Las peñas, molestas con la actitud del PSOE en la reorganización de los Sampedros
Miguel Santamaría critica que el comportamiento “desagradable” y “prepotente” de De la Rosa en la reunión de noviembre
Políticos, técnicos y colectivos de fiestas alcanzaron un principio de acuerdo en octubre pero el PSOE lo rechazó un mes después
Los socialistas insisten en que las modificaciones de las fiestas deben pactarse entre políticos y técnicos en primer lugar
Desagradable, prepotente y
falto de educación. Son los adjetivos utilizados por las peñas para
definir el comportamiento del Grupo Municipal Socialista, en concreto de
Daniel de la Rosa, en la última reunión convocada para negociar los
cambios en las Fiestas de San Pedro y San Pablo 2017. Una actitud que ha
tirado por tierra un principio de acuerdo que contaba con el apoyo, no solo de los grupos municipales, sino de los hosteleros, las peñas y el Comité de Folclore, ha explicado el presidente de la Federación de Fajas, Blusas y Corpiños, Miguel Santamaría.
Si bien es cierto que el Pleno de julio
acordó, a iniciativa del PSOE, conformar un equipo técnico y político
para estudiar una reorganización de los Sampedros a partir del próximo
año, el concejal de Festejos, José Antonio Antón, prefirió incorporar
también a la Federación de Hosteleros de Burgos, la Hermandad de Peñas,
el Comité de Folclore y la Ferderación de Fajas, Blusas y Corpiños. La
razón, explica Santamaría, no es otra que el hecho de que algunos de los principales actos de las fiestas los organizan (o participan activamente) estos colectivos.
La feria de tapas, el lanzamiento de la
Bota, el Burgalés Ausente, la Cabalgata o la Ofrenda Floral son algunos
de ellos, ha recordado Santamaría, así que a su juicio es lógico que
cualquier modificación introducida en el programa al menos se consulte
con ellos. Bajo este planteamiento, Antón convocó una reunión en octubre,
a la que asistieron Nuria Barrio y Óscar González (PSOE), Eva de Ara y
Javier Gil (Imagina), Gloria Bañeres (Ciudadanos), Silvia Álvarez de
Eulate, José Antonio Antón, varios técnicos del IMC y representantes de
los otros colectivos.
Acuerdo casi cerrado
Y tras mucho debatir se consiguió llegar a un principio de acuerdo que concentraba las fiestas en una semana. Los Sampedros se iniciarían el sábado anterior al 29 de junio, San Pedro y San Pablo, con el chupinazo anunciador y el lanzamiento de la Bota.
Para el viernes previo se reservaría el pregón de fiestas, la
proclamación de las reinas y la inauguración de las casetas y las
barracas. Sin embargo, el Ayuntamiento se ahorraría una tirada de fuegos
artificiales y las verbenas, que comenzarían el sábado.
Una semana más tarde se darían por
finalizados los festejos, cerrando las peñas con el Día del Burgalés
Ausente, domingo en Fuentes Blancas. Santamaría ha recordado que hay
eventos que tienen fechas casi fijas. La Cabalgata de Peñas no se puede
hacer un día de diario, por ejemplo, y a los hosteleros no les puedes
reducir su feria de tapas a un único fin de semana. El consenso fue tal
que, incluso, se aceptó la propuesta de Imagina de elegir a un “rey de las fiestas”, aunque para 2018, a fin de preparar con tiempo la convocatoria y hacer “una cosa decente”.
Desagradable
El presidente de la Federación asegura
que la reunión se cerró con acuerdo, a la espera de ratificarlo en
noviembre. Sin embargo, cuando se reunieron el 16 de noviembre, Daniel de la Rosa no dio por bueno el acuerdo.
Insistió en un grupo de trabajo único de técnicos y políticos, sin
peñas, folclore u hosteleros. Y, si bien Santamaría podría haberlo
entendido, lo que peor sentó a estos colectivos fue la actitud de De la
Rosa. Fue “desagradable, prepotente y falto de educación”, ha asegurado el presiente de la Federación de Fajas y Blusas.
Y hasta ahí llegó el acuerdo. Mientras, el PSOE ha registrado un escrito
en el Ayuntamiento exigiendo el cumplimiento estricto del acuerdo
plenario. Critican duramente a José Antonio Antón, al que acusan de no
respetar los acuerdos (ni el de los Sampedros ni el de los Distritos), y
recuerdan que el objetivo era plantear cambios desde el punto de vista político, que fuesen ajustados por los técnicos municipales. Y con un acuerdo ya sobre la mesa acudir a las peñas o los hoteleros. Nunca antes.
Fuente: BurgosConecta.es