miércoles, 20 de abril de 2016

LAS DISPUTAS DEL PP EN BURGOS

Lacalle en el avispero


El equipo de Gobierno «está dinamitado», dijo el lunes Raúl Salinero, portavoz de Imagina. «Se resquebraja cada día más y no lo ocultan», añadió ayer el socialista Fernández Santos. El grupo de concejales que sostiene a Javier Lacalle vive una guerra interna avivada periódicamente desde la aparición del ‘caso Gómez’ y la remodelación obligada por la muerte de Ana Lopidana es la última oportunidad para calmarla.
Las hostilidades ya no las disimulan ni unos ni otros y tienen como principales protagonistas a Salvador de Foronda por un lado y a Carolina Blasco por otro. De Foronda, concejal de Hacienda, era el más íntimo amigo de Lopidana en el seno del equipo de Gobierno y ha quedado muy tocado moralmente por su fallecimiento. El único apoyo firme con el que ahora cuenta entre los populares es el de Gema Conde, que es vicealcaldesa y portavoz aunque Lacalle le ha otorgado menos peso político del esperable cuando la repescó del Congreso.
Enfrente, la responsable de Personal y Medio Ambiente fue el principal aval de Fernando Gómez durante la comisión de investigación y varios de sus compañeros (además de la oposición) sostienen que ella fue quien ideó la estrategia de defensa que todavía hoy sigue el ex presidente del IMC. A su lado, el compañero más cercano a ella es Jorge Berzosa, edil de Obras y Vías Públicas.
Pero, ¿qué ocurre entre un bando y otro? Ninguno es capaz de explicar bien cuáles son las razones de su enfrentamiento. De las conversaciones cruzadas se deduce que hay una mezcla de ambiciones políticas por la sucesión a la alcaldía, envidias personales y, sobre todo, puntos de vista muy distintos sobre la solución que debería haberse dado al ‘caso Gómez’, con Foronda y Conde (y en su día Lopidana) como parte más crítica y Blasco y Berzosa como los más comprensivos. El asunto de los viajes acabará en los tribunales y será un juez el que determine quién tenía la razón, pero el coste político es igual para todos. En medio quedan otras dos concejalas del PP: Lorena de la Fuente y Ana Bernabé. A ellas no se las sitúa en ningún lado claramente definido y logran mantenerse al margen.
Javier Lacalle se encuentra así con un equipo del que presume como «el mejor técnicamente» de las últimas legislaturas pero cuya relación personal es insostenible y al que es incapaz de encauzar.
Cuando murió Lopidana todos coincidieron en que el estrés, las tensiones y el ritmo de trabajo (salvo Gema Conde ninguno tiene dedicación exclusiva y no la quieren porque no les interesa económicamente) podía acabar con su salud. Al día siguiente, en el funeral, lloraron juntos en apariencia aunque las distancias emocionales fueran evidentes, y se cruzaron mensajes de apoyo y de unidad. Aquello duró solo unas horas.
La vuelta a la rutina ha destapado nuevos reproches y en este avispero entrará José Antonio Antón si es que finalmente accede a convertirse en concejal, porque no las tiene todas consigo y ha reclamado un verdadero protagonismo. Si no, Marisol Carrillo (la número 12) espera su turno.

Fuente: Diario de Burgos