martes, 30 de enero de 2024

YA VALE

 

Mientras Valladolid retira sus terrazas en zonas de aparcamiento, Burgos sigue consintiendo la ilegalidad

Fotografía enviada por un espectado a Repaso a Burgos
Fotografía enviada por un espectado a Repaso a Burgos

Las terrazas en espacios de estacionamiento han sido una dinámica habitual en todas las ciudades a raíz de la crisis del Covid. Las prohibiciones para realizar actividades al interior, obligó a los Ayuntamientos a publicar normativas excepcionales para consentir la ocupación del espacio público en zonas donde, hasta la fecha, no se había hecho.

Casi 4 años después de todo aquello, todo ha cambiado, sobre el papel. En Burgos, los decretos de alcaldía que excepcionaban la situación caducaron. La nueva ordenanza entró en vigor en mayo de 2023 y abrió la puerta a que la calzada no fuese un espacio único a ocupar por vehículos, sino también por terrazas. Eso sí, no de cualquier forma y no en cualquier sitio.

Y es que, es fundamental que el área de movilidad del Ayuntamiento informe al respecto de la situación del entorno, para conocer el impacto que la instalación de la terraza tendría sobre el estacionamiento. Dicho de otra forma, donde faltan plazas de aparcamiento, no habrá mucha opción para terrazas.

Además, ya no vale cualquier cosa. En 2020, la urgencia hizo que las terrazas se instalasen con delimitaciones de lo más curiosas. Ahora, la Ordenanza exige unas especificaciones concretas y varias medidas de seguridad vial.

Nada de eso se cumple en Burgos pero al Ayuntamiento le da igual. Curiosamente, en la vecina Valladolid, las terrazas en espacios para estacionamientos desaparecerán, completamente, este miércoles 31 de enero. Desde primeros de año, los hosteleros ya no podían atender ahí, y el plazo para desmantelarlas finaliza este miércoles, aunque ya apenas queda alguna en pie.

El Ayuntamiento abre la puerta a que se solicite una nueva autorización, claro está, pero ya cumpliendo con la normativa. No hacen como en Burgos, que entre que se lo piensan, permiten, los incumplimientos en vía pública.

De hecho, no faltan fotografías enviadas por los usuarios a Repaso a Burgos, denunciando cada poco tiempo la presencia de terrazas sobre la calzada, sin contar con todos los informes necesarios para ello. Esta última ha llegado a nuestro teléfono este pasado sábado, si bien asegura que lleva en ese estado de abandono medio año. Y es que, no quedan muchos burgaleses que no sepan ya que todas las instalaciones colocadas sobre la calzada son ilegales, salvo que no cuenten con autorización específica del Ayuntamiento. Canal 54 ha solicitado, hace ya más de una semana, información al respecto sin que, hasta el momento, el Ayuntamiento haya respondido a cuántas terrazas cuentan ya con autorización para su instalación en la vía pública.

Fuente: Canal54.es

lunes, 15 de enero de 2024

EL PARTIDO DE LA ESPERANZA EN BURGOS

 

Álvaro Eguiluz, nuevo coordinador general de Vía Burgalesa

El partido de raíz localista celebró el pasado sábado un congreso provincial en el que quedó ratificada su forma jurídica de partido político y eligió sus cargos orgánicos



El alcalde de Belorado, Álvaro Eguiluz, es el nuevo coordinador general de la formación localista Vía Burgalesa (VB). La asamblea congresual de este grupo político designó también como coordinador del grupo provincial (alcaldes y concejales de localidades con representación) al alcalde de Las Quintanillas, Eduardo Munguía. Y como coordinador del grupo de la capital a Juan Carlos García.

Del grupo general, que encabeza Eguiluz, forman parte además José Antonio Medina, Marco Antonio Manjón, Jacinto Delgado y Noemí Plaza. Entre los más votados estuvo el líder vecinal Paco Cabrerizo quien, pese a obtener un respaldo importante, declinó su elección en favor de personas más jóvenes.

El mandato encargado por la asamblea de congresistas para estos próximos meses es el de organizar la estructura del partido, reglamentar la relación con los diferentes concejos municipales, y organizar las comunicaciones del partido tanto internas como externas, entre otras.

