Gamonal, diez años después de los disturbios
Este miércoles se cumple una década del inicio de las revueltas generadas a raíz de las obras de construcción del Bulevar de la calle Vitoria
Amanece en la calle Vitoria. Un puñado de padres acompañan a sus hijo al colegio, los comercios comienzan a levantar las persianas, las cafeterías sirven los primeros cortados de la mañana y los repartidores se afanan en cumplir horarios de entrega imposible. La vida se despereza poco a poco, intentando sobreponerse al frío de una mañana de enero en Burgos. Es un día más par el barrio de Gamonal. Pero hace justo diez años, la estampa era muy diferente.
Hoy, 10 de enero de 2024, se cumple el décimo aniversario del inicio de los disturbios que situaron al barrio en el foco informativo nacional e internacional. Unos disturbios que comenzaron como manifestaciones pacíficas por parte de los vecinos de Gamonal y que acabaron convirtiéndose en varias noches de batallas campales a cuenta del desarrollo de unas obras muy polémicas. En toda España se habló -con mayor o menor acierto- de Gamonal, en un intento por desentrañar las causas y consecuencias de un estallido social con muchas aristas que, sin embargo, tuvo sus precedentes.
De hecho, no era esta la primera vez que el barrio registraba protestas violentas a causa de una obra. En agosto de 2005, entonces bajo mandato municipal de Juan Carlos Aparicio, el Ayuntamiento impulsó la construcción de un aparcamiento subterráneo en la avenida Eladio Perlado (hoy Derechos Humanos) ante la desconfianza y rechazo de los vecinos del entorno. Aquello acabó en batalla campal, con contenedores ardiendo, cargas policiales, lanzamiento de objetos a los agentes y numerosos detenidos. A la mañana siguiente, Aparicio decretó la paralización de las obras, que ya no se retomaron.
A grandes rasgos, el equipo de Gobierno planteaba convertir la vía en un bulevar, eliminando dos de los carriles de circulación, aumentando aceras, generando un carril bici y enterrando el aparcamiento bajo tierra. Todo ello con un presupuesto inicial de 8,5 millones de euros.
Poco tardaron las asociaciones vecinales en poner en cuestión el proyecto, señalando la inconveniencia de eliminar plazas en superficie por plazas de pago a 40 años, lo excesivo del coste y la solución técnica, que a su juicio no respondía a las necesidades de una de las principales arterias circulatorias de la ciudad.
A todas esas dudas se les unieron otras de diferente perfil, asociadas por ejemplo al origen del diseño de la obra, redactada por MBG Ingeniería y Arquitectura, vinculada a Río Vena, y adjudicada a la UTE formada por Copsa y Aroasa, empresa vinculada al Grupo Arranz Acinas.
Sea como fuere, lo cierto es que el rechazo a la construcción del Bulevar fue elevando el tono durante meses, con varias protestas y manifestaciones multitudinarias por el barrio. Unas protestas a las que el equipo de Gobierno de Lacalle acabó por no hacer caso. Así, tras varias reuniones con las asociaciones de vecinos, el proyecto siguió su curso y las máquinas entraron en la calle Vitoria el día 9 de enero. Fue entonces cuando todo estalló.
Lo hizo el segundo día. Tras varios encontronazos entre un puñado de vecinos y los operarios de la obra, que acababan de comenzar a abrir una zanja en la confluencia con la calle de Santiago, los ánimos se caldearon, la Policía Nacional se personó y durante la noche entre el 10 y el 11 de enero estalló la batalla campal.
Medio centenar de detenciones
Una batalla campal que se prolongó durante cuatro noches de fuego, cristales, cargas policiales y detenciones y que acabó siendo retransmitida prácticamente en directo para todo el mundo, mientras centenares de personas apoyaban el movimiento vecinal con concentraciones en más de una treintena de puntos de la geografía nacional, como Madrid, Barcelona o Valencia.
Durante aquellas cuatro noches, la Policía practicó más de medio centenar de detenciones en el barrio, mientras las asociaciones vecinales se desligaban de las protestas, que habían alcanzado un cariz muy diferente al que habían mantenido durante meses.
La presión llegó a tal punto que, tras mucha tensión, el entonces alcalde, que ha declinado charlar con BURGOSconecta para recordar aquellos días, tuvo que dar marcha atrás. En una comparecencia multitudinaria el 17 de enero, Lacalle anunciaba la paralización sine die del proyecto y la inmediata cobertura de la zanja abierta en la 'zona cero'.
Se ponía fin así a un conflicto del que, eso sí, todavía se escribieron tiempo después varios capítulos, en forma de juicios contra varios de los detenidos y una indemnización de 274.000 euros pagada a Copsa y Aroasa en concepto de beneficio industrial.
Desde entonces, eso sí, no se ha movido ni un adoquín en la calle Vitoria. Y eso a pesar de que el Gobierno municipal del socialista Daniel de la Rosa, planteara una intervención en superficie en el mismo entorno de la calle Vitoria, que fue objeto de consulta durante el pasado mandato pero que finalmente quedó en nada.
Fuente: Burgosconecta,com