A la espera de un milagro
La tarea que al nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Burgos
le espera tras concluir el periodo de vacaciones, no es escasa. Las
asociaciones de la capital confían en que sus necesidades sean atendidas
con la mayor urgencia posible con el fin de ofrecer a los afectados
nuevos espacios. Al alcalde, Daniel de la Rosa, aunque ya ha dado los
primeros pasos, todavía le queda mucho camino por recorrer pues las
agrupaciones llevan años reclamando un poco de atención y cariño. El
caso más ‘sangrante’ tiene lugar en el centro sanitario ‘Graciliano
Urbaneja’, donde las trece entidades que forman parte sufren día a día
problemas de espacio y accesibilidad. Razón por la que el director del
Centro de Enfermedades Raras (Creer), Aitor Aparicio, cedió algunas de
sus salas de manera puntual dado que sus instalaciones son adyacentes.
Quizá la situación ha llegado hasta tal punto por que muchos políticos
se han abanderado de causas en las que su única aportación ha sido posar
para la fotografía. Eso sí, mientras todo esto sucedía algunos de los
concejales se han dedicado a ‘pelearse’ acerca de sus salarios como si
realmente fuese una cuestión prioritaria. Por no mencionar las dos
semanas de tira y afloja que protagonizó el alcalde cuando se negó a
subirse el sueldo al nivel que correspondía con este nuevo mandato.
Teniendo que cuenta que las cantidades que manejaban no son habituales
para ningún ciudadano de a pie, parecía una tomadura de pelo que los
burgaleses sufrieron durante días.
Quizá si se pidiera opinión a las asociaciones las cosas saldrían
como debe ser porque son ellos, los afectados, quienes mejor conocen
los detalles que pueden hacer de sus instalaciones un lugar adecuado. Al
menos por el momento, ya que la promesa del alcalde es proporcionar un
nuevo inmueble tras reconocer que el actual se queda pequeño.
Sin embargo, guiándome por sensaciones, muchas de las entidades
tendrán que recurrir a los Reyes Magos para ver si así sus deseos se
hacen realidad.
Fuente: Correo de Burgos