Proyecto Hombre advierte de la «normalización» del consumo de cannabis entre los jóvenes
Cada vez acuden más personas con problemas de adicción a las nuevas tecnologías | De momento, las ludopatías están controladas, pero «es un problema que está creciendo»
El mensaje no es nuevo, pero no por ello deja de ser relevante: el consumo de cannabis se ha ido normalizando y ahora mismo es una de las sustancias que mayores problemas de salud y adicciones está generando en Burgos, sobre todo entre los menores de 21 años de edad.
De hecho, según refleja la memoria anual de Fundación Candeal Proyecto Hombre,
el 78,46% de los jóvenes acuden a la organziación demandando atención
para combatir el consumo de cannabis como sustancia principal.
La cifra habla por sí sola. Pero es que, además, el 80% de los que
acuden por otras adicciones también reconocen fumar cannabis.
También
son muy significativos los datos que arroja el consumo de alcohol entre
los jóvenes. Y es que, a pesar de que 'sólo' el 12,31% de los menores
que acuden a Proyecto Hombre lo hacen motivados por problemas con el
alcohol, el 71% de los que participan en alguno de los programas de la entidad reconoce consumirlo de manera habitual.
A
juicio del director de Proyecto Hombre, Manuel Fuentes, estos datos
corroboran lo que se viene afirmando desde hace muco tiempo: «estamos
ante un problema de salud pública muy importante» ante
el que parece que «la sociedad está adormecida». De hecho, el consumo de
cannabis y alcohol está tan «normalizado» y «extendido» que incluso
muchas familias lo aceptan sin más.
Por eso, insiste Fuentes, es
tan importante la «prevención», un ámbito en el que Proyecto Hombre está
echando el resto en los últimos años. Así, solo en 2018, un total de 3.219 menores de 21 años participaron en alguno de los talleres y programas de prevención desarrollados por la orgnización (programas Faro y Ariadna).
Cada vez más adicciones a las nuevas tecnologías
De un tiempo a esta parte, Proyecto Hombre ha abierto el abanico de adicciones sobre las que trabaja, incluida la vinculada a las nuevas tecnologías. Y es que, cada vez son más los usuarios (fundamentalmente jóvenes) que acuden a Proyecto Hombre con un problema en este ámbito.Así, durante el año pasado, el 16,67% de las personas que acudieron a la organización por problemas diferentes del consumo de sustancias lo hicieron por adicción a las nuevas tecnologías. «Llevamos trabajando desde 2006 con este tema» y la evolución es preocupante, señala Fuentes.
En un estadio menos avanzado se encuentran las adicciones al juego. Y es que, aunque el director de Proyecto Hombre confirma que «están llegando ludópatas» a la organización, la situación todavía no es extremadamente preocupante. «Es un problema que puede estar creciendo» al albur de la proliferación de salas de juego y casas de apuestas online, pero que todavía no tiene mucha incidencia en las estadísticas de la organización, concluye.
Paralelamente, un total de 283 menores y 383 familias
participaron en alguno de los programas terapéuticos planteados por
Proyecto Hombre. Se trata de unos «números muy significativos» que, eso
sí, mantienen la tónica de los últimos años, como así lo hacen las
estadísticas de los programas planteados para los adultos, en los que
participaron en 2018 un total de 479 personas.
En este caso, el
perfil de los usuarios ha cambiado poco en los últimos años. En buena
parte de los casos, se trata de un perfil policonsumidor, en el que la cocaína, el alcohol, la heroína y el cannabis son las sustancias predominantes.
La
buena noticia es que, según subraya Fuentes, la actividad desarrollada
por Proyecto Hombre sigue dando resultados. Quizá, la prueba más
paradigmática sean las altas terapeuticas concedidas en 2018 (71 altas
en adultos y 156 altas en menores). Unas altas que, en todo caso, se
añaden a los avances que la práctica totalidad de los usuarios va
registrando durante su tratamiento. «Las adicciones generan reaídas, pero de ellas se sale» antes o más tarde.
Quizá,
lo más complejo sea el trabajo posterior que ha de desarrollarse en el
ámbito médico. Y es que, tal y como subraya Fuentes, el policonsumo «es una bomba para el sistema nervioso» que
puede generar «déficit cognitivo» y «problemas mentales» que han de
recibir tratamiento a posteriori. De hecho, Proyecto Hombre ya está
trabajando en la implantación de un programa en este sentido.
Fuente: burgosconecta.com