El mal tiempo evidencia la chapuza realizada con las gradas de San Amaro
Cuando se cumplen dos meses de la inauguración de las gradas del
campo polivalente de San Amaro, los aficionados ya han podido confirmar
la chapuza que se ha realizado con esta obra. Un graderío inútil para
una ciudad como Burgos, donde las condiciones climatológicas adversas
(propias de una gran parte del año en la ciudad) hacen imposible su
utilización.
Las características de las gradas, abiertas por todos lados y
cubiertas por una lona, hacen que la dotación sea inservible para
resguardarse de la lluvia, el frío o la nieve y la imagen que es
habitual en ellas es la del público agolpado de pie en la zona más alta.
Un ejemplo de lo que sucede con las gradas se ha podido ver el pasado
fin de semana, cuando la lluvia ha hecho inútiles cuatro filas de
asientos y únicamente ha dado un respiro a quienes, de pie, se han
amontonado en la parte central de la quinta fila.
Una situación que se ve agravada por la falta de mantenimiento de
la instalación deportiva, ya que a las condiciones climatológicas hay
que sumar la falta de limpieza que hace que las bancadas sean, también,
inútiles los días después de lluvia.
La situación por la que atraviesa el campo polivalente de San Amaro
no es más que un reflejo de la pésima gestión que el alcalde Javier
Lacalle, con Lorena de la Fuente a la cabeza, está realizando en materia
deportiva.
Ni un alcalde empecinado en hacer obras por todos lados, ni una presidenta del Servicio Municipalizado de Deportes ausente que no sabe aún cuál es su acometido, ni un vicepresidente, Jorge Berzosa, incapaz de poner un poco de sentido común, han sido capaces de realizar un graderío en San Amaro acorde a las necesidades.
UN COSTE DE 600.000 EUROS
Y no será por falta de presupuesto. Tras muchas vicisitudes, la obra era una realidad por fin a mediados de septiembre tras una inversión de 600.000 euros.
Ni un alcalde empecinado en hacer obras por todos lados, ni una presidenta del Servicio Municipalizado de Deportes ausente que no sabe aún cuál es su acometido, ni un vicepresidente, Jorge Berzosa, incapaz de poner un poco de sentido común, han sido capaces de realizar un graderío en San Amaro acorde a las necesidades.
UN COSTE DE 600.000 EUROS
Y no será por falta de presupuesto. Tras muchas vicisitudes, la obra era una realidad por fin a mediados de septiembre tras una inversión de 600.000 euros.
Una partida que parecería razonable para atender las necesidades
de la dotación deportiva en una ciudad como Burgos y, sin embargo, nada
ha sido así y que pone de nuevo sobre la mesa las responsabilidades en
la gestión de lo público.
Los 600.000 euros destinados a las gradas han permitido dotar al
campo de 503 localidades que únicamente podrán utilizarse en días de sol
y si el mantenimiento ha sido el apropiado. De lo contrario, y lo que
ya viene siendo habitual en el campo, los aficionados únicamente podrán
disponer de un número reducido de localidades, las de la parte alta y
central del graderío, para, en su mayoría de pie, poder disfrutar del
partido de turno.
Lo cierto es que el campo polivalente de San Amaro no deja de
acumular despropósitos desde su puesta a punto. Las ansias de un Javier
Lacalle por tratar de dejar su huella en la ciudad han dado como
resultado una dotación sin accesos ni vestuarios reglamentarios, y hasta
en ocasiones sin agua caliente, que se han convertido en la vergüenza
de las instalaciones de la ciudad y en un ejemplo más de las malas
decisiones que ha adoptado en los últimos años el regidor municipal y
que ponen sobre la mesa la pregunta de si se habrían adoptado
determinadas decisiones si los gastos los hubiera tenido que pagar de su
bolsillo.
Todo ello, mientras Lorena de la Fuente se limita a asistir a
aquellos actos que le gustan, sobre todo los vinculados con el ámbito
taurino o los relacionados con inauguraciones e inicios de pruebas,
dejando de lado su verdadera responsabilidad que, por si se le ha
olvidado, es la de gestionar el ámbito deportivo.
Fuente: Canal54.es