sábado, 26 de octubre de 2013

ESTO PASA POR LEGISLAR MAL

Tal día como hoy, hace 14 años

LAVIDA a veces te juega malas pasadas. Bajo tus pies se tambalea el suelo que pisas y hace que la esperanza se hunda en un barrizal que amenaza con engullirte como si de pronto uno caminara sobre la nada. En tu entorno asistes incrédulo a sinrazones como la liberación de una etarra amparada en Estrasburgo que inmediatamente ha abierto la puerta a otros presos que han cometido terribles crímenes y que pagan a precio de saldo su crueldad, por muy ajustado a la ley que sea. Nuestros gobernantes no supieron o no quisieron modificar a tiempo esas leyes y ahora las víctimas tienen que revivir el horror de esas miserias que tiñeron de negro su alma. Sin embargo, esos mismos gobernantes se afanan en modificaciones de leyes que reciben la contestación de toda una sociedad, mientras la economía ahoga las gargantas de los ciudadanos y les impide gritar a esos poderosos apoltronados en sus cómodos sillones de piel que lidapidan cualquier tipo de valor moral en pro de sus intereses. 
Y con ese percal suena cada día el despertador de aquel que se levanta con el ánimo de seguir luchando, no ya por sí mismos, sino por sus hijos. Ellos son la única esperanza que se mantiene incólume en nuestro corazón. Sangre de nuestra sangre para los que queremos un futuro diferente al que nos ha tocado vivir, en donde la indolencia mercadea con el esfuerzo, la solidaridad y el saber hacer de aquellos que bregan cada día por superar las trabas del destino.
Sobre ese barrizal al que se enfrentan nuestras pisadas nuestros hijos nos aúpan al estatus más alto del orgullo paterno con su amor, sus ilusiones, sus sueños infantiles o adolescentes y sus ganas en un momento en que aún no han probado las hieles de esta vida que cada día se emperra en poner zancadillas a traición.
Nos contagian esa alegría y despertamos con una sonrisa para desperezar sus sueños. Respiramos hondo en cada mundo que se les derrumba para atender esa tragedia terrible que supone para ellos y que para nosotros se configura como una pequeña lección de vida, una preparación para lo que les llegue después. 
Tal día como hoy, hace 14 años, una cosita pequeña me contagió de por vida su alegría, me dio esas ganas de luchar que a veces a los adultos nos cuesta tener. Desde entonces vivo con sus sueños y sufro con sus duelos. Formo parte de los que cada día, al sonido del despertador, salto del barrizal en el que se ha convertido este país, y con el mejor ánimo de mi alma desperezo los sueños de mi hija. 
Hoy su despertar será más especial. Hoy, y perdonen los lectores la licencia personal, el beso sabrá a tirón suave de orejas, a amor incondicional, a fidelidad infinita. Porque hoy la razón de mi existencia cumple 14 años y hoy, desde aquí, mil besos, mil felicidades, Alba.

YOLANDA PASCUAL
Fuente: Correo de Burgos