Matar a Imagina Burgos
De la lucha de clanes al asesinato de una candidatura popular: en torno a la figura de Pedro de Palacio
El reciente comunicado de la directiva
autonómica de Podemos anunciando su retirada de los órganos de Imagina
Burgos ha provocado un sinfín de comentarios sobre las relaciones entre
Podemos y el resto de la izquierda burgalesa. Aquí se pretende enfocar
esta cuestión centrando el análisis en una de sus figuras-clave, aunque
muy discreta últimamente: Pedro María de Palacio Maguregui (Bilbao,
1985).
Pedro de Palacio saltó a los medios
nacionales e internacionales en octubre de 2015, cuando un diario basura
reveló que había sido condenado en 2002, siendo menor de edad, por
abusar de una niña de cinco años. La sentencia condenándole a un
tratamiento terapeútico de un año no debería haberse publicitado por su
condición de menor, pero no es menos cierto que fue confirmada en 2003,
desestimando el tribunal la apelación de la familia, y no existen bases
para aducir que se trata de un error judicial.
La carrera política de Pedro de Palacio
fue asombrosamente precoz. A pesar de que su padre, Pedro María de
Palacio Villate, había sido concejal del ayuntamiento del Valle de Mena
por el PSOE en 1991-1995, él eligió el Partido Comunista. Después de
licenciarse en Historia, fue elegido en 2009, con 24 años, Coordinador
Provincial de IU en Burgos, y al año siguiente, Secretario General del
Partido Comunista de Castilla y León. En octubre de 2013, con una lista
crítica, se enfrentó por sorpresa a José María González para el cargo de
Coordinador Autonómico de IU; perdió la votación, pero renovó dos meses
después como Coordinador Provincial de Burgos.
Mientras tanto, de 2011 a 2014, ocupó el
cargo de administrativo de confianza de Raúl Salinero, concejal por IU
en el Ayuntamiento, dicen las malas lenguas que sin pisar por Burgos. En
esos años se juntaron en torno a él varios jóvenes que se presentaban
como ‘renovadores’ de Izquierda Unida: Laura Domínguez, su hermano
Roberto Domínguez, Jorge Lamana, Blanca Guinea, Daniel Alonso, Félix
Díez, y por supuesto Raúl Salinero. Laura y Félix eran, con Pedro,
miembros del Comité Ejecutivo del PCCyL desde 2010, además de ser Laura
Coordinadora Local de IU en Burgos. Las actuaciones de ese grupo muy
organizado, a través del cual Pedro de Palacio conseguía objetivos sin
implicarse directamente, generaron una dura guerra interna en Izquierda
Unida.
De repente, en febrero 2015, Pedro y su
grupo abandonan la formación para pasarse a Podemos. Raúl Salinero,
cumpliendo con retraso calculado la decisión tomada colectivamente a
finales de 2014, les sigue varios meses más tarde. La entrada de todos
ellos en Podemos se produce de forma muy progresiva, tardando en
aparecer en las asambleas, y buscando siempre la seguridad de la pequeña
célula que conforman para progresivamente echar raíces en una
organización que les es, en principio, hostil. Sin embargo la ascensión
de Pedro de Palacio en Podemos se antoja tan fulgurante como la que
conoció en Izquierda Unida.
En las Autonómicas de 2015 es elegido a
las Cortes de Castilla y León, junto a Laura Domínguez; también es
candidato por Burgos en las siguientes elecciones al Congreso, sin que
esa acumulación potencial de cargos parezca molestarle, ni a los que le
apoyan. Pero la revelación pública de su condena de 2002 le obliga a
dimitir de su cargo de procurador poco después, el 29 de octubre 2015,
al tiempo que renuncia a presentarse al Congreso. De procurador entra en
su lugar su fiel compañero Félix Díez; como candidato al Congreso queda
sustituido por el madrileño Miguel Vila, que desde entonces visita la
ciudad semanalmente para acudir, los lunes, a la tertulia de Radio
Arlanzón.
