha mostrado el descontento con las gestiones que se han llevado a cabo desde el Servicio Municipal de Transportes y ha incidido en que presentarán una proposición en el Pleno.
El Grupo Socialista cree necesario cambiar la política en el Servicio de Autobuses de “manera radical” ya que el mismo es indispensable para la ciudad. Por ello tras varios intentos  fallidos de acuerdos con el Partido Popular en el tema de autobuses, el PSOE presentará una proposición en el Pleno para llevar a cabo una modificación de la política municipal en ese tema.  
Por último el portavoz socialista ha asegurado que “la forma de mejorar este Servicio Público es mediante el compromiso unánime de establecer como prioridad la mejora de la flota a través de la compra de autobuses nuevos  y con la eliminación del actual sistema de renting”  
Fuente: Radio Arlanzón

EL AYUNTAMIENTO DEL PP SIEMPRE HACIENDO LAS COSAS MAL

PSOE califica de “torpe” al PP por sus gestiones de la Escuela Infantil

El Grupo Municipal Socialista ha manifestado la “torpeza” del Equipo de Gobierno en relación a las gestiones con la nueva Escuela Municipal Infantil y pedirá que se reconsidere la opción de mantener abierta la de Río Vena.
RADIO ARLANZÓN
Tras las declaraciones de Ángel Ibáñez acerca de la necesidad de reapertura de la Escuela Infantil Río Vena, al no estar concluida a primeros de septiembre, para el inicio de curso, la del “Pequeño Cid”, Luis Escribano, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Burgos ha reiterado la “torpeza” del Partido Popular en Servicios Públicos, y ha declarado que lo “único que pretenden es quitarse de en medio las Escuelas Infantiles”.  
Los socialistas creen que este ha sido “un proceso falso para cerrar una escuela ejemplar y de gran tradición”. Dicen, que “los pretextos que se han utilizado para el cierre de la misma no son validos, ya que tras pedir un informe sobre el estado de la escuela se ha demostrado que con unos arreglos podría seguir en funcionamiento”.
Escribano considera que parte de la culpa de que no hayan concluido a tiempo las obras de las nuevas instalaciones es de la empresa, pero también asegura que el Equipo de Gobierno temía desde el mes de junio que era muy probable que el edificio no estuviera terminado para el 4 de septiembre.  

El PSOE va más allá y aprovechará esta circunstancia para pedir que no se  cierre la Escuela de Río Vena asegurando su continuidad, ya que creen que es necesario dotar a la ciudad de Burgos de más escuelas infantiles.    
Fuente: Radio Arlanzon

jueves, 22 de agosto de 2013

SEGÚN EL PGOU NOS QUEDAMOS SIN PARQUE O ESPACIO DEPORTIVO AL AIRE LIBRE, LO QUE MÁS NECESITA GAMONAL ESPACIOS DOTACIONALES.

Gamonal contará con un nuevo aparcamiento en Las Torres antes de fin de año

Publicado el 22.08.13 | por Redacción
Torres-gamonal



















Ibáñez ha explicado que la intención del Gobierno municipal es realizar estas obras, que llevan aparejado un tiempo de ejecución de dos meses, en el último trimestre del año, lo que permitirá dotar al populoso barrio de un aumento considerable de plazas de aparcamiento.El aparcamiento en superficie de las Torres de Gamonal estará finalizado antes de que finalice 2013. Así lo ha asegurado este jueves el vicealcalde de Burgos, Ángel Ibáñez, durante una visita a las obras de ampliación de la calle Málaga.
El vicealcalde ha visitado esta mañana las obras de ampliación de la calle Málaga, donde también se están construyendo 8 nuevas plazas de aparcamiento. Para Ibáñez, esta intervención, cuyo coste total roza los 150.000 euros, es un ejemplo del compromiso municipal con el barrio.
Las obras de la calle Málaga consisten en la ampliación de aceras y ampliación de plazas de aparcamiento.
Fuente: Canal54.es

EL Sr REBOLLO Y SU CORTIJO

"¿Por qué tenía que informar a los demás? yo no sé lo que hace Licencias"

