Cerrado porque sí, disculpen las molestias
Por si el ciudadano o las empresas no tienen suficiente con que en
los meses estivales las administraciones públicas funcionen a medio gas,
llegan días como este: la festividad de San Lorenzo cierra las puertas
de instituciones como la Diputación Provincial o el Ayuntamiento de
Burgos.
Entre las jornadas reducidas que suponen una merma en el servicio al
ciudadano, el mareo que se le provoca al contribuyente al hacerle acudir
varias veces para realizar una gestión porque el responsable está de
vacaciones, y un mes de agosto que, entre días en rojo y festividades
propias se queda reducido a la nada, el ciudadano se las tiene que ver y
desear si quiere realizar alguna gestión administrativa.
Si esto sólo ocurriera en julio o agosto, mal. Pero es que además
basta con hacer una batida rápida a los momentos en los que, por un
motivo u otro, nuestras administraciones no están al 100% trabajando por
el contribuyente, palabra esta que significa que es el que paga.
Sumen ustedes al verano las dos semanas de Navidad y los días de la
Semana Santa. A esto, hay que incorporar los días cercanos a
festividades, los famosos puentes. Luego fiestas propias del
funcionariado como San Rita junto con administraciones que, ya de por
sí, viven en cuadro al no haber sustituido bajas en el personal. Si ya
un día cualquiera cuesta realizar una gestión a la primera, cuando
llegan los meses estivales parece que hemos dado por hecho que es normal
que la administración pública trabaje a ritmo caribeño.
El problema es que el ciudadano tiene otro ritmo. El que marcan,
entre otras, sus responsabilidades laborales o familiares y no siempre
se pueden disponer de 5 mañanas completas para realizar un mero trámite o
gestión. A día de hoy, realizar una gestión tan básica como solicitar
el carnet de instalaciones deportivas en las dependencias municipales
lleva a los ciudadanos a acudir, al menos, a dos oficinas ante la
ausencia de personal cualificado.
Mención a parte merecería el ámbito sanitario, donde las vacaciones
del personal provoca un retraso en las citas médicas, que no es
responsabilidad de quienes tienen derecho al descanso, sino de quienes
deben gestionar que el servicio se preste en igualdad de condiciones el 1
de abril que el 1 de agosto.
Pero claro, qué se puede esperar en un país donde hay 350 diputados
que llevan la friolera de 3 meses y medio de brazos cruzados, así que
esto de que las administraciones vayan a otro ritmo les podría parecer
hasta un regalo de los dioses al ciudadano.
Sea como fuere, hoy son muchos los vecinos de Burgos que se han
encontrado las puertas de nuestro ayuntamiento o de la diputación
cerradas preguntándose qué pasa hoy de especial para no poder realizar
sus gestiones. Encontrarán, también, un cartel de disculpa en la puerta
instándoles a que cambien todos sus planes del próximo lunes o martes
para realizar su gestión en una administración que, no lo olvidemos,
está a su disposición y servicio y no alrevés.
Fuente: Canal54.es