lunes, 26 de agosto de 2013

EL PP HACE UNA REFORMA DE LA ADMINISTRACIÓN QUE DA RISA

Una reforma que apenas ahorra en sueldos políticos

EL PARTIDO POPULAR llegó al Gobierno con el objetivo claro de «adelgazar» la administración del Estado y, sobre todo, con el de recortar los sueldos de políticos y cargos públicos. Con esa intención nace la nueva reforma local, en la que trabaja el Gobierno central y con la que pretende llevar a término estos dos objetivos.
Pero, un análisis pormenorizado de esta reforma hace ver que de ahorro y adelgazamiento de la Administración más bien poco. Y es que esta nueva reforma va, sobre todo, contra los pequeños gobiernos, el de las juntas vecinales y el de los ayuntamientos menos poblados y con menos cargos públicos.
Esos son realmente los paganos del pretendido recorte porque al resto, a los grandes políticos y cargos públicos, apenas le hace mella, ni en sus bolsillos ni en en la pérdida de cargos de confianza. Ahí están sino los alcaldes de las grandes capitales que podrán cobrar mucho más de lo que ahora tienen estipulado. Y lo mismo puede decirse de sus cargos de confianza que, en muchos casos, podrán duplicar salario, porque así lo marca la nueva Ley de Reforma Local en la que trabaja el Gobierno central.
Es una reforma, que a la vista de estos datos, deberían repensarse, porque los presidentes de juntas vecinales y los alcaldes y concejales de los pequeños pueblos son los que menos cobran, si es que perciben algún sueldo, que en la mayoría de los casos no es así. La reordenación salarial de los políticos municipales no entra de lleno en el objetivo por el que se planteó: la reducción de cargos públicos y la eliminación de duplicidades y grandes sueldos que lastran la economía de la administración más débil. Las reformas, como todas, son mejores si se hacen desde la negociación y desde el consenso. En eso es en lo que deberían trabajar el Ejecutivo central y los de las diferentes comunidades autónomas: sentarse y poner negro sobre blanco en todo aquello que sea necesario cambiar, reducir o incluso eliminar.
Porque, hasta el momento, la única realidad, aquella que más perciben los ciudadanos y que queda plasmada en la reforma del Gobierno, es que este pretendido adelgazamiento no parece tal, porque entre otras cosas no logra el tan cacareado ahorro en sueldos políticos.

Fuente: Correo de Burgos