El PSOE, en manos de los nacionalistas
El PP, Ciudadanos y Vox no alcanzarían mayoría suficiente para arrebatar el Gobierno a Sánchez tras el 28-A
A casi un mes de las elecciones generales, el PSOE mantiene
su marcha ascendente y sería el partido más votado el 28 de abril, con
casi el 31% de los votos y entre 131 y 134 escaños en el Congreso. El PP mejora sus expectativas, pero se vería perjudicado por el declive de sus previsibles aliados, Ciudadanos y Vox.
Los populares estarían entre los 94 y 99 diputados y casi el 22% de los
sufragios, pero los liberales y la extrema derecha se quedarían entre
37 y 38, y 24 y 27. El retroceso también alcanzaría a Unidas Podemos, que caería a 27 diputados.
De
acuerdo a los resultados de una encuesta de GAD3 para este periódico,
la gobernabilidad después del 28 de abril será un rompecabezas porque
ninguna de las alianzas previsibles alcanza la mayoría absoluta, con la
excepción de la suma de los partidos que apoyaron al socialista Pedro Sánchez en la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Pero esa coalición es bastante poco probable que se repita por las
reticencias de los independentistas catalanes, sobre todo de Junts per Catalunya capitaneada por Carles Puigdemont, a reeditar la experiencia. Sin ellos, los números no dan porque Esquerra obtendría
12 escaños y los de Puigdemont, seis. La alianza llamada Frankenstein
por PP y Ciudadanos sumaría entre 186 y 189, y sin los independentistas
se quedaría entre 167 y 171.
Del mismo modo, la conjunción de
fuerzas entre PP, Ciudadanos y Vox estaría lejos de alcanzar la
investidura (la mayoría absoluta es 176). Entre los tres partidos
sumarían entre 157 y 166 asientos en el Congreso. A los que habría que
sumar los dos de Suma Navarra, coalición electoral de UPN, PP y Ciudadanos.
Serán
unas elecciones binarias, con el tridente conservador por un lado, y
los socialistas con la constelación de fuerzas de izquierda,
nacionalistas e independentistas por otro. Los acuerdos transversales,
añorados desde algunas instituciones y por importantes representantes de
las finanzas y de las empresas, tienen difícil concreción. El más
evidente, el del PSOE con Ciudadanos, ha topado por ahora con la
negativa de Albert Rivera a entenderse con «quien quiere romper España
de la mano de (Quim) Torra». Los números, por otra
parte, tampoco cuadran aunque se acercan. La suma los socialistas y
liberales podría quedarse solo a entre cuatro y ocho escaños de la
mayoría absoluta. Habrá que esperar a que pasen las elecciones para
despejar la incógnita porque la dureza verbal de la campaña puede
desmoronarse con el pragmatismo de los resultados.
Pero si las
posiciones se mantienen incólumes, no se puede descartar una repetición
de las elecciones generales como ocurrió hace tres años porque nadie
reunió los apoyos para conseguir la investidura.
Las claves
- PSOE
- Aglutina el voto útil de la izquierda aunque teme una desmovilización si se da la victoria por hecha.
- PP
- Ha cerrado la hemorragia hacia Vox, pero se arriesga a obtener el peor resultado de la historia del partido.
- Ciudadanos
- Se ha estancado en sus expectativas de voto y tiene lejos convertirse en el líder del centroderecha.
- Unidas Podemos
- El retorno de Iglesias es la mejor baza de Unidas Podemos para frenar su espectacular caída.
- Vox
- Ha frenado su impulso inicial y ya no se beneficia del trasvase de votos de PP y Ciudadanos.
Tercera fuerza hace un año
Los
socialistas parecen consolidados en esa primera posición. Una mejoría
hasta cierto punto sorprendente porque hace justo un año en los sondeos
del CIS, cuando estaba aún la administración de Rajoy y su metodología
no estaba puesta en cuestión, el PSOE era la tercera fuerza con el 22%
de los votos y se veía superado por Ciudadanos, 22,4% y PP, 24%. «No hay
nada como el BOE», dijo hace un tiempo un veterano de la transición.
Desde la moción de censura de junio de 2018, los socialistas no han
parado de subir, y sus expectativas de voto superan hoy en más de ocho
puntos a los resultados que tuvieron en las generales de junio de 2016.
Entonces cosecharon el 22,6% de las papeletas y 84 diputados.
