LOS CIUDADANOS NO DEBEMOS SUBVENCIONAR VIAJES A NADIE
Ir y volver a Barcelona volando cuesta 560
euros públicos
El rendimiento de la línea sostenida con fondos municipales es pírrico. Cuesta
más dinero que pagar a los viajeros vuelos a Nueva York o Dubai desde Madrid
Cada
viaje de ida y vuelta a Barcelona desde el aeropuerto de Villafría sale
más caro que ir desde Madrid a Nueva York y regresar a la capital de
España. La diferencia real es que el cliente de la compañía (Air
Nostrum en el caso de la ruta Burgos-Barcelona e Iberia y Norwegian como
las más competitivas para el Madrid-Nueva York) no lo percibe, pero la
realidad, como los números, es tozuda y se está mostrando diáfana con
los primeros datos reales de pasajeros de Air Nostrum en lo que va de
verano.
El punto de partida de esta situación hay que buscarlo en dos
precedentes políticos. Primero, el contrastado error del PP de adjudicar
operativas a a compañías sin las mínimas garantías de cumplimiento, lo
que acabó hundiendo la fe de los usuarios y de las agencias de viajes en
el trabajo de ‘promoción’ de la terminal burgalesa. Segundo, el bloqueo
de la oposición a maniobras de resurrección como la planteada por
Ryanair, que pedía un millón de euros al año para recuperar la ruta con
Barcelona y trazar un puente internacional. Era caro, dijeron.
Las urnas dinamitaron la mayoría absoluta de los ‘populares’ y
fragmentaron el salón de plenos, devolviendo a todos los partidos voz y
voto en la nueva sociedad de promoción de la ciudad. Y ahí es donde los
políticos dijeron sí a pagar a Air Nostrum 1,2 millones de euros al año
para que conectara Burgos con Barcelona entre junio y octubre con tres
frecuencias semanales y en horario de tarde. Para hacerse cargo del
éxito de la ‘negociación’, basta comprobar que Air Nostrum únicamente
recibió 15 puntos sobre 100 posibles en la valoración de su oferta, pero
fue la única compañía que se ofreció a hacerlo y, obvio, impuso sus
condiciones. Los políticos, por su parte, se justificaron diciendo que
Villafría está muy tocado y este es el peaje para recuperarlo.
Eso son argumentos, y como tal pueden aceptarse o no, pero lo que es
indudable es que Burgos está desembolsando una fortuna en comparación
con lo que pagan otras capitales para insuflar vida a los aeropuertos
que pelean por salir del bloque de las diez terminales menos utilizadas
de toda la red de Aena. El caso más claro, más cercano y más sangrante
es el de León. Allí también utilizan dinero público para que Air Nostrum
opere vuelos. Allí también pagan 1,2 millones de euros. Pero allí, a
diferencia de aquí, tienen el quíntuple de vuelos, seis destinos
(Barcelona, Palma, Menorca, Gran Canaria, Ibiza y Málaga) y la ruta con
la Ciudad Condal abre todo el año. A cambio, pagarán exactamente lo
mismo que Burgos a la misma compañía (ver DB del 9 de abril).
en números. La consecuencia directa es el rendimiento que se le saca al
dinero público en la capital leonesa y lo que se obtiene a menos de 200
kilómetros. En términos de viajeros, Air Nostrum ha movido 29.701
pasajeros desde León entre enero y julio de este año, 17 veces más de lo
que ha movido desde Burgos (1.749). Esas son las cifras oficiales,
reales y contrastables que maneja Aena respecto a la actividad de Air
Nostrum, que no es lo mismo que la actividad de todo el aeropuerto de
Burgos. Porque esa es otra.
En julio se registraron 1.637 pasajeros desde Villafría (que salieron o
llegaron, se entiende). Visto en modo estadístico, supone un crecimiento
del 71,1% respecto al mismo mes del año anterior. Una versión de los
hechos pasaría por decir que la terminal burgalesa remonta el vuelo
gracias a la subvención a Air Nostrum, pero es que esos 1.637 pasajeros
no operaban con la filial de Iberia. No todos, al menos. Así, tal y como
reflejan los datos oficiales, en julio fueron 950 los pasajeros que
movió la aerolínea con salida o destino en Burgos (y Barcelona, en
pasiva). El resto se corresponde con las operaciones de la aviación
privada o servicios como el helicóptero de Sacyl. Y aquí regresamos al
contrato de marras.
