domingo, 9 de diciembre de 2018

EL P.P. PUEDE TENER YA CANDIDATOS

Tras el no rotundo de Ibáñez, el PP duda entre Blasco y Saiz para la alcaldía de Burgos

confidencia

Poco a poco parece que va aclarándose el nombre del futuro candidato popular al Ayuntamiento de la capital burgalesa. Descartados el actual alcalde y su primera opción, Ángel Ibáñez, este último por su tajante negativa a aceptar el reto, y Foronda, vetado por el propio Lacalle, el PP tiene otros dos reservas.

Según ha conocido este CONFIDENCIAL, Rico y Lacalle  han puesto sobre la mesa del presidente regional del PP, Fernández Mañueco los nombres, y por este orden, de Carolina Blasco, actual teniente de alcalde en el consistorio burgalés y el de Roberto Saiz, ex subdelegado del Gobierno y actual jefe de la unidad de Personal y Régimen Interno de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos.
Empezando por el principio, apuntamos que Ibáñez, que era el elegido por el "brazo divino", se ha auto excluido alegando motivos personales y familiares, por lo que tendría que pasar algo muy extraño para que el actual procurador regional cambie de opinión al respecto.
Dicho esto, han entrado en liza Blasco y Saiz, cuyos nombres ya están en conocimiento del que va a ser candidato popular a la Comunidad Autónoma. A favor de la primera, figura su currículum como directora general de telecomunicaciones en la Junta y ocho años como concejala en temas como Personal, Medio Ambiente, Comercio, Industria, Turismo, Aguas... En su contra, que ni conoce donde está la sede del PP en Burgos, algo que no gusta nada a los afiliados de base; que es la candidata de Promecal, y que dicen de ella,  incluso otros concejales de su propio partido, que no remata ninguno de los proyectos que presenta.
Por lo que al otro aspirante se refiere, tiene en el lado favorable su proximidad a Fernández Mañueco, con el que ya ha trabajado; también su experiencia como técnico en diferentes campos de la Administración, algo que todo el mundo tiene claro serviría para poner orden en el caos funcionarial en el que se haya inmerso el Consistorio capitalino, así como, su cercanía al ciudadano (un alcalde tiene que besar a muchos niños y mayores), algo de lo que carece su teórica oponente. En el lado desfavorable figuraría que cuenta con escaso bagaje político, y que él siempre ha dicho que "por nada del mundo" sería candidato para la alcaldía de su ciudad.
Con este panorama a Mañueco le han dado la patata caliente para que él se la coma. Desconocemos si D. Alfonso se la pasará a Javier Maroto, o si finalmente buscan hasta debajo de las piedras un candidato para romper los pronósticos y las encuestas que no le son nada favorables al Partido Popular, tanto en Andalucía, como en Burgos.
Fuente: Noticiasburgos.com