La Capilla de los Condestables vuelve a brillar en todo su esplendor
La Capilla de los Condestables reabre al púbico después de más de cinco meses de trabajo de consolidación de las estructuras de las vidrieras
Los vitrales originales, obra de Arnao de Flandes, se han guardado a la espera de poder afrontar su restauración completa
El Cabildo ya se prepara para las obras de restauración en Santa Catalina
Casi medio año después, la capilla de Los Condestables vuelve a brillar en todo su esplendor. El lugar donde descansan los restos de Pedro Fernández de Velasco y Manrique de Lara, condestable de Castilla, y de su esposa, Mencía de Mendoza y Figueroa, ha vuelto a abrir sus puertas al público después de cinco meses de trabajos de restauración. El pasado verano, el Cabildo de la Catedral se veía obligado a poner en marcha la primera fase de un proyecto integral de restauración de las vidrieras de la capilla ante el alto riesgo de desprendimiento y cerraba unas puertas que vuelven a estar abiertas de par en par para el visitante.
En esta primera fase se han consolidado y sellado las estructuras que sustentan las vidrieras
En esta primera fase se han consolidado y sellado las estructuras que sustentan las vidrieras
Tal y como explica Juan Álvarez de Quevedo, presidente del Cabildo de la Catedral, en este tiempo se han llevado a cabo las actuaciones más urgentes. Esas que tienen que ver con la propia seguridad de los elementos patrimoniales. Así, se ha procedido a desmontar las vidrieras originales y a reformar y sellar la estructura que las sustenta. Los originales, atribuidos al artista Arnao de Flandes, han sido “guardados en la sacristía” de la propia capilla a la espera de recibir un completo programa de restauración que los devuelva a su máximo esplendor.
En este sentido, Álvarez de Quevedo insiste en que “todavía queda mucho por hacer”. “Se ha hecho lo más importante, pero estamos hablando de un proyecto conjunto que tiene un presupuesto de 600.000 euros” y que todavía está por definir. No en vano, afrontar la restauración de unos vitrales considerados una obra culmen del gótico es de todo menos sencillo. Hay que estudiar su origen, descubrir el aspecto que tenían inicialmente y, a partir de ahí, intentar recuperar el espíritu original. Y para eso, insiste el presidente del Cabildo, “hace falta dinero”. Un dinero que, de momento, no se ha conseguido, aunque ya se han abierto conversaciones con diferentes entidades y organismos.
Sea como fuere, ésta es una de las actuaciones más esperadas de los últimos años. Las 14 vidrieras, o al menos lo que queda de ellas tras siglos de inclemencias meteorológicas y la voladura del Castillo por parte de las tropas napoleónicas, son toda una joya dentro de la joya que supone la Capilla del Condestable, parte fundamental de la joya aún más grande que es la Catedral de Burgos. Sus muros guardan el arte de maestros como Simón y Francisco de Colonia, Diego y Gil de Siloé o el propio Arnao de Flandes.
Actuaciones pendientes
Con todo, esta actuación no es sino una parte más o menos importante dentro del proyecto integral de restauración al que viene siendo sometida la Seo burgalesa durante las últimas décadas, un proceso en el que todavía quedan algunas intervenciones pendientes. La próxima actuación en llevarse a cabo será la restauración de la capilla de Santa Catalina, cuyas obras podrían comenzar a lo largo de este mes de enero.
A partir de ahí, quedarían pendientes la restauración de la capilla del Corpus Cristi y la consolidación de los relieves del transaltar, dos intervenciones para las que será necesario alcanzar acuerdos con la Junta de Castilla y León. “Estamos dialogando con ellos” para afrontar los trabajos cuanto antes, asegura Álvarez de Quevedo, que ya ha visto cómo en los últimos años se culminaban trabajos de restauración en numerosos puntos de la Catedral, como el Claustro Alto.
Fuente: BurgosConecta.es