El Congreso del partido de nuevo cuño ratificó su condición de partido político, con registro en el Ministerio del Interior anterior a las últimas elecciones municipales y bajo cuyas siglas y su paraguas se presentaron decenas de candidaturas en el provincia.

En cifras globales VB es la tercera fuerza política de la provincia de Burgos. Las municipales fueron las segundas elecciones a las que concurría y conseguía 74 concejales en ayuntamientos burgaleses. Anteriormente había concurrido a las elecciones autonómicas de febrero de 2022.

A partir de este momento, según informa la página web de VB, se va a formar un Concejo Provincial, formado por un representante de cada una de las candidaturas que se presentó bajo la marca Vía Burgalesa en las elecciones municipales de 2023. Y Concejo Local por cada municipio.

Fuente: Burgosconecta.com



miércoles, 10 de enero de 2024

LAS ERAS DE GAMONAL CON LOS VECINOS

 

Paco Cabrerizo: «Fue un hito del movimiento vecinal que tiene una fuerza increíble»

La Asociación Eras de Gamonal había luchado durante meses antes del conflicto y el alcalde, Javier Lacalle, «se negó a dialogar». Lamenta, eso sí, que en este tipo de conflictos «todos perdemos»


la noche del 10 de enero de 2014, Paco Cabrerizo no durmió, como tampoco muchos vecinos de Gamonal, periodistas, fotógrafos, cámaras de televisión... y gente que se había interesado por el conflicto. Diez años después de aquello, la reflexión de quien vivió la revuelta vecinal en primera persona se relativiza, pero mantiene la firmeza de afirmar que el peso de la voz vecinal es «muy potente y los políticos no han aprendido».

Los recuerdos de Cabrerizo no son muy agradables «porque cuando se tiene que llegar a esos extremos es porque ha fallado todo lo demás y sobre todo porque teníamos entonces un equipo de Gobierno que no quería dialogar». Los antecedentes son tan importantes como los hechos ocurridos. Desde la Asociación de Vecinos Eras de Gamonal habían pedido muchas veces dialogar «con el alcalde y se nos negó».

Cabrerizo cree que el alcalde, Javier Lacalle, actuó de una manera extraña en todo el proceso: «No sé si estuvo mal asesorado o qué le pasó para que tomara esas decisiones que creo que fueron completamente erróneas», apunta el líder vecinal. Eras de Gamonal convocó decenas de «manifestaciones pacíficas que no crearon ningún problema y cuando ya llegó esa noche vimos que se iba a ir de las manos y tomamos la decisión de no convocar ninguna manifestación», confiesa.

En esa batalla campal, Cabrerizo asegura que «no ganó nadie porque la gente que fue arrestada, la gente que ha tenido que pagar indemnizaciones, todo eso... no se paga con nada. Al final no gana nadie en estas batallas, siempre pierden todos». Reflexiona asegurando que «cuando hay un sufrimiento de persona y de los ciudadanos, lo pasamos mal todos». De hecho ese perjuicio ha llegado, por ejemplo al tener que pagar «parte de la obra que no se hizo, indemnizaciones, destrozos… que hemos pagado entre todos», apunta.

Una obra a la que se oponían una buena parte de los vecinos de Gamonal «porque no tenía ni pies ni cabeza. Un solo carril en cada dirección; al principio sólo era para residentes y después cambió, cuando vio que la cosa se empezó a complicar empezó a cambiar, que podían pasar todos los coches. Los carriles bici en medio de dos carreteras; 240 plazas de garaje y se quitaban 400, más de la que se hacían; plazas a 20.000 euros, que en aquel tiempo la gente andaba muy mal...», explica Cabrerizo.

Y llegaron las concentraciones en la zona cero, donde las máquinas habían empezado ya a excavar y sacar escombros. Manifestaciones por la mañana, manifestaciones por la tarde a última hora. Y la lucha de Gamonal se internacionalizó. Llegó a todos los rincones del planeta; a todos los periódicos del mundo.