Los
socialistas, además de beneficiarse de su paso por la Moncloa, han
concentrado el voto de la izquierda disperso por Unidas Podemos y la
abstención. Es, sin duda, el voto útil progresista. En la dirección del
PSOE asumen con satisfacción estas expectativas, pero también temen que
tenga un efecto desmovilizador entre el electorado al dar por hecha su
victoria.
El PP, pese a su notable mejora en las últimas semanas
(el último sondeo de GAD3 le daba 87 escaños), sigue bajo mínimos. De
obtener los 94-99 asientos proyectados sería su peor resultado desde la
refundación del partido en 1989. En las elecciones de aquel año,
capitaneados por José María Aznar, sumaron 107. Los populares, sin embargo, pueden revertir la situación si mantienen la tendencia alcista. En el entorno de Pablo Casado
lo dan por descontado, y aunque no se atreven a decir que superarán al
PSOE, aseguran que sus números serán mejores que los que predicen las
encuestas. Por ahora pierden once puntos y en el entorno de los 40
diputados respecto a junio de hace tres años.
Ciudadanos
se mantiene como tercera fuerza, pero estancada y con un leve sesgo a
la baja. De celebrarse ahora los comicios obtendrían el mismo porcentaje
de votos que en las generales de 2016 y entre cinco y seis escaños más
por la distinta distribución de los sufragios. Parece claro que el
trasvase de votos liberales hacia Vox se ha frenado, pero también se ha
taponado la hemorragia de electores del PP hacia los naranjas. Crecer,
por tanto, va a depender de su capacidad de hacerse atractivo en otros
caladeros.
El cuarto puesto está reñido entre Unidas Podemos y Vox. El partido que lidera Pablo Iglesias no
deja de retroceder y ha perdido dos puntos en intención de voto
respecto a las últimas generales y 18 escaños. La sangría, además, puede
ir en aumento tras el fracaso de las negociaciones para reeditar las
confluencias con Compromís y En Marea en la Comunidad Valenciana y Galicia.
El retorno del líder, una vez concluida su baja por paternidad, es de
las pocas bazas que pueden jugar para revertir la situación y a ella
fían sus esperanzas.
Vox ha visto frenada su irrupción, y ha
perdido medio punto en intención de voto y entre nueve y doce escaños en
relación al anterior estudio de GAD3. Con todo, iguala a Unidas
Podemos. Lo que ya no hace el partido de Santiago Abascal es
fagocitar el voto del PP. Los populares perderían entre 38 y 43
diputados respecto a 2016, pero la extrema derecha alcanzaría entre 24 y
27.
¿Un pacto postelectoral de PSOE, PNV y Ciudadanos?
En las últimas semanas, y tras el pacto de Ciudadanos con UPN y PP en Navarra, cristalizado en la coalición Suma Navarra, y los coqueteos con los populares en Euskadi, ha empezado a abrirse paso la posibilidad de un acuerdos postelectoral entre PSOE, Ciudadanos y PNV. Los socialistas creen que una vez que los liberales han aceptado el régimen fiscal foral en estas dos comunidades se ha salvado el principal escollo para un futuro entendimiento que incluya al PNV. Quedaría por resolver el problema del sistema de cálculo del cupo, el «cuponazo», según Albert Rivera, que a juicio de Ciudadanos es poco transparente y consagra la desigualdad entre los españoles. Los nacionalistas, sin embargo, no parecen muy entusiasmados con la posibilidad de pactar con los de Rivera, que han sido su 'bicha' durante la última legislatura. Los números, por ahora, sí alcanzarían o se quedarían al borde porque la suma de las tres formaciones alcanza, de acuerdo a la encuesta de GAD3 para este periódico, entre 174 y 178 escaños.
Los
independentistas ganarían un escaño respecto a las últimas generales y
sumarían 18, pero repartidos de otra forma. Esquerra Republicana sumó
nueve diputados en 2016 y ahora llegaría los 12, mientras que Junts per
Catalunya perdería dos y se conformaría con seis. Sus votos serían
vitales para Sánchez si pretende reeditar la mayoría de la moción de
censura, aunque no es la opción preferida del líder socialista ni
tampoco los soberanistas parecen estar por facilitar esa alianza si no
hay un giro de 180 grados en la estrategia hacia Cataluña.
El
PNV mejoraría su presencia en el Congreso con un diputado más y
reforzaría su papel de partido clave en cualquier negociación. Bildu mantiene su representación con dos asientos, igual que Coalición Canaria con su escaño. El sondeo prevé el retorno del Bloque Nacionalista Galego al palacio de la carrera de San Jerónimo y apunta a un revés extraño para Compromís, que pasaría de tener cuatro actas a una sola.
Fuente: Burgosconecta.com