miércoles, 8 de mayo de 2019

ESTO PASA POR VOTAR AL P.P.

Ni rastro de actividad en la eterna explanada

Más de dos meses después de la firma con la que la consejera Pilar del Olmo anunciaba el reinicio de la obra nadie trabaja en el terreno que espera convertirse en Parque Tecnológico

  • Imagen de ayer del Parque Tecnológico sin actividad de obra. - ISRAEL L. MURILLO  
  • Imagen de ayer del Parque Tecnológico sin actividad de obra. - ISRAEL L. MURILLO
El jolgorio ‘ciudadano’ perturbaba ayer la paz que se respira en la que algún día se levantará el Parque Tecnológico. Eso cuenta la leyenda. Eso anunciaba por enésima vez al menos la consejera de Economía y Empleo, Pilar del Olmo, en su visita al terreno -puro y duro- el pasado 1 de marzo, cuando, tras la firma del acta de replanteo para que la empresa pública Tragsa iniciara las obras de la primera fase de un espacio que se resiste, aseveró que los trabajos se reanudarían «en las próximas semanas».

Más de nueve han pasado y poco parecen haber cundido, al menos tras la valla que sirve de puerta a este campo con vistas a la Nacional 120. Frente a ella ondeaban ayer las banderolas de la formación naranja que aprovechaba la estampa como fondo de la presentación de su candidatura a las Cortes por Burgos. Sus banderas, el bullicio momentáneo ante los fotógrafos y nada más. Tras su marcha, el silencio. Ni una máquina se vislumbraba en el horizonte.

Cabe suponer que la actividad anunciada se habrá reanudado al menos en los despachos, ideando la fórmula para, tal y como explicaba Del Olmo hace más de dos meses, cuando aclaró que la primera fase -que daría comienzo de manera inmediata- de la obra que se reactivaba al fin, siempre en teoría, tendría un coste próximo a los 19 millones y un plazo de ejecución de 24 meses.

Para empezar, según la información facilitada en su momento por la Administración regional, se actuaría sobre 62 de las 130 hectáreas sobre las que se extenderá el futuro parque. «Las acciones planificadas incluyen la colocación del firmas y pavimentos y los accesos, también un depósito que dote de agua potable al recinto, redes de abastecimiento, saneamiento, distribución eléctrica y gas, alumbrado público, infraestructuras de telecomunicaciones, seguridad y control, jardinería y mobiliario urbano, gestión de residuos, limpieza y acondicionamiento, y control de calidad, entre otras», según relataba este periódico en entonces para recordar que, en la actualidad, hay cerca del 60% de la urbanización ya ejecutada.
Será también a lo largo de esta fase cuando se subsane, según las previsiones de la Administración, la «precariedad de los accesos» con un paso elevado a la altura del desvío al municipio vecino de San Medel y dos glorietas.

Y ¿por qué tanto recelo con la reactivación de este proyecto? Porque el retraso acumulado desde que en 2009 se firmara el contrato para la urbanización del recinto entre Corsán Corviam y la ya extinta sociedad pública ADE Parques Tecnológicos de Castilla y León obliga a temer siempre lo peor en relación con este proyecto industrial y su historia plagada de obstáculos. En especial, marcan su trayectoria los recursos contenciosos administrativos planteados por los ayuntamientos de Cardeñajimeno y San Medel a la iniciativa.

Superado el trance vía acuerdo, suscrito por la propia Del Olmo allá por 2016, la empresa que debía culminar lo empezado entra en concurso de acreedores, dejando de nuevo paralizada la urbanización y en blanco el año 2017, que se dedicó a negociar cómo solventar tal bache. Ya a mediados de 2018 se decide resolver el contrato y en enero de 2019 se autoriza la ejecución «con medios propios» a través de Tragsa y con un presupuesto repartido en tres anualidades.

Del Olmo celebraba el desenlace el 1 de marzo, cuando arrancaba, sobre el papel, el principio de un fin que de cumplirse, esta vez, el calendario llegará en dos años. Está por ver, como la llegada de las máquinas.
Fuente: Correo de Burgos