viernes, 23 de junio de 2017

NUEVO JARRO DE AGUA FRÍA A CASTILLA Y LEÓN POR PARTE DE RAJOY

De la Serna se olvida del AVE y de la autovía del Duero

Desoye al PP y descarta soterrar las vías del tren en Valladolid

Jarro de agua fría para las infraestructuras de Castilla y León y para Partido Popular. En el caso de las primeras, el ministro de Fomento, Ínigo de la Serna las retrasa de nuevo, entre ellas el único tramo en obras de la Valladolid-León, aquel que enlanza Puente Villarente con Santas Martas en la provincia leonesa; y los seis de la autovía del Duero. En este caso, el primero de los que concluirá no lo hará hasta bien avanzado el año que viene, después de diez años en obras. Que es tanto como echar en roto las exigencias del Partido Popular, a quien también desoye De la Serna en Valladolid y descarta el soterramiento de las vías. Suma y sigue. Las infraestructuras de Castilla y León acumulan retraso tras retraso. El último, el que acaba de anunciar el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que demora todas las obras prioritarias para la Comunidad.
Algunas las emplaza para dentro de tres años, a otras ni les asigna fecha probable e ignora directamente proyectos significativos.
Ninguna de las arterias pendientes llamadas a coser el territorio castellano y leonés estarán en funcionamiento a medio o corto plazo.
La autovía del Duero (A-11) y la Valladolid-León (A-60) continuarán en el cajón del olvido; la alta velocidad llega tarde a Burgos y más lenta de lo ya previsto a León; mientras se constata el fracaso de los soterramientos en las capitales vallisoletana y leonesa. En la primera se descarta, pese a la insistencia del PP local, y la segunda se conformará con una solución a medio gas.
Con esta nueva demora en proyectos «vitales» para la Comunidad –así los califican las instituciones autonómicas, provinciales y locales–, el ministro no sólo da un portazo a Castilla y León y a sus reivindicaciones históricas, sino que desoye a las principales voces que dentro del propio Partido Popular de esta tierra han exigido, en reiteradas ocasiones, en público y en privado, que se impulsen estos ejes.
Un revés para los intereses de los castellanos y leoneses que ha generado mucho malestar en el seno del PP castellano y leonés.
De poco les ha servido a los presidentes de las diputaciones de León y Valladolid, Juan Martínez Majo y Jesús Julio Carnero, ambos populares, su frente común para exigir que se acelerase la eternamente paralizada A-60.
Ambos llegaron a reclamar hace unas semanas una entrevista con el titular de Fomento para solicitar más fondos dirigidos a esta vía de alta capacidad, que calificaron de «factor de desarrollo económico y social». De momento, el ministro no les ha dado audiencia.
Tampoco el ‘hermanamiento’ entre los alcaldes de las capitales leonesa y vallisoletana, Antonio Silván y Óscar Puente, éstos sí de distinto signo político, ha tenido ningún efecto positivo en las competencias del departamento que dirige De la Serna. La conexión que reclaman continúa encallada y sin perspectivas de culminar en un horizonte cercano.
Del tramo central de esta A-60, entre Villanubla y Santas Martas, no se pronunció el ministro, y del que une ésta última con Puente Villarente se conformó con afirmar que sigue «a buen ritmo», pese a encontrarse con una ejecución del 66% tanto tiempo después de haber sido proyectado.
Es más, de la parte vallisoletana, tan sólo mencionó que únicamente se licitará la redacción del proyecto hasta Medina de Rioseco. O, lo que es lo mismo, condena a esta autovía a permanecer en la lista de proyectos anhelados aún por varios años. Como la del Duero, para la que sólo pone fecha a dos de los seis tramos sorianos (2019).
En su visita a Valladolid, De la Serna detalló cómo se encuentran los principales compromisos en materia de infraestructura con Castilla y León. De sus estimaciones sólo se extrae dilación en plazos que su predecesora en el cargo, Ana Pastor, ya había alargado frente a los inicialmente previstos.
Eso cuando establecía fechas posibles de apertura. Desde 2015, la mayoría de los proyectos ya acumulaban repetidas tardanzas y Pastor reiteró en continuas comparecencias públicas que prefería no fijar días concretos. «Cuando haya dinero» o «andan ustedes muy pendientes de las fechas», fue su mantra frente las preguntas a los periodistas para evitar así concreción.
El ministro empleó también los mismas términos [«a buen ritmo»] para justificar la demora esta vez del AVE a Burgos.
La alta velocidad, que fue anunciada por Pastor para 2016 en la capital burgalesa, tendrá que esperar hasta, al menos, finales del próximo año. De la Serna indicó de nuevo que las obras entre Venta de Baños, en Palencia, y Burgos avanzan «a buen ritmo» tras resolverse algunos problemas.
De problemas también entiende el sistema de frenado que impide que el AVE llegue a 340 kilómetros por hora a León. Pese a los anuncios de Fomento, que fijó en octubre del año pasado la instalación del nuevo sistema (ERMTS) que permitiría abandonar los 250 km/h actuales y reducir en diez minutos el trayecto a Valladolid, ahora la falta de maquinistas le obliga a fijar su puesta en marcha a partir de 2018.
Pero si un proyecto se fía a largo plazo, al margen de la incertidumbre del corredor del Duero, es el de la Variante de Pajares.
Aunque la primera previsión contempló que la conexión del AVE a Asturias estaría en pleno funcionamiento en 2009, verá cómo pasa una década sin lograrlo. El titular de Fomento establece la apertura en 2020.
El fondo de saco en la capital leonesa, que estuvo tres años paralizado y que debería haber desaparecido en 2014, no se perderá de la vista del ciudadano hasta el próximo año, aunque ni siquiera es una certeza. De la Serna indicó únicamente que se trata del «escenario más probable».
De la integración del Ferrocarril de Vía Estrecha (Feve) en el casco urbano en la misma ciudad no habló ayer, pero sí hizo referencia hace unos días, cuando se amparó en la necesidad de elaborar un nuevo marco normativo para retrasarlo de nuevo, después de seis largos años de espera.
Las obras para desdoblar la circunvalación a Segovia verán al fin sus frutos en el próximo ejercicio, pero en primavera.
El Gobierno ya avanzó en 2002 su intención de desdoblarla por lo que, de cumplirse este anuncio, acumularía varios años de demoras. Una constante en las principales infraestructuras de Castilla y León. 
Fuente: Correo de Burgos