El Consejo de Europa critica a España por gastos municipales “irracionales”
Muestra su preocupación por la inversión municipal, los “proyectos faraónicos” y la corrupción
El Consejo de Europa ha tomado nota de dos de los temas que más alteran a la opinión pública española: “El aumento de casos de corrupción política
que están causando verdaderos estragos en la credibilidad de las
instituciones, y la gestión de algunas regiones y gobiernos locales en
relación con prácticas irracionales de gasto”. En esas prácticas
incluyen “la construcción de faraónicos proyectos o el pago de enormes
salarios a algunos políticos locales y regionales, entre otros
dispendios”.
Lo mantiene el informe Democracia local y regional en España,
cuyas conclusiones fueron publicadas por el organismo con sede en
Estrasburgo el 21 de marzo. El texto completo, de 50 folios, hace un
repaso exhaustivo a la organización municipal y lamenta la existencia de
sueldos desmedidos de los cargos electos, por lo que recomienda su
regulación y su limitación con un techo máximo.
Junto a la corrupción, el análisis del organismo europeo señala la
crisis del sector inmobiliario como el origen de los males de las finanzas públicas.
Muestra preocupación en especial por las circunstancias que han
disparado la deuda acumulada por algunos Ayuntamientos, sobre todo con
bancos y contratistas privados “en respuesta a las políticas expansivas
presupuestarias relacionadas con el electoralismo, el endeudamiento
excesivo y la burbuja de la vivienda”. Como último dato aporta los
números rojos de finales de 2009 de la hacienda local española, 7.885
millones (hoy la deuda ha aumentado hasta los 8.252 millones de euros).
Al repasar la organización territorial en España, el estudio asegura
además que “la ola de Estatutos ha demostrado ser poco exitosa”, sobre
todo en relación con el de Cataluña. Tras mencionar los recursos
interpuestos ante el Tribunal Constitucional, considera que “solo una
profunda revisión de la Constitución podría alterar la situación
actual”.
Los autores, Marc Cools, presidente de la Unión de ciudades de
Bélgica y Leen Verbeek, gobernador de la provincia holandesa de
Flevolard, confeccionaron su informe a partir de dos visitas a España
(Sevilla, Toledo y Madrid) celebradas en junio de 2012 y enero de 2013.
Durante ellas hablaron con representantes del Gobierno, el Parlamento,
el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo, Ayuntamientos y
asociaciones, que les trasladaron ejemplos concretos de esos proyectos
faraónicos que los autores se guardaron de mencionar en el documento.
Léase el archifamoso aeropuerto sin aviones de Castellón o la Cidade da Cultura gallega, un pozo que ya ha consumido 300 millones y que la Xunta de Galicia acaba de bloquear.
Al Consejo de Europa no se le escapa que el Gobierno de Mariano Rajoy
está asumiendo un papel decisivo en la organización territorial con
“tendencia a la recentralización”. Se trata de una política que, en su
opinión, “no encuentra una fuerte resistencia de las autoridades”
gracias a un mapa electoral dominado por el Partido Popular.
En cuanto a la reforma de los Ayuntamientos, valora positivamente que
se establezcan criterios claros sobre quién debe asumir qué
competencias. Sin embargo, apunta a que el asunto “podría provocar una
reducción de la capacidad de las autoridades locales para adaptarse a
las necesidades de la población”. Porque prohibir a los municipios que
ejerzan competencias en servicios sociales podría “entrar en conflicto
con la Carta Europea de Autonomía Local”. Y lo que es peor, amenaza con
crear “una distinción entre municipios ricos y pobres, estando los
primeros más capacitados para asumir nuevas responsabilidades”, y los
segundos limitados a seguir sobreviviendo. Solo ven una salida para que
esto no suceda: que el Estado se rasque el bolsillo y financie
“adecuadamente” las ciudades y pueblos y permita mejorar la autonomía
fiscal de los municipios. Por ejemplo, reemplazando impuestos
suspendidos como el Impuesto de Actividades Económicas por otros “que
permitan un nivel similar de ingresos”.
Fuente: El País