lunes, 8 de julio de 2019

LA EFICIENCIA ENERGÉTICA EN BURGOS

Clave de sol

 
Espero que el lector habitual de mi columna como excepción hoy, la haya apartado por unos minutos a las ocho de la mañana. Lo primero es lo primero, con nuestras fiestas mayores rematadas oficialmente y el Burgalés ausente en Fuentes Blancas que da paso a los Sanfermines recién estrenados. La ciudad del Arlanzón vuelve a ser la de siempre, la sensata que se despereza en verano entre sofocos. Un nuevo alcalde cargado de buenas intenciones, preside reuniones y sale en fotos. Ayuntamiento socialista que en un puño guarda el recuento y en otro, las matemáticas de la oposición. La derecha y centro derecha empiezan a recomponerse y toman posiciones para ponérselo difícil. La gran pregunta esconde la respuesta. Cuando el que gobierna quiera algo bueno para Burgos, se abortará sí o si, por los otros. No se sabe, se verá. Cataremos iniciativas con buena pinta y rastrearemos el paso por las comisiones en las que mandan populares, ciudadanos y vox. De la mano del nuevo concejal de urbanismo y arquitecto , Daniel Garabito, se filtra su intención de hacer de esta capital castellana, un referente en procesos medioambientales relacionados con la eficiencia energética. Suena bien y es más que posible. Es lo que tiene que ser y quien no quiera verlo, vive en el medievo. Casi sin darnos cuenta, ya lo somos. Aquí se están ejecutando cientos de obras repartidas por todos los barrios. Andamios que rehabilitan fachadas por las que se escapa el calor de nuestros hogares, como por un colador. Los sistemas pasivos de envolventes térmicas por el exterior han saltado a lo nuevo también. Ningún promotor que se precie, vende un edificio sin etiqueta energética “a” o “b”. Aunque aún queda alguno que no lo entiende. De estas cosas somos cómplices, algunos como yo, cuando empezamos hace quince años a rehabilitar energéticamente edificios y barrios enteros que cambiaron de color y dejaron de emitir CO2 al cielo, con un ahorro considerable en gasto de combustible. Cuando hice el barrio de Río Vena, casi me echan debido a mi ocurrencia. Nuestra ciudad tiene un índice per cápita en regeneración urbana muy superior al resto de las de esta esforzada Expaña. De ello hablan, congresos nacionales y foros estratégicos. Hay maneras de incentivar todo esto, aún más desde nuestro nuevo ayuntamiento si lo oposición deja. Cada edificio rehabilitado en clave energética, clave de sol, bien puede ser bonificado en su licencia de obra como ya se hace en las de accesibilidad. Bien vendrá una partida presupuestaria para incentivar estas obras, como ya hacen otras ciudades contemporáneas.
Fuente: Correo de Burgos