Vigilarán más de medio millar de terrazas y ultiman una ordenanza más suave
Eso que han visto un par de veces en las últimas semanas asomando por el cielo de Burgos es el Sol. No se escondan si vuelven a verlo, es inofensivo tomando unas precauciones mínimas. Además, suele tener un efecto particular en la población burgalesa: saca a los vecinos de sus casas de forma masiva y legiones de ciudadanos toman posiciones (y algo más) en las terrazas de los bares y restaurantes de la capital. Lo que ocurre es que no todas esas instalaciones han pasado antes por caja. Por la de todos, la municipal.
El pasado verano se puso en manos de la Policía Local, por primera vez, el censo de terrazas de la ciudad de Burgos. Lo elaboraron en el área de Hacienda partiendo de las solicitudes de instalación que se tramitaron. En total, casi 560. Pudo activarse entonces un operativo de vigilancia de control de la ordenanza. Los agentes podían supervisar sobre el terreno si el local en cuestión había liquidado la tasa por ocupación del espacio público o no, además de saber si habían pagado por el número de mesas y sillas que estaban montadas.
Más de 300 establecimientos fueron revisados, y como consecuencia se abrieron 116 expedientes sancionadores. Cada uno de ellos detona un proceso en el que se comunica la infracción, se abre un periodo de alegaciones, se contesta a esos argumentos del hostelero señalado y, en último término, se propone una sanción económica o, en su defecto, el archivo del expediente.
Hoy es el día en el que en el área de Licencias no han podido ventilar todos los expedientes, pero sí un número lo suficientemente relevante como para saber que la mitad acaban con resolución firme de sanción. De multa, vaya. Así, de los 116 casos tramitados, 45 ya tienen sanción firme, 26 siguen en proceso y 43 han sido sobreseídos al haber logrado los hosteleros justificar sus instalaciones y cauterizar la denuncia policial. Las sanciones dependen de la infracción, pero a tenor de lo comunicado hasta la fecha, la mayoría de ellas se tramitan como infracciones graves con reincidencia o muy graves por primera vez, por lo que en ambos casos conllevan una ‘receta’ de 1.500 euros.
La ‘segunda vuelta’
El pasado verano se puso en manos de la Policía Local, por primera vez, el censo de terrazas de la ciudad de Burgos. Lo elaboraron en el área de Hacienda partiendo de las solicitudes de instalación que se tramitaron. En total, casi 560. Pudo activarse entonces un operativo de vigilancia de control de la ordenanza. Los agentes podían supervisar sobre el terreno si el local en cuestión había liquidado la tasa por ocupación del espacio público o no, además de saber si habían pagado por el número de mesas y sillas que estaban montadas.
Más de 300 establecimientos fueron revisados, y como consecuencia se abrieron 116 expedientes sancionadores. Cada uno de ellos detona un proceso en el que se comunica la infracción, se abre un periodo de alegaciones, se contesta a esos argumentos del hostelero señalado y, en último término, se propone una sanción económica o, en su defecto, el archivo del expediente.
Hoy es el día en el que en el área de Licencias no han podido ventilar todos los expedientes, pero sí un número lo suficientemente relevante como para saber que la mitad acaban con resolución firme de sanción. De multa, vaya. Así, de los 116 casos tramitados, 45 ya tienen sanción firme, 26 siguen en proceso y 43 han sido sobreseídos al haber logrado los hosteleros justificar sus instalaciones y cauterizar la denuncia policial. Las sanciones dependen de la infracción, pero a tenor de lo comunicado hasta la fecha, la mayoría de ellas se tramitan como infracciones graves con reincidencia o muy graves por primera vez, por lo que en ambos casos conllevan una ‘receta’ de 1.500 euros.
La ‘segunda vuelta’
La tasa de terrazas se liquida anualmente y expira con el año natural, de forma que los hosteleros que quieran mantener la actividad en la calle deben ponerse al día en el pago cada uno de enero. Esto ha propiciado más de un susto en los últimos meses porque, a cuenta de un invierno climatológicamente favorable, algunas terrazas volvieron a las calles sin estar al corriente del pago y sus responsables han acabado denunciados.
Ahora, con el avance de la primavera, es cuando realmente empieza la temporada fuerte y será también cuando, según confirma la concejala de Licencias, Ana Bernabé, se vuelva a ‘pasar revista’ aprovechando el citado padrón elaborado conforme a quienes solicitaron (y abonaron) los permisos oportunos en 2015. «Habrá una comprobación de quiénes no han renovado el pago de la tasa para saber si esta temporada colocan terraza o no», señala. Así que, aviso para hosteleros, conviene pasarse por el Ayuntamiento y ponerse al día.