Rebollo justifica su silencio amparándose en que no había ninguna operación cerrada y firmada
C. M. / Burgos
El concejal Rebollo es partidario de presentar hechos consumados.  Los prolegómenos parece reservarlos para sí. Sólo bajo esta premisa se entiende que justifique que gran parte del equipo de gobierno del que forma parte desconociera que el Ayuntamiento de Burgos había pujado en una subasta para adquirir seis autobuses de segunda mano. «¿Para qué voy a informar a los demás?», se pregunta y él mismo se responde: «Yo tampoco sé lo que hace Licencias o Sanidad». Con esta frase quiere zanjar el haber dejado en evidencia a sus compañeros e insiste en que hay que dar explicaciones cuando existe algo tangible, no sólo primeros pasos cuyo resultado final aún se desconoce.
Insiste en justificar que sus compañeros de bancada no supieran que ya se habían adjudicado los buses en que él mismo lo desconocía y asegura que esperaba que la asignación de los vehículos se resolviera tras el verano.
Fuente: Correo de Burgos

Sr REBOLLO LA ÚNICA SOLUCIÓN ES QUE DIMITA USTED

Sin solución para la caduca flota de autobuses de Burgos

El concejal de Transportes, tras el fiasco de la subasta madrileña, no tiene ningún plan alternativo para renovar el parque
C. MORENO / Burgos
La flota de autobuses urbanos de Burgos está vieja y obsoleta pero no hay ningún plan de futuro que permita vislumbrar una mínima renovación. La única opción alternativa que barajaba el concejal de Transporte, Esteban Rebollo, consistía en adquirir vehículos de segunda mano retirados del servicio en Madrid, pero la operación fue abortada en el último momento y ahora no existe  ningún proyecto para incorporar nuevos autobuses.
El edil del área, que rompió ayer su silencio, no oculta su intención de no mover ficha hasta que los presupuestos municipales incluyan una partida económica que permita comprar al menos unos 4 ó 5 vehículos nuevos cada año. Con un precio que ronda los 300.000 euros por unidad, significaría que las cuentas tendrían que asignar al menos 1,5 millones cada año para la renovación de autocares urbanos pero la situación económica será la que tenga la palabra final.
Es la única concesión al futuro que hace el concejal de Transportes, quien niega todas las acusaciones de la oposición sobre el sigilo y el ocultismo que rodearon la participación de Burgos en la subasta de los buses de segunda mano de Madrid. «Ni engañé ni mentí», afirma, al tiempo que justifica el sigilo con el que actuó amparándose en que nunca cerró ninguna compra ni ningún contrato con la empresa madrileña.
Fuente: Correo de Burgos

