LAS DISPUTAS DEL PP EN BURGOS
Lacalle en el avispero
El
equipo de Gobierno «está dinamitado», dijo el lunes Raúl Salinero,
portavoz de Imagina. «Se resquebraja cada día más y no lo ocultan»,
añadió ayer el socialista Fernández Santos. El grupo de concejales que
sostiene a Javier Lacalle vive una guerra interna avivada periódicamente
desde la aparición del ‘caso Gómez’ y la remodelación obligada por la
muerte de Ana Lopidana es la última oportunidad para calmarla.
Las hostilidades ya no las disimulan ni unos ni otros y tienen como
principales protagonistas a Salvador de Foronda por un lado y a Carolina
Blasco por otro. De Foronda, concejal de Hacienda, era el más íntimo
amigo de Lopidana en el seno del equipo de Gobierno y ha quedado muy
tocado moralmente por su fallecimiento. El único apoyo firme con el que
ahora cuenta entre los populares es el de Gema Conde, que es
vicealcaldesa y portavoz aunque Lacalle le ha otorgado menos peso
político del esperable cuando la repescó del Congreso.
Enfrente, la responsable de Personal y Medio Ambiente fue el principal
aval de Fernando Gómez durante la comisión de investigación y varios de
sus compañeros (además de la oposición) sostienen que ella fue quien
ideó la estrategia de defensa que todavía hoy sigue el ex presidente del
IMC. A su lado, el compañero más cercano a ella es Jorge Berzosa, edil
de Obras y Vías Públicas.
Pero, ¿qué ocurre entre un bando y otro? Ninguno es capaz de explicar
bien cuáles son las razones de su enfrentamiento. De las conversaciones
cruzadas se deduce que hay una mezcla de ambiciones políticas por la
sucesión a la alcaldía, envidias personales y, sobre todo, puntos de
vista muy distintos sobre la solución que debería haberse dado al ‘caso
Gómez’, con Foronda y Conde (y en su día Lopidana) como parte más
crítica y Blasco y Berzosa como los más comprensivos. El asunto de los
viajes acabará en los tribunales y será un juez el que determine quién
tenía la razón, pero el coste político es igual para todos. En medio
quedan otras dos concejalas del PP: Lorena de la Fuente y Ana Bernabé. A
ellas no se las sitúa en ningún lado claramente definido y logran
mantenerse al margen.
Javier Lacalle se encuentra así con un equipo del que presume como «el
mejor técnicamente» de las últimas legislaturas pero cuya relación
personal es insostenible y al que es incapaz de encauzar.
Cuando murió Lopidana todos coincidieron en que el estrés, las
tensiones y el ritmo de trabajo (salvo Gema Conde ninguno tiene
dedicación exclusiva y no la quieren porque no les interesa
económicamente) podía acabar con su salud. Al día siguiente, en el
funeral, lloraron juntos en apariencia aunque las distancias emocionales
fueran evidentes, y se cruzaron mensajes de apoyo y de unidad. Aquello
duró solo unas horas.
La vuelta a la rutina ha destapado nuevos reproches y en este avispero
entrará José Antonio Antón si es que finalmente accede a convertirse en
concejal, porque no las tiene todas consigo y ha reclamado un verdadero
protagonismo. Si no, Marisol Carrillo (la número 12) espera su turno.
Fuente: Diario de Burgos