La actual ordenanza que regula estas instalaciones es polémica desde su génesis. Fue aprobada con la oposición del sector hostelero al introducir nuevas obligaciones (como la de delimitar espacios o la de respetar unos criterios estéticos concretos, amén de subir su coste de forma notable) y tuvo que decretarse una moratoria en 2011 tras la llegada de Javier Lacalle a la Alcaldía para apaciguar las protestas. De hecho, en aquel año únicamente se abrieron tres expedientes que se dejaron morir sin sanción. El texto nunca satisfizo a nadie y ahora existe una nueva propuesta que incorpora cambios importantes.
Cambios
Ahora, con el avance de la primavera, es cuando realmente empieza la temporada fuerte y será también cuando, según confirma la concejala de Licencias, Ana Bernabé, se vuelva a ‘pasar revista’ aprovechando el citado padrón elaborado conforme a quienes solicitaron (y abonaron) los permisos oportunos en 2015. «Habrá una comprobación de quiénes no han renovado el pago de la tasa para saber si esta temporada colocan terraza o no», señala. Así que, aviso para hosteleros, conviene pasarse por el Ayuntamiento y ponerse al día.
La actual ordenanza que regula estas instalaciones es polémica desde su génesis. Fue aprobada con la oposición del sector hostelero al introducir nuevas obligaciones (como la de delimitar espacios o la de respetar unos criterios estéticos concretos, amén de subir su coste de forma notable) y tuvo que decretarse una moratoria en 2011 tras la llegada de Javier Lacalle a la Alcaldía para apaciguar las protestas. De hecho, en aquel año únicamente se abrieron tres expedientes que se dejaron morir sin sanción. El texto nunca satisfizo a nadie y ahora existe una nueva propuesta que incorpora cambios importantes.
Cambios
«Hay que incorporar cambios importantes, mejoras e incluso creo que deberíamos plantearnos si no conviene ingresar menos pero que la norma se cumpla más», avanza Bernabé sobre ese nuevo texto, del que todavía no está claro qué concejalía se hará cargo ya que afecta a todo tipo de ocupaciones de espacios (también andamios, por ejemplo), así que en Vías Públicas tienen todas las papeletas para hacerse con el ‘premio’.
Sí es indiscutible que la nueva ordenanza será hija del consenso político o no será, ya que es preceptiva su aprobación en Pleno y, por tanto, requiere del apoyo de al menos cuatro concejales más de los que tienen los ‘populares’. Entre las novedades que se manejan figura la implantación de una pegatina que el hostelero pueda situar en un lugar visible del local y que actúe como fe pública de que ha pagado la tasa anual, algo así como la de la ITV del coche.
Ese adhesivo contendría además el número de mesas de las que puede constar cada instalación, de forma que ya no sería la Policía, sino cualquier ciudadano, quien pueda comprobar si la actividad es legal o no. Esto, además, eliminaría la hipersensibilidad entre competidores, que no es baladí. También se abriría la mano a la posibilidad de que el mobiliario pueda estar patrocinado (publicidad) pero con unos criterios estéticos mínimos. Además, se ampliarían las zonas en las que la norma es más restringida. Actualmente esto únicamente ocurre en el entorno de la Catedral, pero la previsión es que alcance a la parte nuclear del Camino de Santiago. Eso, en cualquier caso, está por ver. La próxima inspección está en camino.
Sí es indiscutible que la nueva ordenanza será hija del consenso político o no será, ya que es preceptiva su aprobación en Pleno y, por tanto, requiere del apoyo de al menos cuatro concejales más de los que tienen los ‘populares’. Entre las novedades que se manejan figura la implantación de una pegatina que el hostelero pueda situar en un lugar visible del local y que actúe como fe pública de que ha pagado la tasa anual, algo así como la de la ITV del coche.
Ese adhesivo contendría además el número de mesas de las que puede constar cada instalación, de forma que ya no sería la Policía, sino cualquier ciudadano, quien pueda comprobar si la actividad es legal o no. Esto, además, eliminaría la hipersensibilidad entre competidores, que no es baladí. También se abriría la mano a la posibilidad de que el mobiliario pueda estar patrocinado (publicidad) pero con unos criterios estéticos mínimos. Además, se ampliarían las zonas en las que la norma es más restringida. Actualmente esto únicamente ocurre en el entorno de la Catedral, pero la previsión es que alcance a la parte nuclear del Camino de Santiago. Eso, en cualquier caso, está por ver. La próxima inspección está en camino.
Fuente: Diario de Burgos.