«Ha habido un castigo del Ayuntamiento a Gamonal»
Francisco Cabrerizo e Israel Hernando, testigos de lo ocurrido en enero de 2014 en Gamonal, afirman que existe cierto malestar en el barrio pues se sienten olvidados
El
proyecto del bulevar de la calle Vitoria todavía se deja sentir en
Gamonal, y no solo porque las huellas de la zanja sean visibles en el
asfaltado de la vía, como un recuerdo permanente de lo que ocurrió aquel
enero de 2014. En el barrio afirman que la paralización forzosa del proyecto les ha pasado factura; se sienten «olvidados» por el Ayuntamiento de Burgos, que ha abandonado el barrio durante estos últimos cinco años.
«Ha
habido un castigo del Ayuntamiento a Gamonal», afirma sin dudar
Francisco Cabrerizo, de la Asociación de Vecinos 'Las Eras de Gamonal',
uno de los colectivos que impulsó la Plataforma Buelvar NO. «No se han hecho las reformas que el barrio requería» y,
además, se les ha maltratado pintando una línea roja en la calle
Vitoria y acabando con el curioso sistema de aparcamiento que era seña
de identidad del barrio.
En
cinco años se han cambiado cuatro baldosas y se han realizado
intervenciones menores, afirma Israel Hernando, comerciante del barrio y
que vivió de primera mano las protestas. Se ha pasado de hacer un
bulevar que iba a ser la envidia de media España a no invertir en
Gamonal, lamenta, insistiendo en que el PP «sigue castigando al barrio», que es el que cuenta con menos dotaciones, en el que menos servicio de limpieza se presta y el que ve cómo se destruye el comercio local.
«Lo
está destrozando», insiste, y todo porque se les plantó cara y se
rechazó un proyecto que no beneficiaría al barrio ni cubriría sus
necesidades. El principal problema de Gamonal siempre ha sido la falta
de aparcamiento, recuerdan Cabrerizo y Hernando, y el bulevar
suponía eliminar las plazas en superficie y crear un subterráneo en el
que los vecinos tendrían que pagar casi 20.000 euros por una plaza, en régimen de concesión a 40 años.
«El
bulevar no nos convencía y, además, el proyeto seleccionado era el
peor», ha apuntado Cabrerizo. El Ayuntamiento expuso los proyectos que
se presentaron al concurso y el escogido «no recibió el apoyo de los
ciudadanos». Además, el 70% de los vecinos mostró su desacuerdo en una encuesta municipal.
Sin embargo, el Partido Popular siguió adelante, no se quiso reunir con
las asociaciones de vecinos, así que no quedó otra solución que echarse
a la calle.
Eso
fue lo que ocurrió aquel 10 de enero de 2014, cuando una manifestación
popular y pacífica recorrió el barrio tras iniciarse los trabajos. «Gamonal es un barrio muy reivindicativo», ha recordado Cabrerizo, «todo lo que se ha conseguido ha sido a base de la lucha» y, en esta ocasión, los vecinos acabaron por saltar.
Lo que más influyó, a su juicio, fue que el proyecto «era una chapuza» y el Ayuntamiento se negó a hablar. «Estoy seguro de que no se habría llegado a la situación que se llegó si se hubiera dialogado».
Y es que la Plataforma Bulevar NO, formada por diferentes asociaciones
del barrio y encabezada por Ana Moreno, la presidenta entonces de la
Federación de Asociaciones de Vecinos de Burgos, lo intentó en varias
ocasiones, pero no se les escuchó.
Francisco Cabrerizo insiste en que la violencia que se vivió aquellos días no benefició a nadie, mientras que Israel Hernando afiram que «el claro culpable de lo ocurrido fue Javier Lacalle».
El problema lo generó el Equipo de Gobierno con Lacalle y Ángel Ibáñez (concejal de Fomento), a la cabeza. Las necesidades del barrio estaban muy lejos de la «obra faraónica» que proponían.
En plena crisis económica, con despidos en cascada, recortes de
servicios municipales, subida de impuestos y una importante deuda en el
Ayuntamiento, se propuso una intervención «que no era lo que el barrio
estaba pidiendo».
A juicio de Hernando, Gamonal lanzó un grito de hartazgo, compartido por el resto de los burgaleses. La protesta ciudadana la impulsó Gamonal pero no fue solo de Gamonal, porque «la gente estaba muy harta».
Además, Israel Hernando afirma que se vio, desde el minuto uno, que el
Partido Popular quería beneficiar a empresas «amigas» con esta obra
pública.
El proyecto lo redactó MBG Ingeniería y Arquitectura, una
empresa de la familia de Antonio Miguel Méndez Pozo (Grupo Promecal,
Inmobiliaria Río Vena), y la obra se adjudicó a una UTE compuesta por
Copsa y Aroasa, (esta última propiedad de Arranz Acinas), socias en más
de una ocasión de Inmobiliaria Río Vena. Estas conexiones fueron las que acabaron por incendiar los ánimos, apunta Hernando.
Sin
embargo, Israel Hernando insiste en que el propósito nunca fue la
violencia, aunque las imágenes de los disturbios sean las que han
perdurado en la memoria de la gente. Gamonal 2014 fue una revolución popular contra una decisión política unilateral, que no se intentó ni dialogar ni consensuar. Gamonal siempre ha sido un barrio obrero que ha defendido sus intereses y, hace cinco años, lo volvió a demostrar.
Fuente: Burgosconecta.com