DOS NUEVAS VÍTIMAS EN LA AP-1
Desviar a la AP-1 a los camiones
Apenas han transcurrido quince días desde que el nuevo ministro de
Fomento se reuniera con una delegación de cargos socialistas burgaleses
en la que se habló de las grandes infraestructuras pendientes en la
provincia y la Nacional I ya se ha encargado de poner sobre la mesa el
fúnebre mensaje de que no existe mayor prioridad, para Burgos y para
Castilla y León, que el desvío inmediato y obligatorio del tráfico de
camiones por la autopista AP-1 y su liberalización absoluta para todos
los vehículos en el plazo marcado. La muerte el pasado miércoles de una
pareja de jóvenes de Redondela en un sobrecogedor accidente en
Quintanapalla es el doloroso recordatorio de que el abundantísimo
tráfico de vehículos pesados por una Nacional I sobrecargada de
vehículos -burgaleses, castellano leoneses, del resto de España y muchos
extranjeros- es inherentemente peligroso. Pero no por ello hay prisas
en el Ministerio por forzar a que los camiones transiten por la
autopista obligatoriamente. No sin antes arrancar unos miles de euros a
la Junta de Castilla y León para cubrir el coste de compensar a la
concesionaria de la autopista por abrir sus peajes a los camioneros, con
el argumento -muy liviano- de que se van a beneficiar los
transportistas de la región. Con todo, existe un principio de acuerdo
con el Ejecutivo regional que el consejero Álvarez Quiñones estaba
deseando firmar «cuanto antes» ya en mayo de este año, cuando reveló en
Burgos que el Ministerio tenía «ultimado» el pacto. Ese acuerdo, cuyas
líneas maestras estaban prefijadas desde noviembre de 2017, prevé que
las bonificaciones que recibirán los vehículos desviados serán de hasta
el 75 % y la Junta aportará un millón de euros para financiar una
operación cuya finalidad principal, entre otras, es una disminución de
la siniestralidad en la Nacional I. Hace poco más de quince días ambas
administraciones sostenían públicamente que aún «mantienen el compromiso
y la voluntad de hacer efectivos» esos acuerdos para desviar los
camiones por la autopista. Voluntad que suma meses y meses en el aire y
sin que la delegación socialista burgalesa pidiera cuentas a un ministro
que los despachó con un café y ninguna promesa, más allá de anunciar un
grupo de trabajo con la Junta para que ponga dinero para los nuevos
accesos de la autopista. Una nueva estrategia de dilación de un problema
al que el PSOE contribuyó en su momento con las dos prolongaciones que
aprobó del contrato de explotación de la autopista. Hoy está obligado,
como mínimo, a forzar el desvío inmediato de camiones. Dos nuevas
víctimas, con 22 y 26 años y toda la vida por delante, son argumento
suficiente para actuar.
Fuente: Correo de Burgos