Cospedal versus Bárcenas
Cuando María Dolores de Cospedal se hizo cargo de la Secretaría General del PP en el Congreso de Valencia
dijo en su discurso que lo que le esperaba era un "camino de espinas"
con alguna "rosa". Tenía razón. Rosas ha tenido muchas: ganó las
elecciones en Castilla-La Mancha y es una mujer todopoderosa en el PP
gracias a la contundencia con la que quitó de enmedio a sus
competidores. Pero ahora se ha topado con una espina de grandes
proporciones. Luis Bárcenas
es la gran espina de su vida política. Un enemigo peligroso que está
dando pasos precisos y medidos con el objetivo de cobrarse su cabeza.
En esta batalla sin cuartel, María Dolores está golpeando al ex
tesorero como es ella. Con fuerza, mando y potencia. A cara descubierta,
sin sofisticaciones. Mientras que él está tejiendo en torno a ella una
finísima tela de araña que la llevó a hacer el mayor ridículo de su trayectoria política
en rueda de prensa al explicar por qué el PP le pagaba a Bárcenas la
Seguridad Social. "Una indemnización en diferido en forma efectivamente
de simulación... simulación o lo que hubiera sido en diferido en partes
de una... lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención
a la Seguridad Social". El trabalenguas la perseguirá durante mucho
tiempo.
Seguramente María Dolores confiaba en sus grandes capacidades para
quitarse de encima a todos sus adversarios. Se olvidó de que cuando ella
tomó el mando en Génova, 13, él llevaba allí 18 años y se conocía todas
y cada una de las rendijas del PP.
En teoría, la secretaria general del PP puede presumir de abanderar
la limpieza frente a la suciedad que desprenden las cuentas suizas de
Luis Bárcenas. Es verdad que ella fue la que abanderó el combate contra
el ex tesorero cuando fue implicado en la trama Gürtel. Por eso resulta paradójico que sea precisamente ella la que tenga ahora encima un serio problema de credibilidad.
Echó a Bárcenas, pero le siguió pagando 21.000 euros al mes y le
permitió continuar con un despacho en la sede. Dijo que el PP había
firmado con el ex tesorero un finiquito, pero no lo ha enseñado. Quizá
por eso cuando ella va, Bárcenas está volviendo. Ella presenta una
demanda contra él por los papeles de ls sobresueldos y él le responde
denunciando al PP en magistratura por despido improcedente.
El episodio de la policía personándose en la sede del PP después de
que el ex tesorero denunciara el asalto del despacho en el que
conservaba sus papeles es el último episodio de esta surrealista
batalla.
La credibilidad de María Dolores está ahora en manos de la Magistratura de Trabajo, que tendrá que dictaminar si Bárcenas tenía o no una relación laboral con el PP hasta el mes de enero de este año,
como sostiene el ex tesorero. Si magistratura diera la razón al ex
tesorero del PP, la secretaria general tendrá que inventarse un
trabalenguas creíble para que la enorme espina no le acabe haciendo
sangre de verdad.
Fuente: El Mundo.es