lunes, 30 de diciembre de 2019

HAY QUE FAVORECER AL CIUDADANO Y NO AL HOSTELERO

Los hosteleros podrán pactar las terrazas más conflictivas

H. Jiménez- C.Mendieta
-

El Ayuntamiento permitirá excepciones a la ordenanza en las llamadas zonas singulares, que se extenderán más allá del centro histórico, si los empresarios hacen propuestas conjuntas

Terraza en El Espolón que no estaría respetando las distancias mínimas inicialmente aprobadas. - Foto: Valdivielso
El Ayuntamiento de Burgos ultima la que debería ser la versión definitiva de la Ordenanza de Terrazas, una vez estudiadas las alegaciones presentadas a la aprobación inicial de hace más de un año. Ya no será posible dentro del actual ejercicio, pero el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, quiere tener muy pronto la solución definitiva a una de las cuestiones más complejas de regular por la proliferación de negocios en los últimos años y por los consiguientes intereses contrapuestos entre los usuarios de la vía pública y los hosteleros, que encuentran en los veladores una generosa fuente de ingresos.
Precisamente estos últimos presentaron una serie de matizaciones a la versión de noviembre de 2018, y algunas de ellas serán aceptadas siguiendo el criterio de la «flexibilidad», el término más utilizado  tanto por el alcalde como por el concejal de Licencias, Daniel Garabito, cuando explican sus consecuencias.
Se matizará, por ejemplo, la exigencia de respetar una distancia mínima a la puerta del establecimiento o a elementos del mobiliario urbano como los árboles, los bancos, las paradas de autobús o las papeleras, que será algo distinta de como venía expresada en un principio. La aprobación inicial recogía una separación de al menos 1,5 metros y esto, en el caso de los estrechos espacios del casco histórico o del propio paseo del Espolón con su sucesión de plataneros, haría inviable la aplicación práctica salvo que desaparecieran un gran número de mesas que están «muy establecidas desde hace tiempo, funcionan bien y no causan problemas», matiza Garabito, quien insiste en que «lo importante es la convivencia».
Además, en las llamadas «áreas de ordenación singular», que no solo se limitará a la plaza del Rey San Fernando sino que afectará a La Flora, Las  Llanas e incluso las Bernardillas de Gamonal, se dejará en manos de los hosteleros las propuestas de ordenación, de manera que se logren «conjuntos homogéneos». Si no hay acuerdo entre ellos, cosa que suele ser lo habitual dada la alta competitividad del sector, se aplicaría la norma general. Pero si llegan a pactos, lo tendrán más fácil a la hora de plantear tipologías de terrazas, la cuestión de las distancias o del propio tamaño del local.

AFORO LIMITADO
También en principio, y como criterio general, la zona exterior de un negocio no podrá ser más grande que el local, puesto que deberían ser un complemento de la actividad principal y no el grueso de ella, pero de nuevo con esta filosofía de flexibilización podrá haber matices y excepciones. Aquí el concejal Garabito apela a un ejemplo concreto: en la plaza de España hay terrazas mucho más grandes que los locales y podrían seguir así, pero solo en el caso de que los hosteleros planteen una idea conjunta que satisfaga al Ayuntamiento.
Aunque desde fuera parece difícil su concreción teniendo en cuenta el historial conflictivo del gremio, donde se suceden las denuncias entre ellos y una suerte de guerra fría permanente, De la Rosa se muestra satisfecho  con el «extraordinario trabajo» realizado por los servicios técnicos e insiste en su optimismo en poder sacar adelante la norma porque, a su juicio, está basada en criterios técnicos y jurídicos «y deja muy poco margen de maniobra al juicio político», lo que siempre es beneficioso para los desesperantes ritmos consistoriales.
Fuente: Diario de Burgos