5.000 más regresan al hogar paterno
H.J. | Burgos - domingo, 15 de abril de 2012
El desempleo está detrás de este fenómeno sociológico que desde el inicio de la crisis está reduciendo año a año la tasa de emancipación y se traduce en una vuelta al cobijo familiar
Uno de los efectos del desempleo juvenil es el regreso a la dependencia económica. No solo los jóvenes, también muchos adultos empiezan a necesitar la ayuda de la familia, el sueldo de un hermano o la pensión del abuelo para llegar a fin de mes, pero cuanto menor es la edad más facilidades (y tendencia natural) existen para la vuelta al hogar.
La traducción estadística de este fenómeno social la encontramos en el número de hogares jóvenes (aquellos en los que el antiguamente llamado ‘cabeza de familia’ tiene 34 años o menos). Según un estudio que elabora trimestralmente el Consejo de la Juventud de España a partir de datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), durante el tercer trimestre se registraron en la provincia de Burgos 18.333 hogares de este tipo (el 25,4% del total), frente a los 29.602 del mismo periodo de 2009 y los 20.195 de 2010.
Al mismo tiempo, y como parece lógico a la vista del regreso al domicilio paterno, el volumen de jóvenes emancipados tampoco deja de caer. Desde los 52.058 que se calculaban en 2009 se pasó a los 37.513 de 2010 y en el tercer trimestre de 2001 el montante había descendido ya hasta los 32.203.
«A la hora de interpretar estas cifras absolutas hay que tener en cuenta que la población joven también disminuye», explica Joffre Lopez Oller, autor del informe titulado ‘Observatorio de Vivienda Joven’ en el que analiza las variables de la EPA. «De ahí la importancia de comparar siempre las tasas relativas», apunta este experto, quien adelanta que según las estimaciones poblacionales que contiene la propia encuesta el número de jóvenes censados podría haber caído aún más durante el transcurso de 2011, pues en el tercer trimestre se habla de algo más de 72.000.
El propio López apunta a varios factores como los determinantes en el regreso al entorno familiar. El paro, desde luego, es uno de ellos, pero también el frenazo e incluso reversión en la llegada de extranjeros que, a falta de una referencia previa, vivían emancipados nada más llegar. Y también ha de tenerse encuenta el factor generacional por el que los nacidos en España que van cumpliendo los 18 años son menos que sus predecesores, algo que se nota también en las matrículas de colegios, institutos o universidades.
«De todas formas, el concepto de emancipación siempre es relativo porque anteriormente podía haber una supuesta independencia en la vivienda pero una dependencia económica en el día a día». El caso de quienes duermen cada noche en su propia casa pero se alimentan de las delicias de mamá o papá es paradigmático.
Fuente: DIario de Burgos
