Indecisos 20-D: es la hora de reflexionar
Los candidatos afrontan con tensión el final de una campaña que arrastra más de un 20 por ciento de españoles que aún dudan a quién votar
Se acabó. Fin de la campaña electoral e
inicio de una jornada de reflexión que, al menos en esta ocasión, se
antoja indispensable. Un oasis de sosiego para deshojar la margarita.
Margen de 24 horas para que ese llamativo séquito de la indecisión
electoral -que en vísperas de unos comicios cruciales super al 20%,
(según las últimas encuestas conocidas y publicadas fuera de nuestras
fronteras)- tome una decisión. Y vote.
Los candidatos guardan ya las maletas y apagan las luces del
escenario. Fin del mitineo. Terminó el examen oral y toca aguardar las
notas. Nervios. Los de los aspirantes a La Moncloa, los de sus equipos,
los de los candidatos cuyos nombres están colocados en la parte baja de
la listas y dependerán del recuento de restos, de la ley D’hondt..
Algunos de los que optan a la presidencia se juegan sus carreras, otros
pretenden iniciar curso con sobresaliente pese a haberse matriculado por
primera vez e, incluso, los hay que cruzan los dedos para aprobar por
la mínima. Todos ellos dependen ahora de lo que se cueza en esas más de
210.000 urnasque se van a colocar en los 23.000 colegios repartidos por
toda España. Y del voto por correo de 700.000 ciudadanos que, pese a las
dificultades, han ejercido ya su derecho.
Una España que reflexiona este sábado y el domingo, con su
voto,decide qué y cómo quiere ser en los próximos años. Está en juego si
se sale definitivamente de la crisis por el camino trazado o por una
vía alternativa; si se aborda el órdago secesionista desde la derecha,
la izquierda, el centro con matices, arriba, abajo o un punto
intermedio; el modo en que se hace frente auna regeneración democrática
que pide paso con urgencia o la óptica desde la que se mira el Estado
del bienestar. En su bolsillo, votante, la papeleta que puede decidir
qué salida se ofrece a los refugiados o la inmigración, o la posición
ante una posible intervención en Siria.
VENCER NO ES GOBERNAR
Los candidatos, por su lado, son conscientes de queechan el cierre a
una de lasetapas electorales más coloridas, diversas y emocionantes de
la democracia. Para comprobar si es cierto que al bipartidismo PP-PSOE
le queda un suspiro, habrá que esperar al 20-D. Sin embargo, ya se puede
concluir que se acabaron las campañas con dos claros protagonistas y un
grupo de candidatos teloneros representantes de partidos minoritarios.
Eso es pasado.
La pluralidad se ha impuesto en general al enfoque ‘a dos’ (salvo en
algún debate reciente) y este viernes acaban su periplo electoral todos
los aspirantes con el consenso político, mediático y sociológico de que
al menos cuatro de ellos -Mariano Rajoy por el PP, Pedro Sánchez por el
PSOE, Pablo Iglesias por Podemos y Albert Rivera por Ciudadanos- tienen
posibilidades de dirigir o condicionar el futuro del país en
la siguiente legislatura.
¿Quién vencerá en estas generales? En esto también existe
coincidencia demoscópica: se presume que será Rajoy quien logre más
votos. ¿Quién gobernará? Ahí, señores y señoras, todas las posibilidades
parecen abiertas al convertirse en utopía la meta de la mayoría
absoluta. ¿Quién pactará con quién para garantizar la
gobernabilidad? Esa incógnita quedará despejada pasadas las
legislativas, aunque aquí van algunas pistas para animar la jornada de
reflexión.
SOPA DE PACTOS (POSIBLES)
Rajoy, cuyos 'trackings' apuntan a que el PP ganará y a que hay una
lucha encarnizada entre PSOE y Podemos por lasegunda posición -dejando a
Ciudadanos en cuarto lugar-, finaliza su campaña agitando el miedo.
Reclama el voto alegando que o él repite como presidente o habrá una
coalición "radical"de socialistas, podemistas e independentistas (por el
PNV) con Pablo Iglesias como gran protagonista. El lider popular ya ha
hecho algún guiño a Rivera para, en caso de que den los números,
alcanzar juntos un acuerdo de legislatura.
Rivera ya ha respondido a la oferta: garantiza su abstención para la
investidura de Rajoy o de Pedro Sánchez si gana uno de ellos el 20-D,
mientras que votaría en contra de que Iglesias llegase al poder o de
cualquier candidato que vaya a gobernar mano a mano con los podemitas.
Pero de acuerdos estables, no quiere oír ni hablar. O eso dice.
Asimismo, el jefe de C’s quiere que Rajoy y Sánchez se comprometan, como
él, a facilitar la gobernabilidad del más votado.
Como era de esperar, ha recibido réplica: el secretario general del
PSOE asegura que él busca un Ejecutivo "monocolor", esto es, el rojo del
puño y la rosa, y que tenderá la mano a todos los partidos (salvo al
PP). Iglesias, mientras tanto, se sonríe y se preguntó en voz alta
durante la última jornada de campaña cómo debe ser su "remontada" para
que todos, de una u otra forma, le señalen con el dedo. Él no quiere
hablar de pactos. Todavía. Pero sabe que a partir de la noche del
domingo, es posible que no se hable de otra cosa.
Y por si había pocos elementos sobre la m esa, ahí está el
último informe de Bank of America Merrill Lynch, que recoge un temor
extendido en los mercados: el pálpito de que la legislatura española
será corta y habrá, ¡otra vez! elecciones en 2017. De momento, final de
infarto.
Fuente: Correo de Burgos