Las consecuencias de aquella paralización de las obras fue el castigo por parte del Gobierno local. O al menos así lo entiende Cabrerizo: «Hemos sido castigados, y seguimos siendo castigados, porque la calle Vitoria necesita un arreglo. No se ha actuado en absoluto en la calle Vitoria desde hace 10 años. Igual que ha pasado con Eladio Perlado. Es decir, si la gente no quiere una cosa, no quiere decir que no quiera otra, si sirve para mejorar el barrio».

Cabrerizo rememora los acontecimientos tras los hechos: «Tuvimos una reunión con él (con Javier Lacalle), y le volvimos a decir, has hablado con nosotros… pero también tienes que hablar con la gente que está ahí. Y llamó a esa gente. A los cuales, a todos, les cayó una sanción. Fueron al Ayuntamiento y les cayó una sanción.

Hasta que un día, un domingo por la tarde en el Fórum, el alcalde Javier Lacalle convoca una rueda de prensa diciendo que se para la obra: «Claro… se para porque tuvo muchas presiones. A nosotros nos llama y nos dice ¿qué tengo que hacer? Y le dijimos, tienes que parar la obra... mientras no pare la obra, no hay nada que hacer», confiesa Cabrerizo.

Y ese domingo cesaron las movilizaciones.

La importancia vecinal

A lo largo de la charla con Paco Cabrerizo sale muchas veces la palabra vecinos. Entiende que los políticos de todas las administraciones tienen miedo a la organización vecinal y las apartan. La gente piensa que las asociaciones no sirven para nada y no se las protege».

Paco Cabrerizo mira al horizonte y afirma que «cuando la voluntad vecinal se une se gana, se consiguen cosas, pero de aquello no hemos aprendido nada; ni se han creado más socios ni más colectivo... al revés. Se están muriendo las asociaciones de vecinos».

Cuando se le pregunta por las lecciones aprendidas de aquél movimiento solo se queda con sus vecinos: «Siempre he dicho yo que una persona no cambia las cosas. Pero si tú intentas cambiarlo, llevas a otra gente y puedes cambiar las cosas. Es decir, los vecinos tienen mucho poder, más de lo que la gente cree».

Por el contrario, Cabrerizo cree que los políticos «van a seguir con lo suyo; me parece que hemos aprendido muy poco. Yo espero que no vuelvan a pasar hechos como estos». Y subraya algo que las asociaciones de vecinos demandan con frecuencia y es que el Ayuntamiento «sea capaz de hablar cuando quiera hacer algo con los vecinos. Y con las asociaciones de vecinos y la Federación de Vecinos.

Entiende que algunas de las nuevas formas de organización municipal, los distritos, no cumplen con su objetivo; «se ha cargado lo que me parecía increíble. No ha dado un duro a las asociaciones de vecinos», en una crítica hacia los partidos que han tenido o tienen responsabilidad de gobierno en Burgos.

Fuente: Burgosconecta.com

HACE 10 AÑOS EN GAMONAL

Gamonal, diez años después de los disturbios

Este miércoles se cumple una década del inicio de las revueltas generadas a raíz de las obras de construcción del Bulevar de la calle Vitoria


Amanece en la calle Vitoria. Un puñado de padres acompañan a sus hijo al colegio, los comercios comienzan a levantar las persianas, las cafeterías sirven los primeros cortados de la mañana y los repartidores se afanan en cumplir horarios de entrega imposible. La vida se despereza poco a poco, intentando sobreponerse al frío de una mañana de enero en Burgos. Es un día más par el barrio de Gamonal. Pero hace justo diez años, la estampa era muy diferente.

Hoy, 10 de enero de 2024, se cumple el décimo aniversario del inicio de los disturbios que situaron al barrio en el foco informativo nacional e internacional. Unos disturbios que comenzaron como manifestaciones pacíficas por parte de los vecinos de Gamonal y que acabaron convirtiéndose en varias noches de batallas campales a cuenta del desarrollo de unas obras muy polémicas. En toda España se habló -con mayor o menor acierto- de Gamonal, en un intento por desentrañar las causas y consecuencias de un estallido social con muchas aristas que, sin embargo, tuvo sus precedentes.

