Crece un 10,6% el número de hogares con todos en paro
12.500 familias de la provincia están en esta situación y suponen el 8% del total Mayor de 50 años y parado de larga duración, el perfil más preocupante
Las cifras macroeconómicas que se
enarbolan como principio de salvación y quedan muy bien en las noticias,
pasan a ser nada cuando se dejan caer entre los múltiples agujeros de
las 12.500 familias que están formadas por personas en edad de trabajar
(activos) donde todos están parados. Este modelo de hogar se ha
disparado desde el inicio de la crisis y, según las cifras de la
Encuesta de Población Activa (EPA), sigue creciendo en Burgos cuando las
noticias de mejora económica se repiten desde hace tiempo. Los brotes
verdes no se dejan sentir en el ámbito doméstico. El número de hogares
con todos sus miembros en paro sigue creciendo. En la EPA del segundo
trimestre de 2015 esta cifra creció un 10,6% respecto al cálculo
realizado en el mismo periodo de 2014 en el que habían 11.300 hogares en
esta situación. Teniendo en cuenta que las prestaciones del paro se
agotan y cada vez son menos parados quienes las perciben, la situación
puede llegar a ser angustiante.
«Nos llegan familias normales, que tenían trabajo los dos pero que lo
han perdido hace mucho tiempo y no tienen apoyos ni ayuda, hay quienes
incluso buscan entre la basura para comer y eso está pasando en Burgos»,
denuncia la portavoz de la asociación Cadena de Favores, Laura
Villagrasa. Esta agrupación surgió con la crisis como fórmula de
canalizar la solidaridad de la gente. A través de las redes sociales y
el teléfono se encargan de coordinar la ayuda que las personas
solidarias quieren entregar y distribuirla entre las necesidades de
quienes piden auxilio inmediato, «una respuesta rápida a la que las
administraciones no llegan».
También coinciden en que la situación se está precarizando y
generándose nuevos perfiles de pobreza quienes trabajan directamente en
la inserción sociolaboral de las personas sin recursos, Cáritas. «Lo
peor de todo esto es cómo se ha dificultado el acceso al empleo para
determinados colectivos porque la mitad de los hogares que tienen a
todos sus integrantes en paro llevan en esta situación mucho tiempo»,
señala el portavoz de la organización, Alfredo Calvo.
El perfil de las personas en esta situación es preocupante. Según los
colectivos que trabajan en la asistencia a personas en riesgo de
exclusión lo más habitual son personas que llevan en paro más de un año,
que tienen en torno a 50 años o más y que «ya no son empleables pero
siguen teniendo familia a cargo, hijos... es un perfil que va a ser muy
complicado que salgan de ese círculo», señala Calvo.
La cifra puede parecer alarmante, pero real. Así lo refleja la EPA.
11 de cada 100 hogares formados por personas en edad de trabajar no
tienen trabajo ninguno de los dos. Ocho de cada 100 del total de los
153.400 familias existentes en la provincia.
aislamiento
Lo peor, afirman quienes trabajan con estos colectivos, es el
aislamiento. Según el informe Foessa de Cáritas, en Castilla y León un
13,6% de las familias viven en esta situación que deteriora
progresivamente la situación cuando realmente el ratio de exclusión real
es más bajo. «Cuando en una familia llega el paro lo primero que hacen
es dejar de pertenecer a clubs o asociaciones, dejan de acudir a los
espacios sociales como tomar un café, quedar con amigos y eso va
generando una pérdida de redes sociales que lo que hace es aislarles
más, perder el nivel de integración que tenían», señala Alfredo Calvo.
Al final «son familias que se quedan solas».
Mientras tanto acuden a estos centros u organizaciones para reducir
sus facturas. «Está claro que con poco más de 300 euros al mes tienes
que elegir pagar la casa o el alquiler o comer entonces necesitan ayuda
adicional», afirman desde Cadena de Favores. Se encuentran inmersos en
la campaña escolar porque «si casi no tienes para estar al día en tus
pagos y comer, imagínate el gasto de libros», señala Laura Villagrasa.
«Nos dejan donativos gente anónima, hasta 2.000 euros una persona y con
eso estamos ayudando mucho en esta materia porque cuando vas a pedir la
ayuda de los libros primero tienes que presentar la factura y es que, en
estos casos que nos llegan, no hay para tener una factura», puntualiza.
Respecto a la alimentación desde Cáritas respaldan que «no es que no
tengan para comer, es que es el primer gasto del que puedes prescindir
si acudes a las ayudas», señalan desde Cáritas. El servicio de Urgente
Necesidad, que tiene en marcha el Ayuntamiento de Burgos, también ayuda
al pago de facturas inesperadas o energéticas al mismo tiempo que los
servicios de Cáritas y Cruz Roja. Pequeños parches para ir tirando
porque en integración «tristemente estamos perdiendo objetivos
logrados», revela Calvo.
Fuente: Correo de Burgos