miércoles, 21 de agosto de 2013

LAS MENTIRAS NO SALEN GRATIS


De profesión, testigo, de Javier Gómez de Liaño en El Mundo


El autor profundiza en el hecho del falso testimonio, tan extendido que hay quien se ofrece a participar en juicios
Un amable lector me envía un correo electrónico en el que pregunta si existen estadísticas acerca del número de falsos testimonios que, a título de ejemplo, durante un año, se cometen en el mundo. Sin repreguntarle por la razón de tan peculiar y ambiciosa curiosidad, aunque supongo que el motivo será de actualidad, lo primero que he de responderle es que estoy muy lejos de poder satisfacer su interés, pues los datos de los que dispongo son más bien escasos. No obstante, le ofrezco cuanto tengo a mi alcance.
Vaya por delante que siempre pensé que la esencia de la Justicia es la verdad. Esto es algo que se aprende fácilmente. Con leer a los clásicos es suficiente. «La verdad puede enfermar pero no morir del todo», escribe Cervantes en Los Trabajos de Persiles y Sigismunda, a lo que yo, a infinitas leguas de distancia del genio, añadiría que tan sólo quien vive en la verdad merece alcanzar la beneficiosa Justicia.
Pese a lo dicho, creo que la opinión de no pocos profesionales de la Administración de Justicia es que la cifra de falsos testimonios supera en mucho la impresión que la gente tiene y que los «perjurios» que terminan siendo castigados son sólo una fracción de los realmente cometidos. La razón es que, aparte de que la mayoría de ellos no puede demostrarse fehacientemente, cuando la falsedad se descubre, normalmente no se emprenden acciones penales. Como botón de muestra, un juez de larga experiencia me expresa su pesimismo al sostener que «en el 80% de los procedimientos penales los testimonios que se vierten son falsos», aunque matiza que su parecer no está debidamente probado.
Fuera de nuestras fronteras, dos colegas americanos a quienes he trasladado la consulta de mi comunicante me dicen que según cálculos a pie de estrado, el número anual de perjurios en los tribunales de Nueva York ronda los 35.000. E incluso añaden que ellos creen que la cifra es mayor. Y de vuelta a España, otro magistrado recientemente jubilado y tan bueno y experto como el primeramente citado, afirma estar convencido de que tanto en las causas penales como en las civiles, la cantidad de falsos testimonios es extraordinariamente elevada y que el temor a una condena por semejante comportamiento falsario apenas disuade.
A propósito de este último comentario, me ha llamado la atención que, salvo el error o la omisión en que pudiera haber incurrido, tras analizar la última década de sentencias con pronunciamientos de condena por delito de falso testimonio, tan sólo he encontrado una docena, con lo cual, la pregunta podría ser tan elemental como inmediata: ¿qué pasa, que en España apenas nadie falta a la verdad? Parece evidente que no, pero más cierto es que abundan los que aún no comprenden el tremendo peligro que las falsas declaraciones, sean conscientemente falsas, sean hechas de buena fe, pero equivocadas, encierran para la justicia penal. Ambas conductas son uno de los porqués más importantes de los errores judiciales.
Entre las resoluciones que para su ilustración y como documentos adjuntos voy a enviar al interesado investigador, figura una que, a mi juicio, resume certeramente la esencia del delito de falso testimonio tipificado en el artículo 458 del Código Penal y que castiga con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses al testigo que faltare a la verdad en su testimonio en causa judicial, imponiendo penas más graves si el falso testimonio se diera en contra del reo en causa criminal por delito. Se trata de la sentencia número 318/2006, de 6 de marzo, dictada por nuestro Tribunal Supremo. En ella, después de definir el delito como aquél que «se comete cuando una persona llamada a prestarlo (…) se aparta sustancialmente de la verdad tal como ésta se le representa, es decir, miente en lo que sabe y se le pregunta» y analizar los diferentes elementos que constituyen la infracción, nos enseña: a) que «decir la verdad es un deber moral sin cuyo cumplimiento la vida social, basada en la confianza mutua, se hace harto difícil»; b) que «la reacción penal frente a la mentira (…) es indispensable para una sana y pacífica convivencia»; c) que «un testimonio falso puede inducir a error al juez o tribunal ante el que se presta y provocar una resolución injusta, esto es, un pronunciamiento en que no se realice el valor superior de la Justicia»; y d) que «esta es la razón fundamental por la que, en una sociedad democrática, el falso testimonio es tipificado como delito en la Ley penal».
