A los pies de los caballos
Las elecciones nacionales han dejado al PP muy tocado y no tienen tiempo de lamerse las heridas ante la nueva cita electoral de las municipales y autonómicas del 26-M
Este
último lunes de abril de 2019 ha amanecido en Burgos y en Castilla y
León con el halo de una noche que lo ha cambiado todo. Las elecciones
generales han roto lo que parecía una máxima: la provincia y la región
son azules. El mapa político se ha teñido claramente de rojo y lo ha
hecho en la noche más dolorosa que jamás recuerdan los 'populares'.
Los
comicios nacionales adelantados por el PSOE en busca de una reprobación
pública tras la moción de censura a Mariano Rajoy les han dado la razón
en sus planteamientos y, al mismo tiempo, han debilitado rotundamente a
la derecha. La fragmentación del voto entre PP, Cs y Vox y la lucha por
enfundarse la bandera de España ha dejado víctimas, especialmente entre
los azules.
Un duro resultado difícil de encajar y más cuando,
como en Burgos, estaban acostumbrados a tener garantizado un resultado
cristalino, por más que en España el presidente de turno hubiera sido
más o menos respaldado. Sin embargo, en esta ocasión, la corriente
nacional ha arrollado a los 'populares' en Burgos, dejándoles a los pies
de los caballos a solo 27 días para que los ciudadanos vuelvan a acudir
a las urnas. Tener una convocatoria nacional tan próxima a unas
elecciones municipales y autonómicas -sin olvidar las europeas-
conllevaba este riesgo para el partido perdedor, ya que, en caso de
derrota, tendría que apaciguar la resaca nacional.
Javier Lacalle
y Alfonso Fernández Mañueco están contra las cuerdas después de haber
encajado un golpe tan inesperado como inédito. De hecho, en el caso del
candidato a la Junta de Castilla y León no tuvo el cuajo de salir ante
los medios que esperaban su particular valoración de lo ocurrido en la
noche electoral. El mapa regional, teñido de rojo, a excepción de Ávila y
Salamanca, que han mantenido su predilección por el PP, recrea un
escenario hostil para el líder regional y todos sus cabezas de lista.
Son ellos los que tienen la 'papeleta' de que su nombre se escuche más
alto que el del malogrado Pablo Casado, cuyo liderazgo ha quedado más
que en entredicho.
Especialmente difícil se le presenta la
campaña de las municipales a Lacalle, que ha conseguido el único acta de
senador del PP por la provincia de Burgos y su soledad en la Cámara
Alta coincide con la batalla que tendrá que librar por la Alcaldía. El
doble escenario juega en su contra y le sitúa con mayor desventaja que
el resto de candidatos 'populares'. En su caso, deberá de sobreponerse
al varapalo nacional y contrarrestar el juego a dos bandas que le
achacarán su adversarios políticos.
Y tras la derrota en la gran
batalla y los numerosos «cadáveres» dejados, los 'populares' de la
comunidad tendrán que aferrarse al carácter más próximo del que será el
último combate que sí decidirá la guerra de siglas.
Fuente: burgosconecta.com