A partir de entonces, la inicialmente
brillante carrera política de Pedro queda truncada. Su rehabilitación
política pública, que él afirma inminente, se demora y no termina de
llegar. Con todo, reanuda rápidamente una actividad interna en Podemos,
primero en la sombra, en el entorno de Pablo Iglesias, y luego en el
Consejo Ciudadano Estatal, en el que queda elegido en Vistalegre 2
(febrero 2017).
Ahora llega lo crucial para el destino
inmediato de Imagina. Desde ese momento Pedro arrastra un segundo
hándicap para poder mantener su trayectoria en Podemos: en la férrea
lucha que enfrentó a pablistas y errejonistas entre finales de 2016 y
Vistalegre 2, y a pesar de su cercanía con Pablo Iglesias, él había
cometido el sorprendente error de elegir a Errejón. Como consecuencia,
toda la célula montada a su alrededor, incluidos su sustituto Miguel
Vila y el que se convirtió en Secretario General de Podemos Burgos,
Ignacio Lacámara, se había significado con Errejón desde la visita de
ése a Burgos (22/09/2016).
En cambio, el número uno de Podemos en
Castilla y León, Pablo Fernández, constante rival de Pedro convertido en
su amigo circunstancial, seguía apoyando a Pablo Iglesias. La victoria
de éste en Vistalegre 2 no supuso en principio ninguna mengua del poder
que la célula ostentaba en Podemos Burgos, por lo menos en apariencia.
Lejos de apoyar a la oposición que existía en el Consejo Ciudadano
burgalés desde las elecciones internas de 2016, Pablo Fernández mantenía
su apoyo a la gente de Pedro… hasta el comunicado emitido el 9 de marzo
de 2018.
Este comunicado pretende forzar la
salida de Imagina Burgos de los tres concejales miembros del Consejo
Ciudadano Municipal de Podemos Burgos: Raúl Salinero, Blanca Guinea y
Marco Manjón. Es cierto que la salida de Podemos de Imagina parecía
previsible desde la campaña electoral de Ignacio Lacámara para la
Secretaría General, independientemente de lo que opinaran los inscritos
(y acabamos de comprobar, con la votación celebrada estos días, que los
inscritos no apoyan a la directiva de Podemos en esta materia).
Sin embargo el divorcio sólo estaba
planeado de cara a las municipales de 2019. Anticiparlo de forma tan
repentina es una torpeza mayúscula que afecta a toda la izquierda
burgalesa. El intento de provocar la explosión de Imagina a muchos meses
de distancia de la próxima cita electoral podría llevarla a la
parálisis y reducir considerablemente sus expectativas en 2019. Pero al
mismo tiempo coloca a los tres ediles podemitas en una situación
imposible, absurda, que ellos intentaron explicar de la siguiente forma:
quieren quedarse en Imagina, pero de forma ‘autónoma’, sin acatar la
voluntad de sus órganos.
El resultado esperable de la decisión de Pablo Fernández era que se
quemarían ellos también. A la postre, Podemos se impondría a Imagina, en
caso de que ésta no se deje pura y simplemente absorber; pero Salinero,
Guinea y Manjón tendrían muy difícil renovar mandato después del
psicodrama de estos meses.
En definitiva, el intento de asesinato de Imagina
por parte de la directiva autonómica de Podemos escondería un plan
dentro del plan: matar una candidatura popular y, dentro de la lucha de
bandos, cargarse a la gente de Pedro de Palacio. De paso obviaba un
detalle fundamental: Marco Antonio Manjón nunca perteneció a la célula y
no tenía por qué solidarizarse con ella…
Ahora toca votar a los inscritos de Imagina Burgos: entre la
imposición desde Valladolid o desde Madrid, y las connivencias clánicas,
podemos elegir una tercera vía, la de la voluntad de la población
burgalesa.
Fuente: Burgosdijital