Además de la posición doctrinal de los tribunales y aunque el gran Jeremías Bentham dijera aquello de que los testigos son el oído y el ojo de la Justicia, desde antaño la ciencia criminalística y la psicología criminal hablan de la poca confianza que merecen las declaraciones de los testigos. «Todos sabemos que la prueba testimonial es la más falaz de todas las pruebas», escribió Francesco Carnelutti, uno de los maestros de la ciencia procesal italiana, hasta el punto de llegar a considerarla como un mal necesario, con lo cual resulta indiscutible que esa diligencia de prueba o medio de prueba ha de ser examinada con espíritu mucho más crítico que el resto y que hasta los menores y más intimos detalles han de ser meticulosamente analizados.
Entre los tipos de testigos que se mencionan en los manuales que tratan de la prueba en materia penal, a mí el que más me inquieta es el «testigo sospechoso», pues es quien ofrece mayores motivos para el recelo. El interés que tiene en el desenlace del proceso le aparta sin remisión del camino de la verdad. O la enemistad, que quizá sea la causa de sospecha con superior fundamento. Téngase en cuenta que bajo el yugo de la pasión que no otra cosa es el deseo de venganza, las manifestaciones del enemigo, sea de la clase que sea, se anteponen al deber, incluso a la santidad del juramento, en el supuesto de aquel que, en lugar de prometer, ha preferido esa fórmula de compromiso.
Estas reflexiones y otras que, por cuestión de espacio, aquí no caben, me recuerdan algunos episodios, como el que vivió un fiscal allá por los años 40 y que me contó siendo yo alevín de licenciado en derecho:
–Diga usted su nombre, apellidos, domicilio, estado civil y profesión, inquirió el juez.
–Me llamo Ramón Seoane, natural y vecino de Bande, casado, padre de cinco hijos y de profesión testigo.
Al parecer, el tal Ramón, los días de juicios, después de sus primeras copas de aguardiente, se ponía a la puerta del juzgado y esperaba a que algún denunciante o denunciado, demandante o demandado le pidiese que le echase una mano porque el asunto estaba complicado y podía perder el pleito.
Ahora bien, para historieta la que Camilo José Cela narra y que tiene como protagonista a una mujer de su villa natal, o sea, Padrón, que ejercía de testigo falso. Su nombre era Micaela Albite Portociños, alias Anduriña Tola, viuda de don Perpetuo Restande, alias Cagón do Demo, del comercio al detall. De ella, de Micaela, nuestro Nobel cuenta que se instalaba a eso de las nueve en el zaguán del juzgado, sacaba su calceta y esperaba a que alguien requiriera sus servicios y que podían ser varios. Desde la inscripción de un recién nacido en el registro civil hasta convencer al señor juez de que quien empezó la gresca en la romería y sacó la navaja cabritera fue fulano o mengano, aunque ella no podría jurarlo, si bien le parecía que sí, pero que no obstante la memoria le fallaba para ese preciso instante. Así de esta forma se pasaba toda la mañana hasta que daba la una y media y se iba a comer. «A tanto el testimonio, y aquí paz y después gloria», decía. Esto no lo cuenta mi admirado y tan a menudo añorado Cela, pero tras las indagaciones oportunas, me informan que la testigo Micaela falleció a los 96 años y que en su lápida, por debajo del nombre y de la fecha del óbito, algún paisano añadió: «Murió después de cumplir con su deber durante 15 trienios».
Es más que probable que en personajes como estos se inspiren muchos de los testigos que hoy son llamados a decir verdad. Son individuos que declaran no lo que saben y deben decir, sino lo que, previamente adiestrados, se proponen beneficiar o perjudicar al acusado. Se me ocurre si acaso más que personas cuyos testimonios merecen ser puestos en cuarentena, son gente que no quiere abdicar de su natural desprecio por la Justicia y la verdad.
Un viejo aforismo reza que la mentira es menos notoria que el error. Sin embargo, en ocasiones y al revés de lo que alecciona Raimundo Lulio, los embustes del testigo falso se descubren antes que los yerros. Hay testigos que mienten apenas abren la boca o después de los primeros balbuceos. Verbigracia, cuando niegan tener interés en el asunto. Y los hay que persisten en la falsedad hasta el instante último en que el juez les invita a retirarse. Son sujetos que cada vez que contestan a sus señorías convierten sus deposiciones en eso, en deposiciones. Parafraseando el proverbio ruso, son peces muertos que flotan en el mar de la mentira.
Perjuro, o sea, el que jura en falso o quebranta maliciosamente el juramento que ha hecho, es un adjetivo demasiado potente e incluso ofensivo, pero quizá también sea el que mejor pudiera cuadrar a quien jura mucho o por vicio. En cualquier caso, el perjuro debe saber que la verdad tiene mucha memoria y cuando menos te lo esperas ejerce súbita venganza. No se olvide que el pueblo, o sea, los ciudadanos con derecho a voto, que suele ser sagaz en la adivinación de la verdad, llama mentirosos a los volatineros de la palabra que osan no decir verdad.
En su comedia El laberinto del amor, Cervantes –otra vez Cervantes y siempre Cervantes– se puede leer: «Porque sabed, Rosamira, que los filos de la verdad cortan con facilidad las armas de la mentira». Pues eso, señora.
Javier Gómez de Liaño es abogado y juez en excedencia.
Fuente: Caffe Reggio