El autobús vuelve a encender la discordia
TODA LA OPOSICIÓN, incluso partidos que no tienen representación en la cámara municipal, como el PCAS, se ha lanzado en bloque a recusar la pretensión del equipo de gobierno que dirige Javier Lacalle de adquirir en subasta algunos de los vehículos (inicialmente unos 5 a un precio estimado en 30.000 euros) desechados por la red metropolitana madrileña y que rondan los 11 años de antigüedad. El principio de concordia política, forjado no sin protestas vecinales previas, en la reordenación de las líneas del transporte público se ha evaporado al abordar, con más sigilo que cautela, la adquisición de unidades de desecho. Aún no se había formalizado el mapa de las paradas y las frecuencias, tan sólo las líneas generales del itinerario, cuando el entendimiento entre populares y socialistas salta por los aires por un asunto que no es baladí, la antigüedad del parque móvil. Es difícil decantarse por cuál de las dos posiciones políticas es más razonable. El Ejecutivo expone cuestiones ahorrativas: adquirir 5 por 30.000 euros con sólo 11 años (la mitad de los 62 vehículos del parque burgalés tiene más de 20 años) es más rentable y asumible, por ahora y aunque se trate de un remedio puntual, que comprar autocares nuevos, a un coste estimado de 300.000 euros cada uno. La oposición invoca la importancia de un servicio básico y reprocha al PP que el dinero inexistente para el bus sí aparece para «otros proyectos faraónicos» del alcalde. El ahorro no puede ser criticable en los tiempos que corren y con un contribuyente famélico, aunque existan otros posibles dispendios, si bien, nunca la economía ha de anteponerse a la seguridad.
Fuente: correo de Burgos
