lunes, 3 de febrero de 2020

VERÓNICA CASADO DEBE DIMITIR

APAGAFUEGOS SANITARIOS

Sanidad ha vuelto a encender los ánimos en Burgos, con un fuego intencionado que ha retrasado otra vez la unificación de las urgencias y ha herido a la Gerencia de Atención Primaria

APAGAFUEGOS SANITARIOS 
 
 
Sanidad sigue haciendo amigos en Burgos. La Consejería que dirige Verónica Casado le ha cogido gusto a provocar incendios en Atención Primaria, quién sabe por qué oscuro motivo, para luego llegar a apagarlos con un golpe de agua que deja muchos mojados. El último fuego intencionado se declaró la semana pasada, poniendo de nuevo en pie de guerra a los profesionales de Burgos, y aunque parece que ya se ha extinguido, por delante se ha llevado a parte de un equipo directivo cuyo único pecado ha sido intentar paliar el grave déficit de médicos de familia que sufre Burgos.
Entre engaños, medias verdades y declaraciones contradictorias, Casado ha ido frenando la necesaria reorganización de las urgencias de Atención Primaria en la capital. Ha desoído la opinión de los sanitarios, ha ignorado los informes de los técnicos y hasta ha jugado con los vecinos, que se sienten manipulados tras verse convertidos en una ficha más del tablero de ajedrez en el que se convierte la gestión política cuando se cruzan por medio unas elecciones. Nadie se ha salvado de una gestión caótica, interesada, que sigue machacando la sanidad pública en tierra despoblada.
Ni un año ha pasado desde el nombramiento del equipo directivo de la Gerencia de Atención Primaria, tras la revolución sanitaria iniciada en Los Cubos, pero la desilusión se han adueñado de sus miembros. Se han encontrado tantas trabas, inexplicables, y una falta absoluta de empatía en Sanidad, que no nos debería de extrañar que el gerente, Santiago Rodríguez, haya dimitido tras ver cómo su directora médica, Pilar Sanmartín, caía víctima de la Ley de Incompatibilidades. Ley que existía cuando se la nombró y que, parece ser, entonces no era de aplicación.
El último fuego intencionado ha sido la gota que ha colmado el vaso. La reorganización de las urgencias de Primaria, con la creación de un Punto de Atención Continuada en el antiguo hospital Divino Valles, estaba prevista para octubre. Se aplazó. La nueva fecha de apertura era el 3 de febrero y, una semana antes, Sanidad llega con una propuesta carente de sentido común pues cómo se explica que si no hay profesionales para mantener dos PAC en la ciudad (sin entrar a valorar las deficiencias de las instalaciones de Gamonal y San Agustín) se quieran abrir cuatro.
Los médicos se han puesto en pie de guerra y, como el año pasado por estas fechas, los coordinadores de los centros de salud han amenazado con la dimisión en bloque. Solo entonces, Sanidad hace que recapacita, aunque ha conseguido un nuevo retraso en la apertura del PAC único de Divino Valles. Y, de rebote, provocar un cisma en Atención Primaria, con dos dimisiones que ponen en riesgo todo el trabajo realizado durante estos meses y que ha permitido mejorar las condiciones de los médicos de familia y atraer nuevos profesionales para cubrir vacantes históricas.
Insisto. Alguna razón habrá detrás del comportamiento errático de Verónica Casado y su Consejería de Sanidad, que se está cebando con Burgos capital, mientras sigue sin concretar soluciones para una provincia que sufre, como el resto de Castilla y León, una y mil deficiencias en la atención sanitaria rural. Lo único seguro es que Casado es persona non grata en Burgos, pues su forma de gestionar la sanidad no gusta ni a los profesionales de Atención Primaria, ni a los directivos de la Gerencia ni a los vecinos, a los que ha decepcionado. La sanidad no admite política de gestos.
Fuente: burgosconecta.com