El recorte en el alumbrado público se mantendrá para ahorrar 2.400 euros diarios
C.M. / Burgos - jueves, 5 de noviembre de 2015
8.785 luminarias de las 34.090 instaladas están apagadas desde hace tres años, por las medidas de ahorro implantadas. El encendido del resto supone un gasto 2,5 millones al año
El Ayuntamiento seguirá manteniendo las restricciones en el alumbrado público que se iniciaron en verano de 2012 como consecuencia de la crisis y las recomendaciones que el Ministerio de Economía hizo tras detectar un elevado gasto en este servicio.
Aunque el anterior equipo de Gobierno anunció la recuperación paulatina de la iluminación una vez solucionados los problemas de liquidez de las arcas municipales, el actual lo tiene claro. «Mientras no haya ingresos extraordinarios, no habrá gastos extraordinarios», afirma contundente el concejal de Hacienda y también responsable del área de Ingeniería Industrial, Salvador de Foronda, mientras trabaja en las cuentas para el año 2016 en las que hay poco margen de maniobra. Los ingresos se reducirán entre 11 y 14 millones y el gasto de funcionamiento anual de la ciudad seguirá siendo el mismo, unos 180 millones de euros.
El Ayuntamiento tiene inventariados 34.090 puntos de alumbrado público (se incluye la luminarias de las calles y aceras, el ornamental, los parques, las pistas deportivas de barrio o los soportales), de los que permanecen apagados 8.785.
Encender esos 25.305 puntos de alumbrado que están en funcionamiento supone una facturación anual de 2.550.000 euros, de modo que si se encendiera el cien por cien de los instalados, es decir, volver a la situación anterior al año 2012 supondría una facturación adicional de 870.000 euros al año (2.400 euros al día). «Seguiremos en la misma situación hasta que los ingresos municipales se consoliden. No podemos generar un gasto que produzca desfases y déficit en las cuentas municipales», añadió Foronda.
En la actualidad, la potencia eléctrica total instalada en la ciudad es de 5,08 megavatios (MW), aunque solo están en funcionamiento 3,78 debido a la política de ahorro.
Los recortes en iluminación afectan a toda la ciudad aunque los puntos de luz han aumentado considerablemente desde el año 2007 en el que se contabilizaban 23.395 frente a los 34.090 actuales, aunque no estén todos encendidos, lo que supone un aumento del 45%. Pocos barrios, con la excepción del centro histórico, se han escapado de estos recortes.
Tampoco lo han hecho los polígonos industriales, Gamonal y Villalonquéjar, en este último caso solo hay encendida una farola de cada tres, así como grandes viales como las avenidas Valentín Niño Príncipes de Asturias. Zonas residenciales como San Pedro y San Felices, Fuentecillas, el S-3 o el S-4 notaron mucho los recortes. En estas últimas los recortes lumínicos no se notaron mucho al principio porque había pocos residentes pero ahora las casas se han ido ocupando y algunos de sus parques están totalmente a oscuras, como el colindante con la calle Lazarillo de Tormes o Juan Pablo II.
También se ha apostado por reducir los niveles de iluminación como en el bulevar o programar apagados parciales, de forma que la reducción drástica se hace a partir de las 23 horas (calles Vitoria, avenida de Arlanzón o carretera del cementerio).
En abril del año pasado se recuperó la iluminación en una veintena de calles en las que volvieron a lucir 350 farolas. Fueron las ubicadas en Maese Calvo y San Pedro de Cardeña, Vadillos (Clunia, Petronila Casado, Alfonso X El Sabio, Julio Sáez de la Hoya, Cristóbal Colón), la avenida del Cid, bulevar y Parralilos (Batalla Navas de Tolosa, Condes de Berberana, Condes de Castilfalé, Claustrillas e Infantas).
Este cambio casi no supuso ninguna incidencia en el consumo porque el gasto se compensó con el cambio de la instalación lumínica en cinco parques de la ciudad en los que se colocaron bombillas de tecnologías LED, que suponen un importante ahorro. Los parques en las que instalaron estas farolas fueron Europa, Buenavista (G-3), Manuel de Falla, Victoria Balfé y Virgen del Manzano.
El Ayuntamiento realizó en ellos un desembolso inicial de 60.000 euros pero ese dinero se recupera debido al menor consumo y al pasar de 26.300 vatios a 10.451. La idea es ir extendiendo esta tecnología a otras zonas de la ciudad. De hecho se realizaron pruebas en las calles del Tinte y Progreso) y en Villalonquéjar.
El objetivo es renovar el sistema de iluminación de la ciudad, buscando una mayor eficiencia y un menor gasto, tanto en la factura de luz y el mantenimiento.
Fuente: Diario de Burgos