El Puerto Seco consigue su máximo histórico de tráfico de cargas en 2015
J.M. / Burgos - sábado, 23 de enero de 2016
La clave. La apuesta de Barcelona por la infraestructura burgalesa dispara de 4.600 a 8.300 el número de contenedores que movió Villafría, un 81% más que en 2014. Las toneladas transportadas alcanzan las 192.000
Nunca antes el Puerto Seco de Villafría había movido tanta carga como el pasado año. Ni siquiera en los años anteriores a la crisis. Así lo confirma el director del Centro de Transportes Aduana de Burgos (CTBurgos), Gonzalo Ansótegui, quien destaca que el incremento de la actividad en la infraestructura obedece a la mejoría de la actividad económica pero sobre todo a que «el puerto de Barcelona ha apostado por Villafría». Lo que se traduce en que se han disparado el número de contenedores y de toneladas que llegan a las instalaciones que dirige.
Durante el año pasado, la terminal ferroportuaria movió 8.303 contenedores cargados (UTIS) frente a los 4.649 que se contabilizaron al finalizar 2014. Es decir, un incremento del 78,6%. Y en toneladas, 192.476 frente a las 105.951 del ejercicio anterior. Lo que representa, en este caso, un crecimiento del 81,6%.
Ansótegui detalla que es difícil destacar algún sector en particular que haya evolucionado más que los demás y destaca la gran variedad de los productos que parten desde Burgos rumbo a los puertos de Bilbao y Barcelona, los dos grandes destinos con los que trabaja Villafría. «Alimentación, bodegas (vino), automoción, química, bienes de equipo...» enumera el director de CTBurgos para evidenciar la diversidad de los contenedores que se exportan. Y es que, la infraestructura burgalesa, más que por importar, destaca fundamentalmente por exportar lo que fabrica hacia el mar y de allí a todos los rincones del mundo. «Extremo Oriente, Estados Unidos, Canadá y Sudamérica» son los principales destinos.
Pese a los resultados históricos del pasado 2015 (únicamente se estuvo cerca de estas cifras cuando en 2013 hubo un operativo excepcional de alfalfa), Ansótegui prefiere leer los datos con «humildad y prudencia ya que esto es variable». La confianza que ha depositado el puerto de Barcelona por Burgos podría dar un giro de un año para otro y regresar a resultados más modestos.
La estrategia, por tanto, se centrará en seguir haciendo lo que se ha hecho hasta ahora: «prestar un buen servicio y que el cliente esté contento». Lo que a su juicio ha inclinado la balanza para que Burgos haya mejorado el tráfico de cargas.
¿Cuáles son las grandes amenazas para la infraestructura burgalesa? Con un año récord como el pasado, que ha posicionado al Puerto Seco de Burgos como el segundo más importante del norte de España en tráfico de mercancías (solo superado por Zaragoza), los únicos temores llegan por el hecho de que con estas instalaciones está sucediendo algo parecido a lo que ya ocurrió en el pasado con los aeropuertos. Que cada provincia quiere tener el suyo y las mercancías no se multiplicarán por ciencia infusa. Sin ir más lejos, Valladolid, ahora un cliente importante de Villafría, es uno de esos territorios que quiere tener el suyo propio. Y que duda cabe que eso no le haría ningún favor a Burgos. Entre los lugares que son competencia está Vitoria (aunque con menos movimiento), Venta de Baños, Pancorbo y Miranda de Ebro (este último cada ves menos).
Más allá de las grandes empresas burgalesa que salen al exterior y que se sirven de Villafría para sacar sus productos en contenedores (como Adisseo o Brisgestone), el Puerto Seco de Burgos tiene como grandes clientes a factorías de «Vitoria, Valladolid, Palencia e incluso Asturias y Navarra. Las que están en un radio de 200 o 250 kilómetros», concreta Ansótegui.
De los más de 8.300 contenedores que pasaron por Villafría el año pasado, 6.262 se exportaron (un 60% más respecto a los 3.911 de 2014) y 2.041 se importaron (un 76% por encima de los 738 del ejercicio anterior).
Curiosamente, lo que no ha variado apenas es el número de trenes que llegaron a Villafría, que pasó de los 266 de 2014 a 270 en 2015 (hay cuatro convoyes semanales a Barcelona, otros dos a Bilbao y uno especial que viaja a Huelva para transportar un aditivo químico para la automoción). Lo que sucede es que ahora se marchan más cargados que antes.
Pero no solo se mueven mercancías a través de contenedores ya que la terminal ferroviaria, según estima, llegó a mover en total alrededor de un millón de toneladas de mercancías. Una cifra, en este caso, que no supera a los años anteriores a la crisis, ya que entonces el sector de la construcción transportaba mucha materia prima.
Fuente: Diario de Burgos