«Estamos en un ciclo virtuoso. Mi impresión es que en este ciclo que entramos y que va desde el pasado 2019 hasta el 2024 será muy aproximado al vivido en los años 90 en cuanto al descubrimientos de fósiles». Así lo aseguró ayer Eudald Carbonell, codirector del Proyecto Atapuerca en la presentación de la nueva campaña de excavaciones, que en este 2021 cumple su 43 edició
Así, desde el pasado 1 de julio, 120 investigadores- el doble que en el 2020,
pero la mitad que en años prepandemia- participa durante el mes de
julio en todos los yacimientos abiertos hasta el momento en la sierra,
tal y como se venía haciendo en las campañas anteriores a la pandemia.
Y es que, a pesar de la crisis sanitaria que se ha vivido en el
último año y medio, el Equipo de Investigación de Atapuerca no ha parado
de excavar en la sierra burgalesa. «Ha sido un año tremendamente duro para la actividad centrada en el patrimonio», apuntaba Gumersindo Bueno, director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.
Precisamente la menor actividad arqueológica del pasado año a nivel
arqueológico permitió realizar algunos trabajos de mantenimiento en los
yacimientos. «El año pasada se procedió a la reparación de los desperfectos causados en Cueva Fantasma debido a una gran granizada y se llevó a cabo la construcción de una estructura de refuerzo de la cubierta de la Gran Dolina».
Además se iniciaron los trámites para la redacción del proyecto de otra
cubierta de protección en el Yacimiento penal, actualemntye en
supervisión y que se acometerá en 2022. «Un proyecto que tendrá un coste
de 300.000 euros»».
A nivel científico y antes de esta nueva campaña de excavaciones, se han desarrollado «dos publicaciones en la revista Nature y una más en Science»,
tal y como explicó Juan Luis Arsuaga, codirector del Proyecto
Atapuerca. Dos de ellas, además, han sido portada, una cuestión «sin
precedentes, un hito muy importante para este proyecto». Precisamente
una de las tres portadas «fue propiamente de Atapuerca sobre el hallazgo
de ADN nuclear de 5 neardentales directamente del sedimento».
Ahora y con la campaña ya iniciada, Carbonell señalaba que «nos encontramos ante 11 puntos de gran valor e información, ante esta gran enciclopedia de fósiles que es la sierra de Atapuerca». Apuntaba el arqueólogo que «estamos preparados para sacar nueva información» señalaba
que «de no haber sido por la covid estaríamos excavando en niveles con
fósiles más importantes que nos permitirían seguir explicando especies
como Antecesor»
De hecho, el investigador es positivo de cara a las próxima campañas. «Mi impresión es que en este ciclo en el que entramos volveremos a encontrar fósiles en dos o tres yacimientos a la vez,
tal y como ocurrió en los años 90». Aseguró Carbonell que «estamos
ante una nueva etapa importante en Atapuerca, si bien no ha habido
ningún año sin fósiles».
En este sentido, Arsuaga añadía que «la realidad de Atapuerca es que abarcamos tantos yacimientos que es seguro que encontraremos fósiles importantes».
Importantes «no es sinónimo de antiguos» y es que para el investigador
«en muchas ocasiones hay fósiles ‘jóvenes’ que nos ofrecen mucha más
información que los datados con más años». En cualquier caso, Arsuaga centraba sus ‘deseos arqueológicos’ en «encontrar un gran hogar». Un hallazgo que «sería una novedad y algo que nos haría mucha ilusión».
Así, los investigadores abordaron los objetivos planteados para cada espacio. En la Sima del Elefante se
está interviniendo en el nivel 7, con un cronología de 1,3 millones de
años. «Esperamos recuperar evidencias de la presencia de grupos humanos
en las inmediaciones de la sierra de Atapuerca». Además, se continuará
trabajando en el sondeo de 4 metros cuadrados localizado en la zona
norte del yacimiento, para localizar la base de la cavidad.
En Galería, el objetivo es continuar con la
excavación del tramo inferior de la Unidad GIIIa, caracterizada por una
preservación excepcional de restos de fauna, en asociación con industria
lítica Achelense. En la Gran Dolina, diez personas
seguirán trabajando en el tramo medio del yacimiento para desvelar su
contenido paleontológico y arqueológico y delimitarlos. En definitiva
«se trata de documentar bien las unidades mencionadas para comprender
qué representan los todavía escasos indicios de presencia humana
encontrados hasta el presente en la sierra». En el nivel inferior se
retomará la excavación que no pudo llevarse a cabo en el año 2020. Los
objetivos se centran en la excavación de los fértiles sedimentos rojizos
procedentes del exterior de la cueva y en los que previsiblemente se
encontrarán cérvidos y úrsidos.
Ya en Cueva Fantasma se continuará profundizando en el sector de entrada y en la Sala Fantasma. En Cueva El Mirador se
trabajará sobre niveles del Neolítico, excavando en niveles con una
antigüedad aproximada de 5.700 años. Mientras, en el sector 100, se hará
sobre niveles del neolítico antiguo.
En La Paredeja se muestreará la secuencia excavada años atrás, se tomarán datos y muestras para finalizar su estudio. En Cueva Mayor se volverá a excavar en Portalón y en la Galería de las Estatuas así como en la Sima de los Huesos y en las Sala de los Cíclopes.
Precisamente en este último punto los investigadores piensan que es la
gran sala donde se encuentran las claves para entender la acumulación de
cadáveres de la Sima.
AYUDA A LA INVESTIGACIÓN
El director general de Patrimonio anunció el apoyo del Gobierno
autonómico a la actividad arqueológica en Castilla y León a través de
una nueva línea de subvenciones enmarcada en el Plan de Conservación Arqueológica 2018/2024.
«El objetivo es apoyar proyectos innovadores que generen conocimiento y
difusión ». Estará dotada con un presupuesto de 440.000 euros.
Fuente: Correo de Burgos