De hecho, no era esta la primera vez que el barrio registraba protestas violentas a causa de una obra. En agosto de 2005, entonces bajo mandato municipal de Juan Carlos Aparicio, el Ayuntamiento impulsó la construcción de un aparcamiento subterráneo en la avenida Eladio Perlado (hoy Derechos Humanos) ante la desconfianza y rechazo de los vecinos del entorno. Aquello acabó en batalla campal, con contenedores ardiendo, cargas policiales, lanzamiento de objetos a los agentes y numerosos detenidos. A la mañana siguiente, Aparicio decretó la paralización de las obras, que ya no se retomaron.

Sin embargo, la idea de levantar un aparcamiento en el barrio continuó latente, y años después, ya con Javier Lacalle en la Alcaldía, se volvió a intentar. En esta ocasión, el proyecto contemplaba, no sólo la construcción de un aparcamiento subterráneo con algo más de 250 plazas, sino también la reurbanización integral de la calle Vitoria a su paso por Gamonal.

A grandes rasgos, el equipo de Gobierno planteaba convertir la vía en un bulevar, eliminando dos de los carriles de circulación, aumentando aceras, generando un carril bici y enterrando el aparcamiento bajo tierra. Todo ello con un presupuesto inicial de 8,5 millones de euros.

Poco tardaron las asociaciones vecinales en poner en cuestión el proyecto, señalando la inconveniencia de eliminar plazas en superficie por plazas de pago a 40 años, lo excesivo del coste y la solución técnica, que a su juicio no respondía a las necesidades de una de las principales arterias circulatorias de la ciudad.

  A todas esas dudas se les unieron otras de diferente perfil, asociadas por ejemplo al origen del diseño de la obra, redactada por MBG Ingeniería y Arquitectura, vinculada a Río Vena, y adjudicada a la UTE formada por Copsa y Aroasa, empresa vinculada al Grupo Arranz Acinas.

Sea como fuere, lo cierto es que el rechazo a la construcción del Bulevar fue elevando el tono durante meses, con varias protestas y manifestaciones multitudinarias por el barrio. Unas protestas a las que el equipo de Gobierno de Lacalle acabó por no hacer caso. Así, tras varias reuniones con las asociaciones de vecinos, el proyecto siguió su curso y las máquinas entraron en la calle Vitoria el día 9 de enero. Fue entonces cuando todo estalló.

Lo hizo el segundo día. Tras varios encontronazos entre un puñado de vecinos y los operarios de la obra, que acababan de comenzar a abrir una zanja en la confluencia con la calle de Santiago, los ánimos se caldearon, la Policía Nacional se personó y durante la noche entre el 10 y el 11 de enero estalló la batalla campal.

Medio centenar de detenciones

Una batalla campal que se prolongó durante cuatro noches de fuego, cristales, cargas policiales y detenciones y que acabó siendo retransmitida prácticamente en directo para todo el mundo, mientras centenares de personas apoyaban el movimiento vecinal con concentraciones en más de una treintena de puntos de la geografía nacional, como Madrid, Barcelona o Valencia.

Durante aquellas cuatro noches, la Policía practicó más de medio centenar de detenciones en el barrio, mientras las asociaciones vecinales se desligaban de las protestas, que habían alcanzado un cariz muy diferente al que habían mantenido durante meses.

La presión llegó a tal punto que, tras mucha tensión, el entonces alcalde, que ha declinado charlar con BURGOSconecta para recordar aquellos días, tuvo que dar marcha atrás. En una comparecencia multitudinaria el 17 de enero, Lacalle anunciaba la paralización sine die del proyecto y la inmediata cobertura de la zanja abierta en la 'zona cero'.

Se ponía fin así a un conflicto del que, eso sí, todavía se escribieron tiempo después varios capítulos, en forma de juicios contra varios de los detenidos y una indemnización de 274.000 euros pagada a Copsa y Aroasa en concepto de beneficio industrial.

Desde entonces, eso sí, no se ha movido ni un adoquín en la calle Vitoria. Y eso a pesar de que el Gobierno municipal del socialista Daniel de la Rosa, planteara una intervención en superficie en el mismo entorno de la calle Vitoria, que fue objeto de consulta durante el pasado mandato pero que finalmente quedó en nada.

Fuente: Burgosconecta,com