Una tarde sin camas en el HUBU
G.G.U.
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Familiares de varias personas con operaciones programadas para ayer y cita de ingreso previo denuncian que al llegar al hospital el lunes por la tarde les dijeron que no había sitio
Soraya Uzarriaga y
Rosario Palacios son dos de las personas que el lunes por la tarde
creyeron que el personal de Admisión del HUBU les estaba tomando el pelo
cuando, al presentar la cita de ingreso previo a una cirugía
programada, les recomendaron que se fueran a casa porque no había camas
de hospitalización libres. «Nos dijeron que estaban saturados, pero yo
contesté que no me iba a menear de allí», recordaba ayer por la mañana
Uzarriaga, quien cinco horas y media después de haberse dirigido al
mostrador consiguió que ingresaran a su padre: iba para una operación de
vesícula, pero durmió en las habitaciones reservadas a
Otorrinolaringología y a la Penitenciaría. «Nos ubicaron donde
pudieron», remachó.
Esta mujer explicó que su padre tenía prevista la cirugía para ayer por la mañana, por lo que le citaron para ingresar el lunes por la tarde, entre las 17.00 y las 19.00 horas. «Llegamos puntuales y para ese momento ya había gente esperando», recordaba Uzarriaga ayer, destacando que, nada más entregar los papeles en Admisión, «me dijeron que el tema iba para largo». Según iba avanzando la tarde, los ánimos empezaron a caldearse y llegó un momento en el que, siempre según su relato, en Admisión les recomendaron irse a casa y llamar por teléfono más tarde o volver al día siguiente. «¿Al día siguiente? ¿Aqué hora? ¿Para que te citan con antelación si luego no te van a poder ingresar?», se preguntaba Uzarriaga ayer por la mañana, una vez que su padre había salido de quirófano. «Yo tenía claro que no me iba a menear de allí hasta que no me dieran una solución, pero la reclamación la voy a presentar igual porque no son formas de atender en un caso que debería estar previsto. Sentimos una impotencia total», añadió, matizando que «llegaríamos a juntarnos 20 familias».
Esta mujer explicó que su padre tenía prevista la cirugía para ayer por la mañana, por lo que le citaron para ingresar el lunes por la tarde, entre las 17.00 y las 19.00 horas. «Llegamos puntuales y para ese momento ya había gente esperando», recordaba Uzarriaga ayer, destacando que, nada más entregar los papeles en Admisión, «me dijeron que el tema iba para largo». Según iba avanzando la tarde, los ánimos empezaron a caldearse y llegó un momento en el que, siempre según su relato, en Admisión les recomendaron irse a casa y llamar por teléfono más tarde o volver al día siguiente. «¿Al día siguiente? ¿Aqué hora? ¿Para que te citan con antelación si luego no te van a poder ingresar?», se preguntaba Uzarriaga ayer por la mañana, una vez que su padre había salido de quirófano. «Yo tenía claro que no me iba a menear de allí hasta que no me dieran una solución, pero la reclamación la voy a presentar igual porque no son formas de atender en un caso que debería estar previsto. Sentimos una impotencia total», añadió, matizando que «llegaríamos a juntarnos 20 familias».
Fuente: Diario de Burgos