El acuerdo entre Promueve Burgos (sociedad municipal que tanto promueve
que ni siquiera tiene página web) y Air Nostrum implica el pago de 1,2
millones por operar tres vuelos semanales (ida y vuelta) entre Burgos y
Barcelona durante el periodo que va de junio a octubre, ambos incluidos.
O lo que es igual: 240.000 euros por cada mes de operatividad. El
contrato se extiende por dos años (este es el primero) con la
posibilidad de una prórroga.
Los 240.000 euros correspondientes al mes de julio (a la espera de
agosto, probablemente el de mayor ‘rendimiento’ de la línea) supone que
se pagaron 253 euros por pasajero (506 por cada viaje de ida y vuelta)
de dinero público a sumar al importe del billete que abonara cada
comprador. La cifra es todavía más demoledora si se toma como referencia
el mes de junio, que salvo sorpresa será mejor que octubre y, quizás,
septiembre. En el primer mes de funcionamiento de la línea, Air Nostrum
transportó a 759 viajeros con destino o salida en Burgos. En ese caso,
el coste de dinero público fue de 316 euros por pasajero, o lo que es
igual: 632 euros por cada vuelo de ida y vuelta más lo que pagara cada
usuario a título particular. La media de ambos meses es de 280 euros por
trayectos (560 por ida y vuelta).
la comparación. El ‘peaje’ al que aluden los políticos para justificar
el acuerdo está saliendo caro. Tanto que si lo trasladamos al mercado
actual, se está pagando para volar a Barcelona dinero público suficiente
como para enviar a esos pasajeros a casi cualquier capital del mundo.
La mejor oferta de Air Nostrum para un vuelo de ida y vuelta a Barcelona
(ida un lunes y regreso una semana después en septiembre) es de casi
100 euros sin maleta facturada ni asiento asignado. Sumado a la
subvención, el coste del viaje sería de 660 euros. En la misma semana,
un vuelo directo de ida y vuelta Madrid-Nueva York (salida el lunes y
regreso el domingo) cuesta algo más de 400 euros con Air Europa y 625
con Iberia.
Por los mismos precios y en las mismas fechas se puede volar a lugares
como México o Dubai. Por la mitad, a ciudades como Moscú o Estambul, y
todo con algunas de las mejores compañías del mundo y sin que le cueste
dinero a ninguna administración pública, en este caso el Ayuntamiento de
Burgos, que como es sabido tampoco es el propietario del aeropuerto,
que gestiona Aena desde el Ministerio de Fomento.
Que la ruta no iba a alcanzar el nivel de demanda que sí tuvo en los
primeros años de funcionamiento era algo evidente. Hay un lastre de mala
gestión innegable que ahora se trata de galvanizar a golpe de
subvención, pero los problemas no se limitan únicamente a los costes.
Los horarios no son buenos (la salida de Burgos se opera a las 16.25 y
los regresos de Barcelona a las 14.40) y están muy lejos del horario de
negocios (salida a primera hora de la mañana y regreso por la tarde) e
incluso del circuito turístico, ya que la mayoría de las conexiones
internacionales obligan a pernoctar en Barcelona.
Ciudadanos, el grupo político más beligerante con la anterior gestión de
la promoción del aeropuerto y uno de los valedores del carísimo acuerdo
con Air Nostrum, dice ahora que conviene convocar a la sociedad de
promoción para analizar la mejora de este aspecto y el incremento de
frecuencias. Es obvio, incluso para quienes lo defendieron, que el
contrato es de dudosa rentabilidad. Casi nula.
Sí hay un operador local (MarSol) que ha anunciado su intención de poner
en marcha la comercialización de paquetes turísticos para traer turismo
a Burgos. Es decir, usar la ruta en pasiva. De momento, ha alcanzado un
acuerdo de tarifas con Air Nostrum y prevé iniciar esta actividad en el
mes de octubre. Tiene poco tiempo: el día 27 se acabarán los vuelos.
Fuente: Diario de Burgos