Los buses de Burgos, viejos y caros
En Logroño y León los autobuses tienen una media de 7 años y el servicio cuesta 7 millones de euros
En Burgos la mitad de los vehículos tiene casi 20 años y requieren 12 millones de euros cada año
Lun, 26/08/2013
C. MORENO / Burgos
La polémica que ha rodeado en los últimos meses al servicio de transporte urbano ha propiciado que aflore la situación real de los autobuses que circulan por Burgos. Son viejos, caros y casi la mitad está en régimen de alquiler.
No es un juicio gratuito, sino el resultado de comparar lo que cuesta este servicio público en otras ciudades similares a la capital burgalesa, así como los años que poseen los vehículos que componen la flota.
En la ciudad de Burgos el transporte urbano se lleva 12 millones anuales del presupuesto municipal. Con esa cifra se sufraga un servicio compuesto por 62 vehículos, de los que más de la mitad suman más de 20 años rodando por las calles y transportando usuarios. En Logroño, con 153.000 habitantes, ese mismo servicio cuesta al erario público casi la mitad que en Burgos, 7 millones, y en León, donde se computan 131.000 vecinos, el bus supone un desembolso anual de 7,6 millones de euros. Tampoco la antigüedad de los coches se asemeja. Ninguna de las dos capitales con las que se ha establecido la comparativa poseen buses tan añejos como los de Burgos.
Lo oneroso que resulta el autobús burgalés aún se acentúa más si se tiene en cuenta la singularidad de la gestión. Mientras en otras ciudades se ha optado por la concesión del servicio a empresas privadas, en Burgos es una sociedad municipal, Samyt, la que lleva las riendas. Eso sí gestiona parte del servicio, porque 27 de los 62 vehículos en uso están alquilados a una unión temporal de empresas (UTE), Busbur, con la que se suscribió un contrato de renting sin opción a compra por un periodo de 10 años. El plazo concluye en 2016 y en ese momento la flota de buses se quedará sin los 27 autocares alquilados. A esta misma UTE se le abona cada año la nada desdeñable cantidad de 664.000 euros por asumir el mantenimiento de los autobuses que son propiedad municipal.
El fiasco de la compra de vehículos de segunda mano procedentes de Madrid ha dejado al descubierto una gestión en la que no se ha contemplado ninguna alternativa para cuando acabe el plazo de alquiler.
Amparado en la crisis y en la deuda que arrastra el Ayuntamiento, el responsable del área, el concejal Esteban Rebollo, no se sonroja al confesar que cuando llegue 2016 se decidirá qué camino tomar. Tan sólo muestra una concesión: si mejoran las arcas y se puede arañar alguna partida, se adquirirán autocares nuevos. Claro que tiene que ser una partida presupuestaria generosa, porque un bus a estrenar cuesta 300.000 euros. Y quedan menos de 3 años para que finalice el alquiler a Busbur y se diga adiós a la mitad de la flota. La menos antigua y con mejor mantenimiento. Quedará en servicio la más añeja, aquejada de achaques.
Fuente: Correo de Burgos